Pañuelos blancos en Sri Lanka, lava volcánica en Filipinas, cocaína en Francia, agua salada en China. Son algunos de los remedios que se han llegado a utilizar con la intención de protegerse del COVID-19. Estados Unidos e Irán siguen sin ser aliados pero en una punta un líder religioso recomienda beber metanol y en la otra, un presidente, inyectar desinfectante a los enfermos.
En plena pandemia un artículo de la revista Sapiens recordaba que “las personas se refugian en la magia cuando se sienten indefensas”. El miedo provocado por la pérdida de sensación de seguridad o la polarización ideológica son algunos de los factores que contribuyen al hecho de que la gente busque refugio en la pseudociencia.
“Lo más importante para un paciente de la Edad Media no es que te curen, sino que te den un pronóstico. Arreglar tus asuntos antes de ir al cielo es importante”
Así lo explica a Newtral.es Astrid Wagner, científica titular del Instituto de Filosofía del CSIC: “La crisis actual ha arrancado a gran parte de la población de su ritmo, encerrando a personas en espacios reducidos. De repente, llegamos a ser conscientes de lo que significa ser vulnerable en primera persona o estar preocupados por personas cercanas, lo que significa perder el control de la autoprotección y hacer frente a una amenaza invisible”.

Y ante esa perspectiva vital, “todas las miradas se fijan en la ciencia”, sigue Wagner, una ciencia que no produce certezas absolutas al ritmo necesario, en este caso, para frenar la incidencia del COVID-19. A lo largo de la historia la falta de respuestas de la ciencia hegemónica ha abierto la puerta a prácticas consideradas terapéuticas por algunos, pero carentes de evidencias científicas”.
El camino hacia la vida eterna
En la Edad Media las disputas médicas se libraban entre pócimas y estrellas. “La alquimia y la astrología estaban bajo sospecha”, cuenta a Newtral.es Carmel Ferragud, profesor de Historia de la Ciencia en la Universitat de València. Aún así este especialista en la Edad Media no termina de poner la etiqueta de ‘pseudociencia’ a estas especialidades: “el top es pensar que con conjuros se va a llegar a la vida eterna, pero los boticarios realizaban procedimientos alquímicos que podían ser útiles”.

Aunque estas prácticas médicas estaban reguladas, en las pandemias de la época, como con la Peste Negra, se podían recorrer otros itinerarios médicos en busca de una alternativa sanadora, o de un pronóstico, el de la muerte. “Lo más importante para un paciente de la Edad Media no es que te curen, sino que te den un pronóstico. Si eres creyente, arreglar tus asuntos antes de ir al cielo es muy importante”, cuenta Ferragud.
Por aquel entonces el curanderismo, la medicina credencial basada en conjuros, en oraciones, o en tactos de gracia era una salida más. “Eso también pasa mucho ahora”, concluye.
Transmutación maravillosa e increíble
La doctrina médica imperante se va descomponiendo a lo largo del siglo XIX y emergen toda una serie de teorías y posibilidades alrededor del mundo. Estados Unidos es un ejemplo, donde la combinación del liberalismo con un mercado médico poco implantado “permite que se desarrollen todo este tipo de teorías, y emergen la osteopatía o la quiropráctica”, dice Alfons Zarzoso en conversación telefónica con Newtral.es.
Y nunca han faltado a su cita con este contexto de oportunidades los “impostores, la gente que intentaba sacar partido económico a la enfermedad”, relata el director del Museu d’Història de la Medicina de Catalunya.

