Cómo organizar la vida post-vacuna es una de las principales incógnitas a las que se enfrentan los gobiernos. En este sentido, la Unión Europea ha sugerido crear un pasaporte europeo de vacunación que certifique que has recibido la cura contra la COVID-19, facilitando así el turismo y la libre circulación sin riesgos dentro de la UE.
Este será uno de los temas centrales en la cumbre que los líderes europeos celebran telemáticamente el 21 de enero. Así lo ha manifestado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que en su tradicional invitación a los jefes de Estado y Gobierno ha señalado que los Veintisiete estudiarán la “idoneidad” del peculiar pasaporte y, si es necesario, “bajo qué circunstancias podría ser usado”.
Lo más importante
Dentro del club comunitario hay diversidad de opiniones al respecto. Los más dependientes del turismo, como España y Grecia, ven el pasaporte de vacunación como un impulso para reactivar los viajes y todo el sector económico que eso comporta. Los países del norte tienen más recelos, pues, como indicó el secretario de Estado para la UE de Francia, Clement Beaune, este documento podría otorgar “más derechos a unos que a otros”.
- La Comisión Europea trata con pies de plomo el asunto, pues, como recordó el vicepresidente Maros Sefcovic, la vacunación es voluntaria. En este sentido, Sefcovic subrayó que la UE no quiere “crear una situación en la que a las personas que no se quieran o puedan vacunar, se les limiten sus derechos y libertades”.
- No obstante, la Comisión sí ve efectivo este certificado como herramienta para facilitar el seguimiento de las personas vacunadas. También sugiere utilizarlo para el rastreo de puntuales efectos secundarios. La ampliación de los usos del pasaporte -para los viajes, por ejemplo- podría llevarse a cabo cuando la mayoría de los europeos estén vacunados.
- Una de las prioridades del Ejecutivo comunitario será que, en caso de aprobarse la adopción de este “pasaporte”, se respeten los datos de los ciudadanos europeos y se cumpla con las reglas de privacidad.
¿Cuál es el contexto?
El primer ministro griego, Kyariakos Mitsotakis, fue quien puso esta idea sobre la mesa. En una carta enviada a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentó el pasaporte como un mecanismo para facilitar la libertad de movimientos de las personas ya vacunadas. Remarcó, sin embargo, que no puede suponer el establecimiento de la vacunación obligatoria.
En la inauguración de la presidencia de turno portuguesa de la UE, Von der Leyen confesó que “es necesario tener un certificado” de este tipo. Pese a ello, no quiso adelantar qué permitirá estar en posesión de dicho documento. El primer ministro portugués, António Costa, aplaudió sus palabras, argumentando que “es esencial que encontremos un modo de asegurar la libre circulación en Europa” y que “nos haga sentirnos a salvo el próximo verano”.
El primer debate de los Veintisiete sobre este asunto se celebró el 18 de enero en el Consejo de Asuntos Generales. En la rueda de prensa posterior a la cita, la secretaria de Estado portuguesa, representante de la presidencia lusa del Consejo de la UE, señaló que existe “demasiada incertidumbre” aún sobre la propuesta. Pese a ello, varios países mostraron su entusiasmo en torno a la medida, entre ellos España. El secretario de estado de la UE, Juan González-Barba, defendió que un reconocimiento mutuo de certificados nacionales de vacunación puede contribuir a la movilidad intraeuropea.
¿Qué hay que tener en cuenta?
La idea ya había sido promulgada por otros países y organizaciones, que ven la inmunidad contra la COVID-19 como un requisito a cumplir para los desplazamientos fronterizos del futuro cercano.
- Compañías como Microsoft y Oracle están trabajando en un sistema de verificación para que los certificados de vacunación no puedan falsificarse.
- Estonia lleva trabajando con la OMS desde octubre en el desarrollo de un certificado digital de vacunación.
- A mediados de septiembre, Hungría decidió abrir las fronteras para aquellos que puedan proporcionar evidencias de que ya han pasado el coronavirus. Para entrar en el país es necesario presentar una prueba positiva y una negativa (posterior) realizadas en los últimos seis meses.
- En Dinamarca, la ministra de Salud adelantó que se está trabajando en un pasaporte digital de vacunación para que los daneses puedan viajar a aquellos países que así lo soliciten en un futuro, según explica Reuters.
Algunas organizaciones de derechos civiles se han mostrado en contra de su adopción. En su opinión, dicho documento provocará un “apartheid de la salud”, según señaló el director de Big Brother Watch en The Guardian. «Estos certificados digitales dejarán al descubierto nuestros registros confidenciales, desde datos médicos, laborales, de viaje y biométricos”, argumenta el líder de la organización.
#Fact
Las relaciones llegan tensas a la cumbre después de que se desataran los rumores de que Alemania y Chipre -países de donde son nacionales Von der Leyen y la comisaria de Salud, Stella Kyriakides- han estado negociando una compra de vacunas paralela al margen del acuerdo marco negociado por la Comisión Europea para los Veintisiete. Ante estas informaciones, el eurodiputado del PSOE Javi López registró una pregunta parlamentaria al Ejecutivo comunitario para clarificar el asunto.
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