España, un año después del 10-N, en 7 gráficos del CIS

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Hace solo un año que se celebraron las elecciones generales del 10 de noviembre, aunque parezca que hayan pasado cinco o seis. Casi se ha olvidado que Pedro Sánchez consideraba a Unidas Podemos una formación que no le dejaría dormir o que, hace tiempo, Albert Rivera fue el líder que quiso poner “España en Marcha” y terminó descalabrándose. 

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La noche electoral, Pablo Casado lanzó el mismo mensaje que mantiene ahora: “Somos claramente la alternativa al gobierno de izquierdas”, pero con un matiz reciente, el “hasta aquí hemos llegado” a VOX. Un partido que no ha cambiado ni un ápice: sigue a contracorriente y contra todos. 

Pero también, hace poco menos de un año, -en concreto, hace siete meses y 23 días-, el coronavirus irrumpió en nuestras vidas con la declaración del estado de alarma. Se inició una situación impensable hasta entonces que, desde el 14 de marzo, se ha convertido en realidad. La más cruda de la historia reciente con más de 39.300 fallecidos y otras tantas familias rotas a su espalda.

Sin grandes variaciones políticas

Los ánimos han decaído desde entonces y las preocupaciones se han reajustado, pero los apoyos a uno y otro partido apenas han variado, según reflejan los barómetros elaborados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). 

Todavía hoy, después de meses de gestión de la pandemia y el aparente desgaste que supone, el PSOE sigue en cabeza y con mejores registros que en la cita con las urnas. El PP mantiene ‘la plata’, a la espera de comprobar cómo han acogido los ciudadanos su portazo a VOX con el que, a su vez, Unidas Podemos mantiene una competición particular por la tercera posición. En el último barómetro, los de Abascal superaban a los de Iglesias por apenas ocho décimas. 

Con la llegada de Arrimadas, Ciudadanos no solo ha ganado peso en las negociaciones parlamentarias, también lo ha hecho en la opinión pública, o eso recoge el CIS. Si el 10 de noviembre, cosechó un 6,8% de los votos, el último sondeo le situaba dos puntos por encima.

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Con un suspenso a los líderes de los partidos

En lo que tampoco ha habido apenas variación es en cómo los ciudadanos ven a los líderes políticos. En el primer barómetro tras la aplicación del estado de alarma en marzo, todos subieron ligeramente su valoración, aunque solo Sánchez logró el aprobado. Después de eso, la caída ha sido general

Sin avances en lo que se pidió a los dirigentes 

Si en lugar de ser políticos, fueran alumnos en una clase, se llevarían un buen rapapolvo. Las notas que los ciudadanos les han puesto solo es resultado de ver cómo no cumplían con lo que se les ha pedido este tiempo. 

En abril de 2020, el 91,4% de los encuestados consideraba que era mejor que se llegara a “grandes acuerdos” para afrontar las consecuencias de la crisis del coronavirus y, aunque se creó una comisión en el Congreso para ello, esta terminó sin consenso en materias clave.

Y en el mes de febrero, tras la sesión de investidura con más protestas de la democracia, el 53,6% de los ciudadanos consideraban que había “mucha crispación política” . De ellos, uno de cada dos señalaba a los dirigentes como principales culpables. Nueve meses después, seguimos en las mismas.

Con mucha preocupación sobre la situación actual

En esta línea, desde que se celebraran las elecciones del 10-N, la preocupación por los políticos no ha dejado de crecer. Como contaba la periodista Lorena Baeza en El Objetivo, en octubre de 2020 se encontraba en su máximo desde hace diez años. Durante este tiempo se han ido modificando las categorías referidas a sus actuaciones hasta el punto de que en el último barómetro se dividían en cuatro. Si se suman todas, se alcanza una cifra altísima: un 59,9%.

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En paralelo, el coronavirus es otra de las incertidumbre en estos momentos. En marzo, solo un 3,5% de los encuestados lo consideraba uno de los principales problemas de España y, de hecho, el 63% estaba de acuerdo con que las noticias sobre la pandemia alarmaban “sin necesidad”. Pero en abril, tras la aplicación del estado de alarma, la realidad nos dio de bruces y la preocupación subió hasta el 49,3%. 

Lo que sí se ha mantenido constante es el desasosiego respecto a la economía, que ha sido desde siempre uno de los mayores dolores de cabeza para los ciudadanos: si en el último barómetro el 39,6% lo consideraba un problema, en otra pregunta, el 86,7% valoraba la actual situación en esta área como “mala” o “muy mala”.

Sin confianza en la gestión del Gobierno 

Los datos tampoco son buenos en lo relativo a la certidumbre que los ciudadanos otorgan a la gestión epidemiológica del Gobierno. El CIS lo preguntó en el barómetro de septiembre y más de la mitad de los encuestados (56,8%) reconocían que tenía “poca” o “ninguna” confianza en las políticas que estaba siguiendo el Ejecutivo. En octubre, la pregunta desapareció del barómetro. 

Con ganas de volver a estar con los nuestros 

Con todo, de lo que sí están seguros los ciudadanos es de que echan de menos a sus seres queridos. El 59,5% reconocía que la pandemia estaba afectando a su vida personal y, de ellos, el 28,6% daba como motivo el distanciamiento con su familia y amigos.  

Fuentes:

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