A finales de siglo en un laboratorio se encuentra un patógeno (el causante de las enfermedades) y se sientan las bases de la medicina científica más poderosa. “Significa el desarrollo de la primera vacuna y también de la cirugía, intervenir para resolver problemas”, explica Zarzoso, “y se crea un nuevo espacio, la sala de operaciones, lo que llamamos quirófano”. Desde el Museu d’Història de la Medicina de Catalunya lo califican de “auténtica revolución”.
La revolución de la pseudociencia
En el siglo XX hay una respuesta muy contundente frente a la medicina, que está altamente tecnologizada y se la acusa de deshumanizarse. Según Zarzoso, la mayor crítica se produce por el uso de medicamentos con “repercusiones muy negativas”. “El caso más paradigmático es el de la talidomida”, un fármaco usado en embarazadas que provocaba graves malformaciones en el feto.
Ensayo, error y Mayo del 68. Así, “surge un movimiento contracultural que intenta buscar equilibrios entre la salud espiritual y la física, es un movimiento de espiritualismo y orientalismo en el que reemergen las medicinas alternativas, como la homeopatía, la meditación o el herbalismo”, cuenta Zarzoso.
Con contexto histórico pero sin tapujos, Angelo Fasce llama a estas alternativas “pseudociencias”. “El movimiento New age consideraba a la ciencia como parte del establishment, y la medicina alternativa ofrecía la oportunidad de desarrollar sus manifestaciones culturales propias”, explica este doctor en Lógica y Filosofía de la Ciencia. En este momento las terapias con más carácter espiritual vuelven a coger fuerza.
“Por más que se venden como contraculturales”, dice Fase, “las pseudoterapias están explícitamente promocionadas por los poderes fácticos”. Casi podría decirse que Fasce le pone nombre propio a la pseudociencia: Sigmmund Freud, Mao Zedong o Adolf Hitler. Este experto en pseudociencia destaca tres hitos o “momentos históricos importantes”. Entre ellos, el nacimiento del psicoanálisis, “que se retrotrae hasta el mesmerismo y la charlatanería hipnótica”, explica a Newtral.es.
Fasce destaca dos “nacionalismos exacerbados” que dieron impulso a las pseudociencias. Por un lado el Tercer Reich, durante la Segunda Guerra Mundial: “se desarrolló una medicina aria, la medicina germánica, que ha dado pie al desarrollo de mucha pseudociencia centrada en el cáncer, como la bioneuroemoción” o la Nueva Medicina Germánica.
También lo hizo la China de Mao con la bilis de oso o el cuerno de rinoceronte, o Japón, donde se desarrolló el reiki como reacción nacional a la medicina china, en un momento de en que estas terapias reivindicaban el imaginario colectivo mucho mejor que la “medicina científica”, subraya Fasce.
Controversias del prefijo “pseudo-”
Para Fasce una de las claves del éxito de la mayoría de las pseudociencias es su capacidad de imitar e incorporar una “sexy parafernalia científica”. “La gente confunde la pseudociencia con la ciencia, toma homeopatía o va al kinesiólogo porque piensa que es ciencia, pero es un mito, no hay ni una brizna de evidencia científica”, critica.
Pero en el ámbito académico, la línea imaginaria que separa la terapia de la pseudoterapia es difusa. Para Enrique Perdiguero, catedrático de Historia de la Ciencia en la Universidad Miguel Hernández, a veces pecamos de “etnocentrismo” y sin necesidad de viajar muy lejos.
“El mapa de regulaciones en Europa es muy variopinto”, explica Perdiguero a Newtral.es, “lo que llamamos medicina oficial es medicina oficial aquí, y en otros sitios es otra, como ocurre con la osteopatía”.
Lo mismo ocurre con la homeopatía, cuyo uso está aceptado y extendido en Francia o Alemania, mientras que en España todavía se encuentra en un limbo científico, clasificada por el Ministerio de Sanidad en la lista de las 66 terapias que todavía están en evaluación.
Según el plan para la protección de la salud frente a las pseudoterapias puesto en marcha por el ejecutivo socialista en 2018, se considera pseudoterapia a la sustancia, producto, actividad o servicio con pretendida finalidad sanitaria “que no tenga soporte en el conocimiento científico ni evidencia científica que avale su eficacia y su seguridad”.
Una definición que casa a la perfección con la homeopatía, según Farmaciencia, una asociación de farmacéuticos que lucha para que este producto deje de venderse en las farmacias. “Queremos que la población no lo vea como un remedio”, explica a Newtral.es Carlos Alonso.

Para el presidente de Farmaciencia, el consumo de homeopatía implica una pérdida de la oportunidad terapéutica: “muchos enfermos pierden un tiempo que en muchos casos es vital, hay muertes de enfermos con cáncer que en vez de tomar un tratamiento anticancerígeno toman homeopatía, hierbas o Solución Mineral Milagrosa (MMS)”.
Sin embargo para Perdiguero, el principal error es “poner en el mismo cajón” propuestas alternativas que vienen de sitios muy diferentes: “no es lo mismo protegernos frente al curandero que dice que bebiendo lejía vas a sanar, o del que nos dice que tomemos una pastilla y nos cobra diez mil euros, que el abordaje de la acupuntura o el que mide un empacho”, puntualiza a Newtral.es
Pseudoterapias para privilegiados
En España las vacunas infantiles tienen una aceptación del 90%. El movimiento antivacunación y el uso de las pseudoterapias no está extendido, pero uno de cada tres individuos confía en la acupuntura, uno de cada cuatro en la homeopatía y uno de cada seis en el reiki. Así lo indica la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) en su última encuesta de percepción social de la ciencia.

La pseudociencia es eminentemente blanca y rica en Occidente. “Es vista como algo propio de las clases bajas o marginadas, pero en Estados Unidos es más usada por la población blanca que por la negra”, explica Fasce, “quien tiene menos recursos tiende a justificar más el sistema, porque depende de él. Y el sistema es la medicina científica”, apunta.
En Europa ocurre igual, el perfil de usuario medio de medicinas alternativas o complementarias corresponde al de una mujer blanca, de clase media y con estudios universitarios. Para Perdiguero la razón es que “tenemos un sistema sanitario de amplia cobertura” pero que no cubre los costes las terapias alternativas.
El turno del negacionismo
Según explican los expertos hay dos tipos de pseudociencia. La primera es la que promociona la pseudoterapias y se intentan camuflar con la ciencia con un contenido complejo, como la psicología de la Gestalt o la homeopatía. Y luego está el negacionismo de la ciencia.
“Ahora mismo nos encontramos en un momento importante de la historia con el auge del negacionismo”, asegura Fasce. Negacionismos, en plural: del cambio climático, de los efectos adversos del tabaquismo, o del COVID-19. Un rechazo frontal que suele emparentarse con teorías de la conspiración, como la del 5G.

