En las redes sociales circula un texto con unas declaraciones de «la especialista alemana en neurofisiología y neurotoxicología» Margareta Griesz-Brisson, el cual lleva el siguiente titular: «Las mascarillas causan enfermedades neurodegenerativas que no tienen cura«.
Este texto, divulgado en castellano, traduce y extracta fragmentos de un vídeo en alemán de cerca de 20 minutos publicado en YouTube por la presunta especialista.
En el mensaje, sobre el que nos preguntáis a través de nuestro servicio de verificación por Whatsapp (+34 627 28 08 15), se denuncia que el uso de mascarillas «conduce indudablemente a una deficiencia de oxígeno y a la saturación de dióxido de carbono», lo cual tendría como consecuencia el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.
«Hay células nerviosas, por ejemplo en el hipocampo, que no pueden estar sin oxígeno durante más de tres minutos [porque] no sobreviven», se afirma. «Las células nerviosas perdidas no se regenerarán. Lo que está perdido está perdido».
La presunta especialista advierte además sobre las supuestas consecuencias en el desarrollo cognitivo de los niños. «Para los niños y adolescentes, las mascarillas son una prohibición absoluta (…) Privar al cerebro de un niño o adolescente de oxígeno, o restringirlo de cualquier manera, no solo es peligroso para su salud, sino que es absolutamente criminal. La falta de oxígeno inhibe el desarrollo del cerebro y el daño resultante no puede ser reparado», se asegura.
[El uso de mascarillas no produce hipoxia]
Sin embargo, se trata de un nuevo bulo antimascarillas. Tal como hemos verificado aquí, el uso de mascarillas no produce una deficiencia de oxígeno ni retiene el dióxido de carbono. Además, el nombre de Griesz-Brisson tampoco aparece en los registros oficiales de médicos en Alemania, por lo que no tenemos constancia de que sea «una especialista en neurofisiología y neurotoxicología».
Los especialistas niegan que las mascarillas produzcan deficiencia de oxígeno
El doctor y catedrático de Salud Pública Francisco Guillén Grima, también director de Medicina Preventiva en la Clínica de la Universidad de Navarra, explicó en mayo a Newtral.es que las mascarillas no producen hipoxia. Es decir, no provocan una disminución del oxígeno disponible en los tejidos del organismo.
«Todas las mascarillas que se encuentran en el mercado retienen las partículas, pero dejan pasar los gases, entre los que se encuentran el oxígeno y el CO2», señaló. Según aclaró el Dr. Guillén, las principales causas de hipoxia son «enfermedades pulmonares como la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva crónica), enfisema, bronquitis, edema de pulmón, enfermedades cardíacas, apnea del sueño, fibrosis pulmonar», o «estar en lugares muy elevados en donde hay poco oxígeno, lo que se denomina mal de altura».
El Dr. Pablo Eguía, neurólogo y vocal de la Sociedad Española de Neurología, confirma a Newtral.es que las afirmaciones que aparecen en el link viralizado «son falsas».
«Las mascarillas no provocan falta de oxígeno. Si lo hicieran, sí podría suponer riesgo para la salud, pero como no lo hacen, a partir de ahí todo lo que se explica a continuación es falso», aclara. «Las mascarillas no causan enfermedades neurodegenerativas y, por supuesto, las mascarillas tampoco detienen el desarrollo cognitivo de los niños».
El bulo ya fue desmentido en Alemania
Las afirmaciones falsas de Griesz-Brisson también fueron desmentidas por numerosos especialistas en Alemania después de que su vídeo en YouTube fuera compartido más de 21.000 veces en Facebook.
El especialista de la Sociedad Alemana de Neumología y Medicina Respiratoria Dominic Dellweg señaló que «el uso de la mascarilla no cambia la composición del aire que se respira». En declaraciones a la organización alemana de verificación Correctiv, miembro de la Red Internacional de Verificación de Datos (International Fact-Checking Network, IFCN) al igual que Newtral.es, Dellweg indicó que «todas las moléculas del ambiente -esencialmente oxígeno, nitrógeno y dióxido de carbono- pueden pasar a través de la mascarilla y no se filtran».
[Es falso que seis niños hayan muerto en Alemania por el uso de mascarilla]
También desde el Instituto Robert-Koch, la agencia gubernamental a cargo de la lucha contra la pandemia en Alemania, confirman a Correctiv que es falso que el uso de mascarilla produzca una saturación de dióxido de carbono, como indica el mensaje viral.
