Nos preguntáis por un texto atribuido al Centro de Epidemiología de Milán sobre los adelantos en la lucha contra la COVID-19

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En los últimos días nos habéis preguntado a través del servicio de Whastapp de Newtral.es (+34 627 28 08 15) por las afirmaciones de un texto atribuido al Centro de Epidemiología de Milán en el que se informa de que a día de hoy existe “mayor probabilidad de supervivencia” para los infectados por el SARS-CoV-2 que hace cuatro meses. El mensaje, colmado de inexactitudes, toca, entre otros, temas como la principal causa de muerte de los contagiados, la hipoxia, los medicamentos útiles para la lucha contra la COVID-19 o la forma de contagio. 

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No es la primera vez que este texto llega al equipo de verificación: con anterioridad se ha recibido atribuido a un supuesto médico, Jaime Figueroa, o con un simple titular. Esta tercera modificación se relaciona con un centro epidemiológico de la ciudad de Milán que no existe, al menos con este nombre. Sí hemos encontrado una unidad de este tipo, pero que engloba a la región de la Lombardía, de la que Milán es su capital.

Los tres textos son idénticos, salvo mínimos cambios, por ejemplo, la fecha a la que se refieren. Te explicamos sus afirmaciones contrastables.

La probabilidad de supervivencia es mayor ahora que hace cuatro meses

Tras varios meses de investigación y estudio sobre el SARS-CoV-2, “es cierto que sabemos mucho más del virus ahora que en febrero cuando comenzó la pandemia”, comenta el doctor David Callejo, especialista en anestesiología y reanimación en el Hospital Quirón San José de Madrid. 

“Vamos aprendiendo sobre la enfermedad y sobre cómo tratarla. Sin embargo, es imposible dar una estadística a nivel absoluto sobre el riesgo de mortalidad”, añade.

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En cambio, el doctor Federico Pulido, infectólogo de la Unidad de VIH del Hospital 12 de Octubre de Madrid, cree que la afirmación es “engañosa”. La menor mortalidad de “la segunda ola puede ser”, dice, por una “mayor tasa de infección en personas de menor edad, una mayor disponibilidad de pruebas diagnósticas (PCRs) que permite diagnosticar más pacientes asintomáticos o presintomáticos, y una menor saturación del sistema sanitario y de las camas de críticos (UCIs)”.

Achacar el descenso de fallecidos “a que ahora se trata mejor a los pacientes es engañoso, ya que seguimos sin tener tratamientos eficaces”, defiende.

El virus causa neumonía y coágulos en los pulmones 

En el mensaje se afirma que en los primeros pasos del virus se pensó que causaba muertes por neumonía, lo que llevó a los especialistas a utilizar los ventiladores como la forma más eficiente de tratar a los pacientes con dificultades respiratorias. Las investigaciones, según la cadena de Whatsapp, llegaron a descubrir coágulos de sangre en los vasos de los pulmones por la falta de oxigenación. 

“Ahora sabemos que el simple hecho de proporcionar oxígeno por medio de ventiladores no ayudará, pero tenemos que prevenir y disolver los microcoágulos en los pulmones”, defiende el texto. De ahí, añade, el uso de aspirina y heparina “como protocolo en los regímenes de tratamiento en agosto de 2020”. 

Como ya hemos explicado, existen estudios que indican que la mayoría de los fallecidos con coronavirus sí padecieron trastornos de coagulación que llevaron a casos graves de trombosis mientras padecían el virus, pero esto no significa que la COVID-19 provoque una coagulación intravascular. La trombosis es una de las dificultades que pueden padecer aquellos que han sufrido el virus, una realidad que ha sido también explicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS)

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“Es cierto que la COVID-19 se asocia a un mayor riesgo de tromboembolismo y actualmente se utilizan de forma preventiva heparinas de bajo peso molecular (no aspirina), pero el deterioro respiratorio tiene otros factores, que generan un cuadro conocido como síndrome de distrés respiratorio (problemas para respirar)”, apunta el doctor Pulido. 

Sobre el uso de la heparina, la OMS defiende que la trombosis es una de las posibles complicaciones de los casos críticos de COVID-19 y por ello aconsejan el uso de este anticoagulante para evitar más contraindicaciones.

