“Fue la primera noche que pude dormir bien en mucho tiempo”, dice Ángel Hernández a Newtral.es sobre el día en que se aprobó la ley de eutanasia, el pasado jueves 18 de marzo. Casi dos años después de que Ángel ayudase a morir a su mujer, María José Carrasco, —el 3 de abril de 2019— esta prestación sanitaria ya es una realidad en España. El juicio oral de la investigación judicial a Ángel Hernández se celebrará este 2021, un delito por el que la Fiscalía solicita seis meses de prisión.
Su detención hizo que Marcos Hourmann —el primer médico en España condenado por practicar la eutanasia— quisiese llevar su batalla un paso más allá. Así, tan solo unos meses después de estrenar la obra de teatro Celebraré mi muerte, que protagoniza él y que fue dirigida por Alberto San Juan, Marcos inició una petición en Change.org con el objetivo de que la Fiscalía no presentase cargos contra Ángel Hernández. La campaña alcanzó 600.000 firmas en poco tiempo y sirvió como catalizador de un movimiento a favor de la muerte digna que se inició con Ramón Sampedro en la década de los 90.
Muchos nombres vinieron después del suyo. Por ejemplo, Pedro Martínez, José Antonio Arrabal, Antoni Monguilod, Luis de Marcos, Maribel Tellaetxe o María José Carrasco, todos ellos fallecidos ya pero no en las condiciones y en el momento que deseaban. También han sido voz de esta lucha los familiares de aquellos enfermos que reclamaban una muerte digna, como Carme Barahona, madre de Iván, Asun Gómez, viuda de Luis de Marcos, o Danel, David y Txema Lorente, hijos y marido de Maribel Tellaetxe.
Change.org y el movimiento pro eutanasia
Luis de Marcos, María José Carrasco y Maribel Tellaetxe (tres de los casos más recientes en España) tenían algo en común: una enfermedad degenerativa y la decisión de poner fin a su vida. Ninguno llegó a ser testigo de una ley de eutanasia que regulase su deseo. Luis —con esclerosis— y Maribel —con alzheimer— tuvieron que esperar, simplemente, a que llegara su hora; sin embargo, María José —también afectada de esclerosis— se suicidó con la ayuda de su marido, Ángel Hernández.
Change.org funcionó como una plataforma de encuentro. Antes de la petición de Marcos Hourmann, iniciaron la suya propia Luis de Marcos y José Antonio Arrabal. Ambos fallecieron en 2017, con apenas unos meses de diferencia, aunque el primero de muerte natural y el segundo, se suicidó. Asun Gómez, viuda de Luis, fue quien recogió el guante y decidió seguir adelante con la batalla iniciada por su marido.

A finales de 2018, la familia de Maribel Tellaetxe, que por entonces todavía vivía, inició otra petición en Change.org donde pedía la despenalización de la eutanasia. Unos meses después, en marzo de 2019, Maribel falleció.
Fue un mes después cuando Ángel ayudó a morir a María José y el médico Marcos Hourmann empezó otra campaña que se sumaba al movimiento a favor de una muerte digna. Las tres peticiones —la de Marcos, la de la familia de Maribel Tellaetxe y la de Luis de Marcos en manos de Asun— alcanzaron un millón de firmas que fueron presentadas en el Congreso de los Diputados en julio de 2019. “Empecé la campaña con Luis a principios de 2017, pero él se murió en agosto de 2017. Estuve sola hasta que apareció la familia de Maribel y luego Marcos. Eso lo cambió todo”, cuenta Asun Gómez a Newtral.es.
Y en noviembre de ese año, un último golpe de efecto: Ángel Hernández iniciaba una petición más exigiendo que, una vez formado el nuevo gobierno, se siguiesen los trámites necesarios para despenalizar y regular la eutanasia. Unos meses después, en febrero de 2020, poco antes de que estallase una pandemia mundial, el Congreso daba luz verde para su tramitación.
“La pandemia lo paralizó todo al principio y pensábamos que no saldría adelante o que tardaría más en salir”, reconoce Asun. La responsabilidad que asumieron “por conseguir una ley a tiempo para muchos y muchas” fue lo que les empujó a no decaer, presionando a los grupos parlamentarios para que la tramitación no se retrasase. Hasta que en diciembre de 2020, el Congreso de los Diputados, tras la celebración de un Pleno Extraordinario, aprobaba el Dictamen de la Comisión de Justicia sobre la Proposición de Ley Orgánica para la regulación de la eutanasia en España con 198 votos a favor, 138 en contra y dos abstenciones.

