El 2021 comienza con un hito histórico: la desconexión del Reino Unido de la Unión Europea, un divorcio “amigable” tras el pacto del Brexit al que se llegó in extremis el 24 de diciembre. Con él, Boris Johnson ha logrado cerrar uno de los principales frentes abiertos de su mandato, pero ahora otro se dibuja en el horizonte, pues Escocia reclama un segundo referéndum de independencia.
La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, ha intensificado en el último año su apuesta por una nueva consulta. Uno de los argumentos principales es la voluntad de gran parte de los escoceses de permanecer en la UE, razón por la que el 55% de la población votó por continuar siendo parte del Reino Unido en 2014.
Lo más importante
El barómetro de diciembre de Ipsos para la cadena de noticias STV vaticinó que el 47% de los escoceses apoyarán la lista del SNP en las elecciones regionales previstas para mayo de 2021. Esto podría darle al partido 73 de los 129 escaños que tiene el Parlamento escocés de Holyrood. La misma encuesta señala que el 56% estaría a favor de la independencia de Escocia, mientras que solo el 23% es optimista en lo que respecta al Brexit.
La pandemia de COVID-19 ha jugado en favor del Gobierno escocés, que tiene transferidas las competencias sanitarias y ha sido el encargado de tomar las principales decisiones sobre cómo responder ante el avance del virus. Nicola Sturgeon ha sido el rostro de la lucha de Escocia contra el coronavirus, organizando conferencias de prensa casi diarias desde marzo. Esto se ha traducido en un importante apoyo hacia la líder regional, según una encuesta de la BBC, que apunta a que el 74% de los escoceses cree que Sturgeon ha hecho un buen trabajo, frente al 19% que opina lo mismo sobre Johnson.
¿Cuál es el contexto?
En las elecciones regionales de 2011, el Partido Nacional de Escocia (SNP, por sus siglas en inglés), liderado por Alex Salmond, obtuvo la mayoría absoluta en el Parlamento escocés con la convocatoria de un referéndum de autodeterminación como principal punto de su programa.
En octubre de 2012, cuando los sondeos daban escasas opciones de victoria a los independentistas, David Cameron accedió a que el Ejecutivo escocés convocase la consulta. Finalmente, esta se celebró el 18 de septiembre de 2014. Ganó el no a la independencia con el 55% de los votos, pero el sentimiento nacionalista siguió creciendo. En los comicios regionales de 2016, el SNP volvió a ser el partido más votado con el 46,5 % de los apoyos.
En enero 2017, el Parlamento escocés aprobó una moción que emplazaba al Gobierno regional a iniciar una negociación con la exprimera ministra británica Theresa May para emplazar la fecha de un segundo referéndum entre otoño de 2018 y primavera de 2019. No obstante, en aquella ocasión esa iniciativa le costó votos al SNP, que en las legislativas de junio de 2017, perdió 21 diputados de los 56 que tenía en Westminster.
No obstante, parece que el Brexit ha reavivado el sentimiento nacionalista, pues en las elecciones británicas de 2019, Sturgeon logró 48 escaños de los 59 reservados a Escocia en la Cámara de los Comunes, sumando así 13 diputados a sus filas.
¿Qué hay que tener en cuenta?
Para poder impulsar un referéndum de independencia se tienen que dar dos condiciones indispensables:
- La primera, que el Partido Nacional Escocés que lidera Sturgeon gane por amplia mayoría las elecciones regionales de mayo de 2021.
- Por otro lado, Boris Johnson debe transferir a Edimburgo los poderes para organizar la consulta, como hizo David Cameron.
En el referéndum de junio de 2016 sobre el Brexit, el 62% de los escoceses votaron la permanencia del país en la UE. Esta cifra superó a la recabada en Irlanda del Norte, donde el 55,8% optó por el “remain”. En aquel momento, los dirigentes comunitarios no veían con buenos ojos una posible independencia porque habría supuesto la ruptura de un Estado miembro. Con estas credenciales, la integración de Escocia en la UE era bastante complicada, pues habría dado alas a otros nacionalismos regionales como el catalán o el flamenco, un problema que se disuelve con la salida del Reino Unido del club comunitario.
#Fact
Escocia fue durante siglos un estado independiente que se reafirmó como tal en las guerras de independencia contra los anglosajones entre finales del siglo XIII y comienzos del XIV. Cuatro siglos después, en 1707, Escocia renunció a su soberanía al firmar el Acta que dio origen al Reino de Gran Bretaña.