En las manifestaciones contra las medidas de contención del virus de Madrid o Alemania pueden leerse carteles de todo tipo, mensajes anticiencia, antivacunas, o antipolíticos. “Se entremezclan movimientos de todo tipo, además con grupos de extremistas tanto de la derecha como de la izquierda. Son un cóctel muy explosivo”, cuenta a Newtral.es Astrid Wagner, investigadora del CSIC. Un ambiente de sospecha y desconfianza frente a la ciencia y las instituciones públicas que se ve alimentado por la “polarización ideológica” de los políticos.
Creencias que se convierten en una cosmovisión, y que encuentran un perfecto caldo de cultivo en las redes sociales. No es una enfermedad pero la Organización Mundial de la Salud también busca remedios para la infodemia. Para ello, en los últimos meses ha creado la plataforma Verified, y ha publicado en su página web una guía de consejos para la población acerca de los rumores sobre el coronavirus.

Juan Pimentel, investigador del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC entiende la ciencia como un “producto cultural” y no universal: “la ciencia es una actividad muy controvertida, a Isaac Newton le dijeron que sus leyes eran indemostrables”. Sus detractores le llamaron ‘el último mago caldeo”.
No obstante, el autor de Fantasmas de la ciencia española, encuentra los mismos espectros en las páginas del ‘Diario del año de la peste’, de Daniel Dafoe, que en los telediarios de hoy: “veo los mismo personajes, los mismo miedos y actos heroicos, los mismos charlatanes, vendedores de crecepelo o de bálsamos curativos”.
“Da lo mismo que el mequetrefe se llame Donald Trump o que las grandes autoridades españolas prometan una vacuna en diciembre”, dice Pimentel, mientras repasa los mayores momentos de incertidumbre de la historia, y observa cómo la gente “se agarra a un clavo ardiendo”.
Yo con la Germanica sane todas mis alergias, deje de usar gafas... Usaba 3,25 der y 2.75 izq... Ahora. Veo perfecto... Pseudociencia es la Medicina alopata... Googlear BBC iatrogenia tercera causa de muerte.
El artículo es totalmente tendencioso. Habla de la homeopatía como pseudociencia y cita casos asilados como su aceptación en la Alemania Nazi para reforzar la idea del Dr. Angelo Fasce de que deben ser despreciadas por asociación en bulto y mediante un Ad Hitlerum. Basta con mirar lod miles de artículos en el pubmed que son favorables a la homeopatía, acupuntura, quiropráctica y ayurveda para saber quién miente. Mientras que buscando info sobre el Dr. Angelo Fasce la mayoría de sus artículos son para delimitar la ciencia y la pseudociencia, muchos o si no es que todos sus artículos sufren del fenómeno cherry picking, una de las características que Newtral y El Pais2 junto a las sociedades pseudoescéticas usan como característica de la pseudociencia. Si esto no les arece irónico cada vez me convenzo más que Newtral es una plataforma de propaganda donde citan al más dispuesto a sus intereses y no a información neutral.
Tu si que mientes iluminao
Dónde miento fRAKASADO?
Claro que sí, guapi. Una conspiranoia para justificar unas pseudociencias.
De 1° de sectarismo.
Pubmed no es una conspiranoia.
La homeopatía no es una medicina. Puede ser paliativa o ayudar al que realmente no tiene nada. Muchas muertes he visto gracias a la homeopatía.....
Cecilia, las anécdotas no son evidencia.
Polipo.ni su nombre pone.tu no te apures polipo,el coronavirus no existe y si existiera te curas con reiki o con acupuntura...por mi que como ya somos muchos y mas se perdio en la guerra y nadie dice nada.
Tonto Jaime, nunca afirmé que el Coronavirus no exista.
Me parece un artículo del orden de los que se veían el El Pais hace unos años, desacreditar a "bulto", hablo en concreto de la Quiropráctica. Se estudia en universidades y tiene más de 100 años de vida. En EEUU es algo normal ir a recibir un ajuste vertebral, las horas de estudio en créditos son el doble de la fisioterapia de nuestro país.
De dónde se saca usted que es una pseudociencia?, sabe de lo que habla???
La "quiropráctica" es una pseudociencia sin ningún rigor médico ni científico basado en las teorías peregrinas de un tendero con afanes místicos, David David Palmer, que lo mismo justificaba "energías vitales" como realizaba "sanaciones magnéticas".
No hay verificaciones constatables ni estudios de un mínimo rigor de sus "beneficios", sí los hay de todos los desastres que provoca...