Cómo romper el ‘techo del césped’ en el fútbol

La exjugadora de fútbol Nuria Sánchez durante un entrenamiento con un futbolista del Valencia Mestalla. FOTO: Jorge Ramírez / Valencia CF
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La infrarrepresentación de las mujeres en la pirámide de este deporte viene siendo objeto de debate en los organismos internacionales desde 2015, con la celebración del Mundial de Canadá. En un simposio de la FIFA, Moya Dodd, una de las dirigentes más proactivas del fútbol internacional, pedía órganos de gobierno más inclusivos, proponiendo cuotas en los banquillos y en la dirección. «Es un momento crítico», decía en un informe. 

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Desde Sydney 2000, los equipos dirigidos por mujeres han ganado todos los Mundiales, Juegos y Eurocopas salvo en una ocasión, pero los datos de participación están lejos de la igualdad. Patricia González, analista de la FIFA, ofrecía estos datos significativos en el último Leadership Woman Football. Tras observar a 135 clubes de 11 ligas femeninas, concluyó que solo había un 18% de entrenadoras, un 26% de asistentes y un 7% de entrenadoras de porteras, y que este último dato era del 0% en el Mundial con 16 selecciones analizadas.

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«Ese 0% duele», dice Ainhoa Tirapu (Pamplona, 1984), excapitana del Athletic Club y portavoz durante la firma del I Convenio Colectivo. Después de dieciséis temporadas en la élite, la portera dirigió su trabajo a la formación. Colgó los guantes durante la cuarentena y se preparó para iniciar esta temporada como entrenadora de porteras del filial a media jornada. «Da un poco vértigo no saber si vas a poder expresar lo que sabes», relata Tirapu.

La portera había estudiado Química, pero el Mundial 2015 cambió su vida, la profesionalidad le abrió puertas dentro del propio deporte. «Estudié sabiendo que tendría que dedicarme a otra cosa, pero a partir de ese evento vi que era inviable. Mi vida era muy diferente y nadie me contrataría en un laboratorio después de seis años sin trabajar en ello. Me saqué el Nivel 1 de entrenadora y realicé cursos de entrenadora de porteras». 

Tirapu celebra su cambio, pero advierte de que aunque las opciones sean mayores, no todas encontrarán su sitio. «Tienes que hipotecar mucho tu futuro, porque hay un riesgo», lamenta, mientras pide tiempo para ellas. «La gente no se ha preparado porque no existía la posibilidad, así que ahora tenemos que esperar. Llevamos toda la vida aprovechando lo que nos dan, porque cuando se nos abre una puerta nos agarramos a ella como sea. Ahora hay que fomentar que las puertas permanezcan abiertas».

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Primer escalón: el cuerpo técnico 

La percepción de las oportunidades es el motivo por el que la FIFA realiza encuestas periódicas en las que observa el conocimiento que las jugadoras tienen sobre su futuro. Inglaterra lidera la diversidad en Europa con un 58% de mujeres en los banquillos de su liga femenina, algo que genera referentes y activa planes, pero este salto sigue resistiéndose en el resto de competiciones. 

La primera división española solo cuenta con dos entrenadoras: María Pry, en el Levante, y Natalia Arroyo, debutante esta temporada con la Real Sociedad. «Ya no es un problema de apoyo, sino de no hacer llegar el mensaje. Casi la mitad de las futbolistas no saben cómo acceder a formación», añadía Patricia González, señalando el programa de mentorazgo que elige a mujeres con potencial para trabajar durante un año con entrenadores de élite. 

Romper esta tendencia y entrar en el tejido deportivo es el objetivo de una nueva generación. Entre ellas se encuentran Sara Mérida, fisioterapeuta del Espanyol, o Nuria Sánchez ‘Mulán’, readaptadora de lesiones en el Valencia Mestalla, equipo masculino de Segunda B. «Di un vuelco a mi vida, me retiré y unas semanas después de terminar mi tesis me llamaron». No solo daba el salto, sino que lo hacía a un equipo masculino.

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Puestos de liderazgo como inicio del cambio

Tanto Moya Dodd en sus informes iniciales como Sarai Bareman -directora del fútbol femenino en la FIFA desde 2016-, establecieron objetivos necesarios para el desarrollo, considerando esencial que hubiera al menos una presencia del 30% en todos los órganos directivos para romper con el que llaman ‘techo del césped’. Para ello, se basan en tres objetivos de acceso a sectores técnicos, de administración o gobernabilidad: 

  • Lograr que el 100% de las federaciones de la FIFA cuenten al menos con una mujer en 2026.
  • Que en 2022 al menos un tercio de los miembros de las comisiones de la FIFA sean mujeres. 
  • Que cada federación reserve al menos un puesto en su comité ejecutivo para ellas. 

