
El 25 de enero comenzó a difundirse un vídeo de un mercado abarrotado de gente y donde se vendía todo tipo de animales.
En el mensaje que acompañaba a las imágenes se aseguraba que era Wuhan, el epicentro del nuevo virus. Pero era falso: el mercado que aparecía en el vídeo está en Indonesia.
Desde entonces no han dejado de circular teorías sobre el origen, las causas y las posibles curas del coronavirus, la mayoría de ellas falsas.
En Newtral.es hemos verificado decenas de bulos en torno a la COVID-19 en un año que se ha convertido en el año de la infodemia.
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Origen
El origen del virus
Una de las teorías más extendidas sobre la COVID-19 es que el virus fue fabricado en Wuhan o que pudo haber “escapado” de las instalaciones de bioseguridad de la ciudad china.
Las dudas de su origen dieron lugar a más teorías, como que el coronavirus fue inyectado directamente en la población a través de la vacuna de la gripe o que el 5G había sido el detonante de su propagación.
Sin embargo, la comunidad científica internacional ha rechazado estas teorías y recuerda que el actual coronavirus se originó en la vida silvestre.




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Falsos remedios
Curas milagrosas y falsos remedios
El limón mezclado con bicarbonato o con ajo, cebolla y jengibre, inhalar eucalipto, tomar alimentos alcalinos, el drenaje postural o hacer baños de vapor no matan el coronavirus.
Las curas milagrosas y los falsos remedios llegaron como respuesta a la búsqueda de soluciones ante un virus del que apenas se tenía información.
Pero más allá de los remedios inocuos, hubo otros que no solo son falsos, sino que además suponen un riesgo para la salud, como el que propone ingerir dióxido de cloro para acabar con el virus.




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Mitos sobre mascarillas
Mitos sobre el uso de mascarillas y PCR
El uso de las mascarillas y de las PCR también trajo consigo varios bulos sobre sus efectos, como que dejan sin oxígeno, provocan cáncer, o causan enfermedades neurodegenerativas.
Incluso, se llegó a difundir la muerte de varios niños en Alemania por llevar mascarillas o que las pruebas PCR de COVID-19 detectan “cualquiera” de los “siete coronavirus” y pueden “dar positivo a cualquiera”, pero todos estos mensajes son falsos.




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Antivacunas
El auge de los antivacunas
Conforme avanzaban los ensayos de una vacuna que pudiera acabar con la COVID-19, los antivacunas comenzaron a llenar las redes de desinformación.
Por un lado, aumentaron los bulos sobre sus posibles efectos, como que modifica nuestro ADN o que deja estéril a quien la recibe.
Pero, por otro lado, se difundieron nuevas (y viejas) teorías de la conspiración (también falsas), como que la vacuna introduciría un microchip para controlarnos, que Henry Kissinger dijo que hay que reducir la población mediante vacunas «por el bien común», o que Bill Gates anunció que la vacuna contra la COVID-19 podría matar a 700.000 personas.




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Conspiraciones
Negacionismo y teorías de la conspiración
Los promotores de teorías de la conspiración han resultado expertos en encontrar respuestas creativas para justificar lo que consideran que es una ‘plandemia’, como una patente de la familia Rothschild de un método para “testear el COVID-19” desde 2015 o que se habían exportado pruebas diagnósticas desde 2017 como parte de un plan del Banco Mundial.
Los negacionistas han llegado incluso a anunciar el fin de la pandemia. Uno de sus estandartes fue la plataforma ‘Médicos por la verdad’, que ha impulsado estos bulos durante meses.




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Y además...
Y además...
El resto de bulos no han cesado mientras evolucionaba la pandemia de coronavirus.
Uno de los momentos del año que más información falsa ha generado han sido las elecciones en Estados Unidos, con los supuestos fraudes en Michigan o Wisconsin o la participación de la española Indra en el supuesto recuento electoral.
George Soros, uno de los protagonistas frecuentes de bulos, tampoco fue detenido por interferir en las elecciones.
Más cerca de casa, la discusión de la Ley Celaá ha acaparado una buena parte de los bulos nacionales, casi tantos como la aprobación del Ingreso Mínimo Vital, sobre el que se inventó que existieron colas que no fueron tales, y se llegó a engañar a la población migrante en Níjar, a la población marroquí o a trabajadores del campo para acceder a la ayuda, situando a la población migrante en el foco de bulos xenófobos.




Créditos
Un especial de Newtral.es