Asimismo, la Asociación Médica de Alemania (Bundesärztekammer) emitió el 23 de octubre un comunicado reiterando su recomendación de utilizar mascarillas para combatir la COVID-19.
Y en la misma línea, el Grupo Hospitalario Municipal de Múnich advirtió sobre las «fake news» que cuestionan el uso de mascarillas. «Los médicos y enfermeras usan desde hace años mascarillas en el quirófano o en la unidad de cuidados intensivos y no han sufrido ningún daño», señaló en un mensaje en Facebook el grupo hospitalario muniqués, que aclaró que las mascarillas tampoco suponen un riesgo para los niños.
La comprobación de la Universidad de San Diego con un pulsioxímetro
El vídeo de Griesz-Brisson también circuló masivamente en inglés y fue desmentido por los equipos de verificación de USA Today y Reuters, que citan estudios de la Universidad Estatal de Ohio o de la Sociedad Torácica Estadounidense en los que se niega que las mascarillas reduzcan los niveles de oxígeno en sangre.
Además, la Clínica de la Universidad de California-San Diego publicó un vídeo en el que demuestra que una persona se puede colocar hasta cinco mascarillas a la vez, una encima de la otra, y aún así el nivel de saturación de oxígeno en sangre, medido por un pulsioxímetro, se mantiene sin cambios en el 98%. Solo a partir de la sexta mascarilla el nivel cae al 97%, aún dentro de los niveles considerados óptimos (entre el 95 y el 100%).
De todas formas, más allá de este experimento, los especialistas recomiendan usar siempre una sola mascarilla a la vez.
La falsa comparación de la COVID-19 con la gripe
En el primer minuto de su vídeo, Griesz-Brisson también asegura que la COVID-19 «ha resultado ser una gripe moderada», lo cual también es falso. La Organización Mundial de la Salud señala, entre otras diferencias, que «la tasa de mortalidad de la COVID-19 parece mayor que la de la gripe». Además, «no se dispone en este momento de vacunas o terapias autorizadas para la COVID-19″ pero sí hay “antivirales y vacunas disponibles para la gripe».
Sin pruebas de que Griesz-Brisson sea neuróloga
En el vídeo, Griesz-Brisson se presenta como una neuróloga con estudios en Müllheim, estado federado alemán de Baden-Wurtemberg, y en Londres. Sin embargo, al realizar una búsqueda en el registro de médicos de la Asociación Médica de Alemania, su nombre no aparece. Tampoco en la Asociación Alemana de Expertos y Especialistas.
En una búsqueda en Internet, se puede ver que Griesz-Brisson figura como directora médica del instituto privado británico London Neurology & Pain Clinic, donde se ofrecen tratamientos médicos alternativos que “no están dirigidos a la patología, sino exclusivamente a la fisiología humana”. La autoridad reguladora británica, la denominada Care Quality Commission, señaló a Correctiv que esta empresa no figura en sus registros y que esto podría deberse a que no realiza una de las actividades médicas reguladas.
Resumen
Resumiendo lo expuesto, es falso que las mascarillas produzcan «enfermedades neurodegenerativas que no tienen cura» o que tengan consecuencias en el desarrollo cognitivo de los niños, como se afirma en el mensaje viral. Los especialistas explican que las mascarillas no filtran el oxígeno y el dióxido de carbono, por lo que no producen déficit de oxígeno ni saturación de dióxido de carbono.
Por otro lado, no tenemos constancia de que Margareta Griesz-Brisson sea «una especialista alemana en neurofisiología y neurotoxicología», como se afirma en el mensaje viral. Su nombre no figura en los registros oficiales de la Asociación Médica de Alemania. Esta asociación, al igual que el Instituto Robert-Koch, la Sociedad Alemana de Neumología y Medicina Respiratoria y otras organizaciones en Alemania, recomiendan el uso de mascarilla y niegan que su uso suponga un riesgo para la salud de niños o adultos.
Si escuchas lo que dice un político y crees que es mentira, o te llega algo que tiene pinta de ser un fake, escríbenos al +34 627 28 08 15 con tu consulta o pincha sobre el número si nos lees desde tu móvil para que lo verifiquemos por ti.