Ley de eutanasia: Una lucha de pacientes y familiares
Ángel Hernández insiste en que los pacientes que han reclamado una muerte digna “son los verdaderos protagonistas”: “Pero como no están vivos, hemos sido los familiares quienes hemos tenido que dar la cara”, afirma. Reconoce que la tensión de estos años “ha sido muy fuerte” y que, en su caso, estaba unida “al sufrimiento de los años previos a la muerte de María José”: “Nunca pudo beneficiarse de la ley de dependencia. Estuvo nueve años esperando una residencia. No la ayudaron a morir pero tampoco a vivir”.
“Ahora me duermo de pie de lo cansado que estoy”, dice Ángel. Sin embargo, con la ley aprobada —que ya ha sido publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y que entrará en vigor a finales de junio—, la batalla no ha llegado a su fin. Falta ver cómo se implementará en las comunidades autónomas: “Veremos qué pasa en aquellos territorios donde gobiernan partidos que se han mostrado contrarios a esta ley, como el PP y Vox. Querría descansar de todo esto pero no puedo, yo ahora no puedo pensar que pase lo que pase, mi lucha es que esta ley se apruebe y, sobre todo, que se aplique”, apunta Ángel.
Del mismo modo opina Txema Lorente, viudo de Maribel Tellaetxe, que en conversación con Newtral.es señala que “desarrollar la ley no va a ser fácil”: “La lucha no la damos por terminada, damos por terminado el hecho de que se haya conseguido instaurar la ley”, añade.

Y uno de los hijos de Txema y Maribel, Danel Lorente, también comparte esta preocupación: “En aquellas autonomías gobernadas por partidos contrarios a la eutanasia veremos a ver cómo se conforman las comisiones evaluadoras. Esperemos que no se genere una gran desigualdad territorial. La ley se ha hecho para la gente no tenga que morir sola y en clandestinidad, sino para que pueda hacerlo en compañía y sin implicar judicialmente a ningún familiar”.
Al menos, de momento, Danel ha podido cumplir la promesa que le hizo a su madre: evitar el sufrimiento del último tramo de vida a aquellas personas con enfermedades irreversibles e incapacitantes que deseen elegir cómo y cuándo morir. “Siento algo de rabia por no haberlo podido conseguir antes y haberle evitado dos años de sufrimiento a mi ama, pero pesan más la alegría, la satisfacción y el alivio”, cuenta Danel a Newtral.es.
Ahora, como dice Txema, “las personas podrán decidir cómo vivir y cómo morir”. Un ejemplo es Ana Mosquera, a quien hace 15 años le diagnosticaron ELA, cuando tenía 38. Su marido, Juanjo Uriz, explica a Newtral.es que “cuando llegue el momento, Ana hará uso de este derecho”: “Ella siempre me pidió que cuando estuviese imposibilitada del todo, la ayudase a morir. Y se lo prometí. Que esta ley haya llegado a tiempo es un alivio para ella y para su familia. Cuando se aprobó me dijo que se le había quitado un peso de encima al saber que el día que llegue, no nos pasará nada a nosotros [sus familiares]”.

La comisión anterior y posterior
Marcos Hourmann también tiene reticencias en cuanto a la futura implementación de la ley. En concreto, en lo referente a la Comisión de Garantía y Evaluación que deberá controlar el proceso tanto antes como después. “No comparto que haya una comisión posterior, me parece innecesaria y que da pocas garantías a los médicos. Yo quiero rendir cuentas cuando el paciente esté vivo”, explica a Newtral.es. “Creo que no pasa nada por burocratizar un poco más el trámite si es efectivo y garantista”, añade.
Desde su punto de vista, la ley “es imperfecta en su diseño desde su nacimiento”, pero también considera que “su aprobación ha sido un paso importantísimo”. Como médico, Marcos advierte de que con esta ley “podría pasar como con la ley del aborto y la objeción de conciencia”: “Esperemos que haya médicos que quieran dar este servicio, y que no se les estigmatice por querer ayudar a morir a otros, que no les llamen ‘doctor muerte’ en el hospital en el que trabajan como me pasó a mí”.