Bielorrusia vive días tempestuosos en una campaña electoral que culmina en medio de una creciente polarización de la sociedad. El camino hacia los comicios presidenciales del 9 de agosto ha despuntado por las detenciones de candidatos, activistas y periodistas y por las diversas manifestaciones que recogen el descontento de muchos bielorrusos con el actual mandatario, Alexandr Lukashenko, que aspira a su sexto mandato tras más de un cuarto de siglo en el Gobierno.
- La campaña cierra su recta final con una movilización inédita de la oposición en torno a la candidata Svetlana Tijanóvskaya, la intérprete y profesora de inglés que inscribió su postulación después de que su marido, el conocido bloguero Serguéi Tijanovski, fuera detenido y encarcelado tras declarar su intención de presentarse a las elecciones.
- Unidas a la candidatura de Tijanóvskaya se encuentran igualmente Veronika Tsepkalo, exempleada de Microsoft y esposa del aspirante inhabilitado Valeri Tsepkalo, y María Kolesnikova, representante del exbanquero y también expostulante Víctor Babariko.
Lo más importante
En esta contienda electoral, la oposición bielorrusa tradicional se mantiene de facto en un segundo plano frente al protagonismo de figuras poco conocidas como políticos.
- Serguéi Tijanovski, Valeri Tsepkalo y Víctor Babariko se erigían como los principales rivales de Lukashenko hasta que fueron apartados de la carrera presidencial.
- El primero fue detenido y encerrado en mayo cuando participaba en un piquete electoral autorizado para recaudar firmas.
- El segundo fue rechazado por la Comisión Electoral Central de Bielorrusia (CEC) con el argumento de que no recaudó los 100.000 apoyos requeridos para registrar su candidatura y se ha exiliado a Rusia con sus dos hijos por sentirse amenazado.
- Y el tercero se encuentra en prisión desde junio acusado de evasión de impuestos y lavado de dinero.
- Así, los tres opositores de Lukashenko no pueden concurrir a las elecciones y han cerrado filas en torno a Tijanóvskaya, Tsepkalo y Kolesnikova, a las que ven como las únicas capaces de desafiar al actual presidente bielorruso. El pasado 30 de julio, lograron reunir a 34.000 seguidores en Minsk y, tres días después, a más de 8.000 personas en Baránovichi, una ciudad de menos de un cuarto de millón de habitantes.
- Según el centro bielorruso de derechos humanos Vyasná, desde el inicio de la campaña electoral han sido arrestadas más de 1.000 personas. Por su parte, la Asociación de Periodistas de Bielorrusia asegura que en los últimos dos meses han sido detenidos más de 50 profesionales de los medios de comunicación.
Tijanóvskaya, que encabeza el tridente de mujeres opositoras, asegura que su “misión” consiste en ganar al presidente para “acto seguido” convocar elecciones anticipadas en las que puedan participar todos los candidatos eliminados de la campaña actual.
- Lukashenko, que se niega a participar en cualquier debate con los demás candidatos, ha afirmado que Bielorrusia “no ha madurado lo suficiente” para votar por una mujer y que la Constitución “no está hecha para mujeres”.
- “Una mujer presidenta colapsaría, pobrecita”, afirmó a finales de julio.

¿Cuál es el contexto?
La tensión en el país se ha intensificado en las últimas semanas de campaña y, en especial, tras la detención en la madrugada del 29 de julio de 33 presuntos mercenarios rusos del Grupo Wagner, compañía militar privada conocida por su participación en la guerra de Siria y por el apoyo al Ejército de Liberación Nacional Libio del mariscal Jalifa Hafter. Según el secretario de Estado del Consejo de Seguridad de Bielorrusia, Andréi Ravkov, las fuerzas de seguridad de su país buscan además a otros 200 supuestos mercenarios entre los que se encuentran combatientes que lucharon con las milicias separatistas prorrusas en la región ucraniana del Donbás.
- Minsk asegura que los detenidos tenían la tarea de “desestabilizar Bielorrusia” en vísperas de los comicios e insiste en vincularlos a la oposición, acusación que niegan tanto Moscú como los adversarios de Lukashenko. El Kremlin ha comunicado que los detenidos pertenecían a una agencia de vigilancia y viajaban rumbo a Estambul y a países de Latinoamérica. El embajador de Rusia, además, ha afirmado disponer de una copia de la orden de detención en la cual “se observa una actitud tendenciosa de las autoridades bielorrusas”.
- En su discurso a la nación del 4 de agosto, a cinco días de las elecciones, Lukashenko afirmó que los supuestos mercenarios “lo han confesado todo” y llamó a Rusia a “dejar de mentir”. “No escuchen estas mentiras. Ya se han cubierto de vergüenza. Primero, Estambul; luego, Venezuela”.
