La travesía del desierto del partido de Evo Morales

Luis Arce, candidato del MAS a la Presidencia en Bolivia
Luis Arce | Matias Baglietto (Shutterstock)
Tiempo de lectura: 5 min

Bolivia lleva más de 10 meses instalada en una crisis política. Todo empezó en la primera vuelta de las elecciones del 20 de octubre de 2019, entre las acusaciones de fraude electoral hacia Evo Morales, quien tras 13 años en la Presidencia, acabó dimitiendo y saliendo del país en medio de protestas sociales que se prolongaron durante 21 días.

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La convocatoria de unas nuevas elecciones está en el centro de las demandas sociales y de las diferencias entre el poder Ejecutivo —que asumió el gobierno interino de Jeanine Áñez— y el Legislativo —compuesto en dos tercios por el partido de Morales, el Movimiento Al Socialismo (MAS), que ahora ejerce de oposición. 

Lo más importante

El gran nudo gordiano es la fecha de esos comicios, un asunto condicionado plenamente por la pandemia del coronavirus, que ya ha provocado dos retrasos:

  • La primera convocatoria del 3 de mayo se postergó por la crisis sanitaria. 
  • Y a lo largo de mayo, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) llegó a un acuerdo con partidos de la oposición para fijar el 6 de septiembre. 
  • El TSE decidió el pasado jueves 23 aplazar las presidenciales al 18 de octubre.

Pero en la discusión sobre la convocatoria electoral también hay un trasfondo político. Por un lado, el gobierno interino presionaba para aplazar las elecciones, mientras que los demás partidos prefieren que sean cuanto antes para cambiar el signo del Ejecutivo.

¿Cuál es el contexto?

El clima de polarización crece por momentos en contra del partido de Morales, el MAS, y de su candidato y exministro de Economía, Luis Arce. 

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  • Tiene enfrente tanto a la presidenta interina, Jeanine Áñez (Movimiento Demócrata Social), como al expresidente entre 2003 y 2005 Carlos Mesa (Comunidad Ciudadana), quien quedó segundo en las elecciones de octubre con el 37% de los votos, tras el 46% de Morales. Paradójicamente, cuando Áñez tomó posesión del cargo, su promesa fue no presentarse a las elecciones. Sin embargo, desde enero su nombre figura en la lista de candidatos a la Presidencia.
  • Desde la bancada oficialista hay un movimiento para demandar a Arce por haber revelado una encuesta interna del MAS en televisión, lo que condena la ley electoral en Bolivia. En unas elecciones en 2015, esta infracción ya forzó la inhabilitación de los candidatos de un partido regional. 
  • El MAS tomó aire en junio al conocerse un estudio universitario en The New York Times que sembraba dudas sobre el reporte electoral de la OEA que incitó a Morales a dejar el cargo y el país. A raíz de este documento, el debate sobre el fraude se relanzó, aunque se centraba en los métodos estadísticos y no en las posibles falsificaciones de votos.
  • Durante los mandatos de Morales, Bolivia se posicionó entre los países latinoamericanos con mayor crecimiento económico: un 5% del PIB anual y una disminución del 36,7% a 16,8% de la pobreza extrema entre 2005-2015. Luis Arce reivindicará en la campaña el llamado “milagro económico boliviano”.
  • Por otro lado, la Fiscalía de Bolivia imputó a Morales, refugiado en Argentina, por delitos de «terrorismo» y «financiación al terrorismo» por los hechos durante las protestas de otoño pasado y pidió su detención preventiva.
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  • Asimismo, este lunes 24 de agosto, el Gobierno interino ha presentado dos denuncias contra Morales por supuesto estupro y trata y tráfico de personas por una supuesta relación con una joven cuando era menor de edad. El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Choque, miembro del MAS, ha declarado a los medios que son «solamente acusaciones» y espera que alguien presente su denuncia con pruebas. A su juicio, las denuncias son políticas para «tratar de bajar el apoyo» de la población boliviana al partido de Morales y reflejan la «falta de iniciativas» políticas del Gobierno interino de Áñez.

¿Qué hay que tener en cuenta?

Las últimas encuestas de intención de voto colocan a Arce y a Mesa en un nivel muy parejo:

  • Según el sondeo más reciente de Mercados y Muestras, elaborado entre el 6 y el 11 de agosto para el diario Página Siete, Arce y Mesa alcanzarían un empate técnico con el 23% de los votos cada uno, lo que les obligaría a presentarse a una segunda vuelta para definir el ganador. Áñez obtendría solo el 12%.
  • Para encontrar otras encuestas electorales similares hay que volver a julio: Ipsos, empresa francesa de sondeos internacionales, emitió un pronostico parecido hace un mes: 26% de los votos para Arce y para Mesa. La presidenta actual se quedaría en tercer lugar con el 14% de los sufragios.
  • El sondeo llevado a cabo por CELAG entre finales de junio y principios de julio, en cambio, otorga un 41,9% al candidato masista frente a  un 26,8% al expresidente, lo que convertiría a Arce en el próximo presidente de Bolivia sin necesitar una segunda vuelta. Sin embargo, esta empresa ha recibido críticas por su sesgo con MAS ya que el exvicepresidente García Linera es miembro del consejo, además de no estar autorizada para difundir sondeos por el TSE.

#Fact

364. Son las hojas del calendario que Bolivia habrá arrancado desde las elecciones en las que empezó todo, los comicios del 20 de octubre de 2019. Veremos si la crisis política y de gobernabilidad en Bolivia queda resuelta el 18 de octubre de este año.

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