La constitución de la Mesa rompe la unidad independentista necesaria para gobernar

EFE I La recién elegida presidenta del Parlament, Laura Borràs de JxCat
Tiempo de lectura: 5 min

La presidenta de la Mesa del Parlament de Cataluña será Laura Borràs, la candidata propuesta por JxCat. Fue elegida en segunda vuelta frente a la socialista Eva Granados, pero no contó con el apoyo unánime del grueso independentista. La CUP anunció pocas horas antes de la votación que no daba el visto bueno a esta decisión por la imputación de Borràs por presunta corrupción y se ha abstenido. 

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A pocas semanas de la sesión de investidura del nuevo president de la Generalitat, está diversificación del voto independentista no es una buena noticia. Podría ser el augurio de las dificultades para gobernar que ERC y JxCat se encontrarán a lo largo de la legislatura. Eso si consiguen empezarla.

Lo más importante

Los votos de los anticapitalistas no eran necesarios para que Junts se hiciera con el control de la Mesa, pero sí son indispensables para que Pere Aragonès sea investido president de la Generalitat. JxCat y Esquerra suman 65 diputados, por lo que les faltan tres, que deberían salir de los nueve de la CUP.

  • La cabeza de lista de la CUP, Dolors Sabater, ha señalado en una rueda de prensa posterior a la constitución de la Cámara que su partido no cederá sus votos como un “cheque en blanco”. 
  • Sabater ha criticado duramente a Junts, que no desveló hasta el último momento su propuesta para presidir la Mesa, lo que ha provocado que los tres partidos se levantaran de la negociación sin un acuerdo conjunto.

Tampoco lo tiene claro el expresidente Carles Puigdemont, que en una entrevista en El Punt Avui tras anunciarse el acuerdo para la Mesa señaló que “todavía no está claro” que JxCat y ERC se “entiendan” para formar gobierno.

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  • El expresident se niega a hablar de sillas y exige que primero se pacte la línea a seguir por el ejecutivo durante la nueva legislatura. “Esto no va de repartir consejerías, va de saber qué haremos con nuestros votos los próximos años”, subraya.
  • Principalmente, Puigdemont reclama una estrategia conjunta en el Congreso de los Diputados. “No puede ser que en Madrid unos vayan por su cuenta haciendo tratos con el Gobierno”, ha señalado en referencia a la mesa de diálogo y el apoyo de ERC a ciertas políticas de Pedro Sánchez.

¿Cuál es el contexto?

Lograr el apoyo de los anticapitalistas en la investidura siempre ha sido el principal quebradero de cabeza para Junts y Esquerra, aunque las negociaciones entre ambos tampoco han destacado por su rapidez. En la última legislatura, JxCat y ERC lograron un acuerdo de investidura el 8 de marzo de 2018 -más de dos meses después de las elecciones-, aunque la aprobación final de la CUP no llegó hasta el último momento, al límite de la repetición electoral. Fueron más allá en 2016, cuando obligaron a que JxSí cambiara a su candidato, Artur Mas, por Carles Puigdemont, a quien los anticapitalistas brindaron su apoyo a menos de una semana de la disolución de la Cámara. Los ‘cupaires’ incluso celebraron una asamblea para que las bases decidieran si debían darle su apoyo o no a Mas, pero acabó en empate.

En esta ocasión, el que se presenta a la investidura es un candidato republicano, lo que a primera vista facilitará el acuerdo. No obstante, cabe destacar que tras las elecciones del 21 de diciembre de 2017, la CUP no apoyó que Roger Torrent (ERC) ocupara la presidencia de la Mesa. 

¿Qué hay que tener en cuenta?

Los reproches entre los futuros socios de Govern no se han hecho esperar. Borràs ha lanzado el primer dardo en su discurso de toma de posesión como presidenta de la Mesa, durante el que ha obviado el mandato de Torrent, su antecesor, y ha anunciado que su objetivo es “recuperar la dignidad de la cámara” y retomar el trabajo “allá donde lo dejó la expresidenta Carme Forcadell”.

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La propia elección del cargo -presidenta del Parlament y no vicepresidenta del Govern- es un ejemplo más de su estrategia: marcar perfil propio alejada del desgaste que supone gobernar y desvincularse de la bandera del diálogo que ondea ERC.

#Fact

Ahora quedan por delante semanas de negociación, pero el tiempo es limitado. Una vez constituido el Parlament, la presidenta de la Cámara deberá proponer un candidato a la investidura, que puede llevarse a cabo hasta el 26 de marzo. Dicho candidato deberá conseguir la mayoría absoluta (68) o presentarse dos días después a una segunda sesión, en la que solo necesitará la mayoría simple (más síes que noes). Si no hay acuerdo dos meses después de la primera votación, se repetirán las elecciones.

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