Según Yujnevich, activista de Bielorrusia Europea, el clima previo a los comicios del 9 de agosto es muy “tenso e impredecible”.
- La gestión de la crisis del coronavirus ha sido uno de los detonantes del malestar de muchos bielorrusos con Lukashenko, uno de los pocos gobernantes europeos en negarse a implantar restricciones y cuarentenas y quien ha calificado de “psicosis” a una pandemia que ha disparado la tasa de desempleo.
- “En primavera pensaba que esta campaña presidencial sería muy insulsa, con un resultado predecible”, recuerda Yujnevich en declaraciones a Efe. Sin embargo, en los últimos meses, el descontento con las autoridades se ha extendido por todo el país y no solo es palpable en la capital, sostiene.
Asimismo, el director adjunto del centro de derechos humanos Vyasná, Valentín Stefanovich, explicó en otra entrevista a Efe que “preocupa mucho” la reacción de las autoridades a las protestas que puedan tener lugar después de las elecciones, cuando se dé a conocer el resultado de la votación.
- A la salida de una reunión con militares el 24 de julio, Lukashenko reconoció que no descarta un agravamiento de la situación en Bielorrusia.
- “Desde luego, sería indeseable recurrir a las fuerzas armadas, pero todo puede ocurrir. Prueba de ellos es lo que ha pasado en Estados Unidos”, notificó Lukashenko, en alusión a una posible escalada de las protestas callejeras.

¿Qué hay que tener en cuenta?
El presidente de Bielorrusia es elegido mediante un sistema de dos rondas. Si ningún candidato obtiene más del 50% de los sufragios, se celebra una segunda vuelta entre los dos principales aspirantes. El ganador del balotaje es investido.
- No obstante, no se ha llegado a celebrar nunca una segunda vuelta en la Bielorrusia capitalista. Desde las elecciones de 1994, Lukashenko ha ganado todos los comicios con una mayoría absoluta.
- Las presidenciales de 2015 le valieron su quinto mandato con el 87% de los apoyos. Las legislativas de 2019, a su vez, fortalecieron su control sobre la Asamblea Nacional después de que ningún partido o candidato de la oposición lograra un solo escaño. Los dos diputados críticos que en 2016 obtuvieron representación parlamentaria no pudieron presentarse entonces a una reelección.
A ello se suma el hecho de que no habrá observadores internacionales de la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (OIDDH) de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). El organismo sostiene que no ha recibido la invitación oportuna, aunque Minsk asegura haberlas cursado ya.
- Igualmente, las autoridades bielorrusas han reducido a cinco el número de observadores nacionales con acceso a los puntos de votación para minimizar, según justificaron, el riesgo de contagio en el marco de la pandemia de COVID-19.
- Con todo, una delegación de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) ha confirmado su participación en el monitoreo de las elecciones.
Las encuestas de aprobación realizadas hace unos meses por organizaciones no estatales concedían al mandatario apenas el 3-6% de los apoyos hasta que las autoridades bielorrusas prohibieron que los medios de comunicación siguieran emitiendo sondeos.
- Las perspectivas oficiales de intención de voto otorgan una amplia mayoría de apoyos a Lukashenko. Según la encuesta del canal de televisión público ONT difundida el 29 de julio, el 72,3% de los bielorrusos votará a su actual presidente frente al 7,5% que hará lo propio con Tijanóvskaya. El sondeo del centro analítico Ecoom publicadao el día 30 augura una victoria todavía más holgada para Lukashenko: el 87,8% de papeletas contra el 9,1% de su contrincante.
- Según un estudio del Laboratorio Juvenil de Estudios Sociológicos del Comité Bielorruso de Asociaciones Juveniles, el 91,9% de la población percibe los próximos comicios como un “acontecimiento importante en la vida del país”.
La votación anticipada comenzó el 4 de agosto y concluirá el próximo sábado, en la víspera de la jornada principal.
- En estos tres días han acudido a las urnas el 22,47% del censo electoral, cifrado en poco más de 6,8 millones de ciudadanos, según ha informado la CEC.
- En las presidenciales de 2015, en tres días de voto anticipado habían acudido a las urnas el 18,69% de los electores, casi 4 puntos porcentuales menos que en esta ocasión.
#Fact
Lukashenko ha sido el primer y único presidente de Bielorrusia desde que se creó el cargo en 1994, tres años después de que la república firmase su independencia de la Unión Soviética (URSS). Desde entonces, ha sido reelegido cuatro veces.
- Con 26 años consecutivos a las riendas del país, es el gobernante europeo actual no monarca que más tiempo se mantiene en el mando.
- Aunque no de forma continuada y alternando distintos cargos, le siguen su homólogo ruso, Vladimir Putin (20 años), el presidente turco Recep Tayyip Erdogan (17 años), la canciller alemana, Ángela Merkel (15 años), y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán (14 años).
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