“La oxigenoterapia, con ventilación mecánica cuando se requiere, sigue siendo el tratamiento del fracaso respiratorio”, asegura el también profesor asociado de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid.

Por su parte, el doctor Callejo reconoce que el virus, “sin duda”, causa neumonía a los pacientes afectados de COVID-19 y que, además, “causa una hiperactivación del sistema inmune que puede generar fenómenos que faciliten trombos (obstrucciones en el sistema circulatorio), pero también condiciona un daño alveolar difuso en los pulmones”. 

Por sus múltiples afectaciones, “el virus se está tratando de forma multidisciplinar: corticoides para mejorar la hiperactivación del sistema inmune; anticoagulantes para evitar los fenómenos protrombóticos y también con ventiladores”, añade.

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Muerte por reducción de oxígeno en sangre o “hipoxia feliz”

Se afirma en el mensaje que por “hipoxia feliz” pacientes con COVID-19 “solían caer muertos en la carretera o incluso antes de llegar a un hospital debido a la reducción del oxígeno en su sangre”. Unos enfermos que “aunque la saturación de oxígeno se reducía gradualmente (…) no presentaban síntomas hasta que se reducían de forma crítica, como a veces hasta el 70%”. 

Una falta de aliento que, sigue el whatsapp, “no se desencadena en los pacientes de COVID, y por eso llevamos a los pacientes enfermos muy tarde a los hospitales en febrero de 2020”. Este es uno de los motivos por los que se monitorea a los contagiados para llevarlos al hospital “si su saturación de oxígeno cae al 93% o menos”, defiende. 

Como ya explicó a Newtral.es la doctora Marta Morado Arias, vocal de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), “la respuesta inmunológica al virus no está relacionada con la hipoxia” directamente, “sino con la respuesta del sistema inmune y la liberación de citoquinas”, algo habitual en la neumonía adquirida a la que derivan los pacientes más graves con COVID-19. 

El doctor Callejo reconoce que en pacientes “hemos encontrado cifras del 70% sin apenas repercusión; algo muy poco habitual” cuando el oxígeno normal “está por encima del 95%”.

Lo normal con saturaciones tan bajas de oxígeno, asegura el también miembro del grupo Salud Sin Bulos, “es que el paciente se encuentre con una sensación de dificultad respiratoria y ahogo muy importante; en muchos casos además se asociaría a bajo nivel de conciencia”. Sin embargo, han encontrado que enfermos de COVID-19 con la saturación de oxígeno al 70% “toleraban de forma relativamente buena saturaciones muy bajas de oxígeno”.

Hay distintas teorías para explicar este fenómeno, comenta, como que el coronavirus puede afectar a los quimiorreceptores de oxígeno o que los pulsioxímetros, aparatos que sirven para medir la cantidad de oxígenos en sangre, “son muy fiables con cifras por encima del 80%, pero por debajo de estas cifras la medición puede tener errores”. 

El doctor Pulido, por su parte, comenta que la falta de oxígeno se debe al “súbito empeoramiento” de la función respiratoria, debido a “fenómenos inflamatorios descontrolados” relacionados con la infección, como son la tormenta de citoquinas citada con anterioridad, y que explicaremos más adelante. 

El favipiravir y el remdesivir son antivirales que pueden matar el coronavirus

No existe, de momento, ninguna cura contra la COVID-19, como recuerda la OMS. Sí tenemos medicamentos que han sido eficaces a la hora de acortar la enfermedad en pacientes graves, como es el caso del remdesivir, único fármaco antiviral autorizado contra el SARS-CoV-2 en la Unión Europea. 

El medicamento se lleva utilizando desde el inicio de la crisis sanitaria a través de ensayos clínicos aunque, según explica la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), en España aún no se comercializa de forma efectiva. La Comisión Europea emitió la autorización de comercialización el 9 de julio.

En cuanto al favipiravir, el doctor Callejo señala que “el estudio más importante se está realizando en la India” y que en su tercera fase “se vio que ayudaba a una recuperación más rápida en pacientes con síntomas intermedios y moderados”. 

