El hielo de Groenlandia, en el punto de no retorno

Deshielo en las tierras de Washington, Groenlandia | NASA
Deshielo en las tierras de Washington, Groenlandia | NASA
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Una Groenlandia más verde que blanca puede ser una buena noticia para los intereses de Donald Trump, que hace un año sugirió comprar la isla a Dinamarca. Pero pésima para el planeta. Los barcos cada vez puede que puedan abrirse paso entre nuevas rutas marítimas antes ocupadas por hielo. Pero el ingente vertido de agua al Atlántico que está suponiendo el derretimiento afecta al equilibrio del océano y de las aguas que baña.

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Superficie derretida cada año en Groenlandia | NSIDC
El papel del derretimiento de Groenlandia en el nivel del mar ha sido subestimado

Un nuevo estudio advierte que Groenlandia ha entrado en un punto de no retorno en su particular emergencia climática: no nieva ni hace el frío lo suficiente comompara reponer el hielo que se deshace cada verano.

La conclusión, publicada en Nature Communications Earth and Environment, implica que los glaciares de Groenlandia han pasado una especie de punto de inflexión, donde la nevada que repone la capa de hielo cada año no puede seguir el ritmo del hielo que fluye fundido hacia el océano.

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«Hemos estado analizando estas observaciones de teledetección para estudiar cómo han variado el vertido y acumulación de hielo», ha señalado Michalea King, autora principal del estudio e investigadora del Centro de Investigación Polar y Climática Byrd (Universidad del Estado de Ohio). «Lo que hemos encontrado es que el hielo que se vierte en el océano supera con creces la nieve que se acumula en la superficie de la capa de hielo».

Una mirada antigua desde el cielo

King y otros investigadores analizaron datos de satélites mes a mes. Más de 200 grandes glaciares que desembocan en el Atlántico alrededor de Groenlandia. Sus observaciones muestran cuánto hielo se rompe en icebergs o se derrite de los glaciares al océano. También muestran la cantidad de nieve que cae cada año.

En rojo (izda.), pérdida de masa helada. En la gráfica, vertido de agua derretida. | King et al.
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Encontraron que, a lo largo de las décadas de 1980 y 1990, la nieve ganada a través de la acumulación y el hielo derretido o desprendido de los glaciares estaban en su mayor parte en equilibrio, manteniendo intacta la capa de hielo. A lo largo de esas décadas, descubrieron los investigadores, las capas de hielo generalmente perdían alrededor de 450 gigatoneladas (alrededor de 450 mil millones de toneladas) de hielo cada año por el flujo de salida de los glaciares, que fueron reemplazados por nevadas.

groenlandia

La ola de calor llevó a Groenlandia a un deshielo histórico en 2019

«El glaciar ha golpeado la dinámica de toda la capa de hielo en un estado constante de pérdida», añade Ian Howat, coautor del artículo, profesor de ciencias de la Tierra en la Universidad del Estado de Ohio. «Incluso si el clima se mantuviera igual o incluso se enfriara un poco, la capa de hielo seguiría perdiendo masa».

«Estamos midiendo el pulso de la capa de hielo, la cantidad de hielo que drenan los glaciares en los bordes de la capa de hielo, que aumenta en el verano. Y lo que vemos es que se mantuvo relativamente estable hasta que se produjo un gran aumento en la descarga de hielo al océano durante un período corto de cinco a seis años», ha señalado King.

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Esto, ¿en qué me afecta?

Lo que ocurre en Groenlandia no se queda en Groenlandia. Como explicaba en este vídeo el investigador Pablo Rodríguez-Ros, «todo lo que sucede en el océano está conectado». Un vertido de agua dulce de hielo masivo altera los ecosistemas cercanos y más alejados, provoca cambios en las especies que los habitan y que son, a veces, sustento pesquero.

«También tiene un papel muy importante en la subida del nivel de los mares», explica, en línea con otro trabajo publicado en diciembre en Nature. Centrado en el hielo ártico y el impacto de su derretimiento en la subida del nivel del mar global, que «ha sido infravalorada».

Laia Romero, que participó desde Lobelia Earth en el análisis de datos, explicaba entonces a Newtral.es que, tras observar los datos de 1992 a 2018, «con Groenlandia podemos ver que el nivel del mar puede llegar a aumentar hasta unos 6 metros [en la costa] a partir del deshielo de la masa que encontramos ahí».

Lo llamativo de este trabajo es que hasta 1990 había un equilibrio entre el hielo que se perdía y el que se ganaba. Como en el hemisferio sur, el deshielo se acelera en los últimos años, vertiendo al océano, en este caso, más de 3 billones de toneladas de material derretido en este periodo.

«Lo que pasa en Groenlandia como lo que pasa en Rusia tiene un impacto en el mundo», recuerda Romero, quien recalca que la clave para sacar conclusiones es la observación a largo plazo. Algo más que un simple cambio de paisaje, que haga de Groenlandia algo diferente a los helados anillos de Saturno.

De las avionetas militares a los satélites

Si hace medio siglo eran pases de avioneta los que retrataban el deshielo polar, hoy los gigas de datos de satélites permiten saber casi en tiempo real cómo se comportan glaciares y otras masas de hielos. Los últimos datos apuntan a que es un proceso más rápido del esperado.

Tecnología y procesado de datos con sello español trabajan para entender qué está pasando en la Antártida y en el Ártico, tal y como contamos en este vídeo de febrero de 2020.

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