Las siglas de Junts per Catalunya (JxCat) son familiares para todo el mundo, pese a que se constituyó oficialmente como partido el 25 de julio de 2020. La razón es que los partidos neoconvergentes -Pya se presentaron en forma de coalición bajo estas siglas en las autonómicas de 2017 y en las generales y municipales de 2019. Ahora se enfrentan a sus primeras elecciones como formación independiente, aunque no empezaron bien posicionados en las encuestas. No obstante, los últimos barómetros vaticinan una remontada de Junts, que el 14-F medirá sus fuerzas con Esquerra y el PSC, a quien espera dar el ‘sorpasso’ por segunda vez.
Lo más importante
La estrategia del partido es clara: mantener la mayor parte de los votantes que optaron por su papeleta el 21 de diciembre de 2017. Aquellas elecciones les dieron 34 diputados -sólo dos menos que la lista más votada, la de Ciudadanos-, erigiéndose como la primera fuerza del independentismo.
- Para lograrlo, JxCat debe recuperar los apoyos que parece haberse llevado Esquerra, a quien el CIS y el CEO de enero dan una estimación del voto del 20,6% y el 22%, respectivamente.
- Según la encuesta preelectoral de José Féliz Tezanos, Junts se quedaría en tercer lugar con una estimación del voto del 12,5%, mientras que el barómetro de la Generalitat les deja en segundo lugar con el 20,7%.
- ERC, competidor directo de JxCat, baja en los dos estudios demoscópicos, un descenso del que los de Carles Puigdemont se benefician.
Ante estos datos, JxCat ha centrado sus ataques sobre el fantasma de un tripartito de izquierdas formado por PSC, ERC y los Comuns, pese a que tanto Salvador Illa como Pere Aragonès lo han descartado en varias ocasiones.
El objetivo no es generar una confrontación entre izquierda y derecha -el independentismo no se mueve en esta lógica desde 2012– sino movilizar al voto independentista amenazando con la posibilidad de que, si ellos quedan excluidos del Govern, el procés quede paralizado.
¿Cuál es el contexto?
En los últimos meses, la formación dirigida por Carles Puigdemont ha sufrido una importante reorganización. En septiembre, los dos principales integrantes de la alianza se separaron al decidir el Partit Demòcrata de Catalunya (PdeCat) que el 14F se presentaría en solitario. El partido dirigido por Àngels Chacón ya había sufrido, a su vez, una escisión, pues su excoordinadora general, Marta Pascal, ha fundado el Partit Nacionalista de Catalunya (PNC).
La lista de Junts tampoco tenía ningún liderazgo claro. Puigdemont, que desde diciembre de 2020 ocupa un escaño en el Parlamento Europeo, se descartó como presidenciable en noviembre. El expresident señaló su intención de que el candidato saliera de unas primarias, que finalmente acabaron favoreciendo a la portavoz de JxCat en el Congreso de los Diputados, Laura Borràs.
Pese a tener una causa abierta por presunta malversación en el Tribunal Supremo, Borràs es una de las candidatas mejor valoradas, según la última encuesta flash publicada por el CIS dos semanas antes de las elecciones. La todavía diputada nacional obtiene un 4,3 -la misma nota que Aragonès-, solo una décima menos que Illa, el primer clasificado.
¿Qué hay que tener en cuenta?
En las autonómicas del 21 de diciembre de 2017, JxCat fue el partido más votado en las provincias de Girona y Lleida. Junts pel Sí ya lo había sido en 2015, mientras que la Convergència i Unió (CiU) de Artur Mas lo fue en las de 2012 y 2010.
Esto no es un logro menor, puesto que el voto de un elector de estas dos provincias, así como el de uno de Tarragona, vale más que el de un votante barcelonés en términos de representación parlamentaria.
La razón se encuentra en la Disposición Transitoria 4ª del Estatuto de Autonomía de Cataluña, que bebe, a su vez, de la ley electoral estatal (Loreg), ya que los catalanes no tiene una norma electoral propia. Esta norma establece que Barcelona elige un escaño por cada 50.000 habitantes, con un máximo de 85. Por su parte, Girona, Lleida y Tarragona eligen un mínimo de 6 escaños, más uno adicional por cada 40.000 habitantes. O lo que es lo mismo, en estas tres provincias se necesitan menos votos para conseguir un diputado.
#Fact
Tanto la CUP como ERC han dejado entrever que no estarían cómodos con Laura Borràs dentro del Govern por su imputación judicial. Preguntada en TVE por si investiría a Borràs en caso de seguir imputada, la candidata de los anticapitalistas, Dolors Sabater, respondió que “evidentemente no”, aunque en comparecencias posteriores moderó su negativa.
Por su parte, el líder de Esquerra, Oriol Junqueras, señaló en una entrevista con La Sexta que, si Borràs formase parte de las filas de su partido, se le pediría que renunciara a la candidatura por sus presuntas irregularidades en su gestión al frente del Instituto de las Letras Catalanas.
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