A partir de ahí, insisten, la estructura se irá abriendo para albergar el conocimiento que pueden aportar y dar la vuelta a los datos. El análisis de la situación de 2019, en el total de todos los países miembros solo hay un 7% de entrenadoras, un 10% de árbitras, un 9% de mujeres en puestos ejecutivos y un 25% en puestos de liderazgo (presidentas, secretarías generales o directoras de departamentos).

Ana Romero ‘Willy’ (Sevilla, 1987) es otra de las futbolistas que han saltado del césped a los despachos el último verano. Con el inicio de la pandemia anunció su retirada para terminar su formación como médico y llevar la dirección deportiva del Betis. «Se están creando infraestructuras alrededor del equipo femenino que necesitan más personal. Hay más oferta porque el crecimiento ha aumentado las necesidades. Las jugadoras que tenemos una formación y experiencia estamos teniendo acceso a esos cargos».

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En el caso de España, el análisis de la FIFA era concluyente. Según este estudio de la FIFA, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) se sitúa en el puesto 29 del ranking de brecha de género,  lejos de la igualdad de los tres países que lideran esta lista, Islandia, Noruega y Suecia. Y puntualiza cuatro aspectos: 

  • La representación en comités ejecutivos es del 18%.
  • Solo hay un 18% de entrenadoras: 1.991 de 11.142.  
  • Solo hay un 1% de árbitras: 74 de 9.751. 
  • No cuenta con una estrategia de desarrollo para ellas pero sí cumple con los requisitos de tener un comité y un departamento específico.

La Federación ha incorporado recientemente a exfutbolistas en diferentes cargos. Entre ellas Montse Tomé, como asistente de Jorge Vilda en la selección absoluta y seleccionadora de la nueva categoría Promesas (sub-23), o Laura del Río, exjugadora de Sabadell o Levante y de equipos de Estados Unidos e Inglaterra. 

Laura del Río (Madrid, 1982) participa en un Comité de Igualdad que pretende hacer propuestas de cambio dentro de la Federación. «Todavía faltan muchas mujeres. En los últimos años se está viendo que están ocupando cargos de peso, no solo a nivel cuerpo técnico, sino también en dirección, coordinación de canteras… Jugadoras que han pasado de la cancha a la oficina teniendo un rol importante gracias a su experiencia».

Nuevas facetas para ellas 

Mientras se forma para su gran pasión, entrenar, otra leyenda de la liga rompe barreras en comunicación. Sonia Bermúdez (Madrid, 1984), exjugadora de FC Barcelona o Atlético y ganadora de ocho ligas, comenta partidos y participa en tertulias como Estudio Estadio, de TVE. «Estoy más ocupada ahora que cuando jugaba», bromea. «Me atrae mucho el verde y mi objetivo es dirigir algún equipo de élite. Tengo nivel B de UEFA y este año quiero sacarme el A y el PRO para terminar mi formación como entrenadora».

No descarta estudiar dirección deportiva, y en esta transición, se sumerge en un mundo que hace un año era desconocido para ella. «Con el Mundial 2019 me llamaron para probar y me gustó. Me encanta analizar el juego, y de ahí continué con más partidos de la Champions League y la liga femenina. Sigo aprendiendo, me encanta escuchar y captar vocabulario. Es importante que no seamos encasilladas. Podemos hablar de fútbol sin etiquetas, sin dividir», añade ‘Soni’.

Las cuotas, a debate

 «Lo ideal es que las futbolistas tengamos opciones independientemente de que sea en un equipo femenino o masculino, pero llevará tiempo», dice Ana Romero. Para romper definitivamente con este sistema, con un «deporte dominado por hombres», Sarai Bareman recalca que son las propias organizaciones las que deben tener interés en reformar sus estructuras. «Hay un cambio drástico en cuatro años, hemos desarrollado un programa de inclusión que deben aplicar federaciones y clubes». 

La FIFA apela al cambio mientras realiza su propia reestructuración, pero no siempre se recoge el mensaje. «Hemos visto que dando libertad a federaciones y clubes no nos han introducido de forma natural pese a su evolución, así que entiendo que de alguna manera los poderosos tengan que imponer cambios», concluye Tirapu. 

Mujeres en el deporte

En esta sección nos hemos propuesto dar voz a mujeres deportistas y generar referentes a través de su actividad. Fútbol, balonmano, rugby, surf…

¿Qué medidas se pueden tomar para un deporte igualitario? ¿Qué historias personales hay detrás de su éxito? ¿Cómo convertir este ámbito en una herramienta de inclusión y diversidad?

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