La tormenta de citoquinas que genera la COVID-19 mata los pacientes

“Pacientes de COVID-19 mueren no solo por el virus, sino también por la respuesta del propio sistema inmunológico de los pacientes, de una manera exagerada llamada tormenta de citoquinas. Esta fuerte tormenta de la respuesta inmune no solo mata al virus sino que también mata a los pacientes”, afirma el texto que estamos analizando. 

Una tormenta de citoquinas, explica el doctor Alfredo Correll, vocal de la Sociedad Española de Inmunología, “es el efecto final de una desregulación de la respuesta adaptativa”, una “contestación hiperinflamatoria” de nuestro cuerpo que sí, puede llevar a la muerte

Asegura también el mensaje que pacientes infectados “solían caer muertos en la carretera o incluso antes de llegar a un hospital debido a la reducción del oxígeno en su sangre”. Unos enfermos, sigue, que “aunque la saturación de oxígeno se reducía gradualmente (…) no presentaban síntomas hasta que se reducían de forma crítica, como a veces hasta el 70%”. 

El doctor Pulido desmiente esta afirmación: “Es falso, el problema es que el empeoramiento de la función respiratoria puede ser súbito, sin tiempo para reaccionar” por fenómenos como el indicado más arriba.

La posición prona mejora la hipoxia

La posición prona es la que conocemos comúnmente como la de acostado bocabajo y “se ha demostrado de gran ayuda y es una de las terapias principales en los pacientes con COVID-19”, afirma el doctor Callejo. 

“Desde hace años sabemos que la posición prona puede ayudar a los pacientes con dificultades respiratorias a mejorar la relación ventilación-perfusión”, añade.

 La colchicina puede evitar los microcoágulos pulmonares 

“Se están realizando estudios con colchicina y otros muchos fármacos para tratar esta infección. Sin embargo, la evidencia aún es escasa; de momento este fármaco no se está empleando de rutina en los hospitales”, defiende el doctor Callejo.

El doctor Román Barroso

En la cadena que hemos recibido, encontramos también una serie de afirmaciones atribuidas al “doctor Román Barroso”. Hemos buscado al galeno en la base de datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España y no hemos encontrado a nadie que responda a ese nombre.

Sobre las informaciones sobre la COVID-19, el doctor Callejo solo disiente en dos de ellas: la que afirma que el SARS-CoV-2 “solo puede ingresar al cuerpo e infectar a través de las mucosas de ojos y vías respiratorias” y la de que el virus “por su minúsculo tamaño por efecto aerodinámico, no se pega a la ropa” y que “tendríamos que movernos a alta velocidad para que pase”.

“No tengo claro que no pueda haber otras vías de entrada, pieles con dermatitis, relaciones sexuales, etcétera. Es una afirmación muy rotunda”, comenta. Sobre la segunda, dice, “es difícil de demostrar”.

Resumen

Como vemos en esta extensa cadena hay afirmaciones ciertas que se entremezclan con inexactitudes, varias de ellas, heredadas seguramente por un mensaje que circula desde hace varias semanas y que no ha sido actualizado a la velocidad que las investigaciones sobre el SARS-CoV-2 han ido avanzando. 

Una de las principales inexactitudes tiene que ver con el uso del remdesivir. Este medicamento se utiliza en los infectados con un cuadro más grave y se ha visto que puede acortar la duración de los días de gravedad del paciente, sin embargo no es una cura. Tampoco sirve el faripiravir para “matar el virus”, como dice la cadena.  El mismo caso ocurre con la colchicina.

Otra es sobre los trombos en los pulmones provocados por la COVID-19. Este coronavirus sí que se asocia con un “mayor riesgo” de trombos, pero como resultado de la infección.

La respuesta a la tormenta de citoquinas también genera confusión. Por un lado, es cierto que esta respuesta autoinflamatoria del cuerpo puede llevar a la muerte. Por otro, es falso que la gente falleciese por reducirse el oxígeno de forma gradual. El problema, nos dice el doctor Pulido, es que el empeoramiento de la capacidad respiratoria puede ser súbito, sin tiempo para reaccionar.

Fuentes

Si escuchas lo que dice un político y crees que es mentira, o te llega algo que tiene pinta de ser un fake, escríbenos al +34 627 28 08 15 con tu consulta o pincha sobre el número si nos lees desde tu móvil para que lo verifiquemos por ti.

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