A pesar de que hace más de un año que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia mundial por el SARS-CoV-2 y que la enfermedad que provoca, la COVID-19, se ha llevado ya casi 3 millones y medio de vidas a la fecha de publicación de esta verificación, aún circulan bulos que infravaloran la peligrosidad o la letalidad real del coronavirus. Es el caso del texto de una publicación difundida en redes sociales bajo el título “¿Existe el coronavirus o no?” que, a través de una veintena de preguntas y respuestas, trata de restarle importancia al mismo.
En el mismo contenido se realizan distintas afirmaciones, entre ellas, algunas subjetivas de carácter conspiranoico, como que el virus fue creado en un laboratorio con el objetivo de restringir libertades y crear un nuevo orden mundial, o que hay científicos o médicos por la verdad que están siendo silenciados, pero también hay numerosas afirmaciones falsas que ya hemos desmentido en Newtral.es.
FALSO: La pandemia no existe y la OMS cambió la definición de este concepto
El texto de la publicación asegura que “la OMS cambió el término que se refería a una pandemia, antes de que el virus fuera lanzado”, pero se trata de un bulo que circula desde 2020 y que la propia organización desmintió a través de un comunicado.
“La OMS no cambió su definición de gripe pandémica por el simple motivo de que nunca antes había definido formalmente el concepto de gripe pandémica”. La definición de pandemia, publicada en 2010 por este organismo, indica que “se llama pandemia a la propagación mundial de una nueva enfermedad”.
FALSO: El contagio por coronavirus se puede prevenir
La cadena viral indica que el contagio por coronavirus puede prevenirse mediante “terapia de Ozono y Dióxido de Cloro”. A pesar de que no hay evidencias que aseguren que el ozono elimine y/o mate el coronavirus de las superficies, este se comercializa como desinfectante ambiental.
Pese a ello, Ricardo Díaz Martín, decano del Colegio de Químicos de Madrid y catedrático en ingeniería química en la UDIMA, explicaba en 2020 a Newtral.es que “difícilmente un agente bactericida no eliminará de la misma forma también un virus” puesto que “los virus son mucho más frágiles que las bacterias cuando están fuera del hospedador”. Aun así, Díaz Martín recuerda que “el ozono no se puede emplear sobre las personas, de la misma forma que nadie se daría una ducha con lejía o amoniaco”.
Lo mismo sucede en el caso del dióxido de cloro, un producto ilegal en España que desde la Asociación Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) consideran que no se ajusta a la definición de “medicamento de uso humano” contenida en artículo 8.a de la Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, por lo que su venta y distribución no está permitida en nuestro país.
“La Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) también ha advertido contra el consumo de esta solución y aseguran que quienes ingieren dióxido de cloro “están bebiendo lejía”.
FALSO: La COVID-19 puede sanar en casa y se puede curar con remedios naturales
Los autores del texto restan importancia a la COVID-19, pidiéndole al lector que se cure a sí mismo en casa. Sin embargo, como demuestran las cifras de ingresos en la UCI y el colapso sanitario que se produjo en los primeros meses de la pandemia (y que el confinamiento y otras medidas preventivas consiguieron mitigar en las sucesivas olas) se pueden producir complicaciones en la evolución de la enfermedad que pueden requerir un ingreso hospitalario.

La COVID-19 puede desaparecer del organismo sin necesidad de medicación en los casos asintomáticos o en los más leves, pero un caso positivo requerirá siempre de la valoración médica, que puede suponer la prescripción de medicamentos en casos leves o moderados para que el paciente no empeore y el cuadro se complique. A mayo de 2021 no se ha descubierto que ningún remedio natural pueda curar el virus.
FALSO: Los asintomáticos no existen
Según el texto de la publicación falsa, los asintomáticos no son casos reales de positivos. Esto es falso, los casos asintomáticos también se detectan a través de un test y pueden contagiar a otras personas. Un trabajo de la Universidad de Berna (Suiza) precisa que no es que los asintomáticos, en sentido estricto, contagien menos. Es que son pocos, alrededor de 2 de cada 10.
Como ya explicamos en Newtral.es, la figura del asintomático total es controvertida. Muchos pacientes apenas son capaces de recordar síntomas, pero si se hace una investigación clínica más profunda (básicamente, si se pregunta por detalles), terminan recordando algún momento en que se sintieron con síntomas leves o algo “pachuchos”.
FALSO: Las cifras de enfermos y fallecidos son falsas
La publicación asegura que “se ha descubierto” que las muertes por COVID-19 producidas en EE.UU son solo el 10% de las cifras ofrecidas por el gobierno estadounidense y que el resto de los fallecimientos fueron producidos por otras enfermedades. Se trata del blanco favorito de los bulos negacionistas, que ya desmentimos en relación con España, demostrando que, por el contrario, en 2020 se produjo un máximo de muertes.
La variante estadounidense del bulo no se ha librado del fact-checking. Tanto Reuters, como la revista de divulgación Scientific American ya han desmentido una afirmación que popularizó el expresidente Donald Trump al retuitear una publicación en Twitter que aseguraba que los Centros para el Control de Enfermedades de EE.UU (CDC, por sus siglas en inglés) habían reconocido que tan solo un 6% de las muertes reportadas eran realmente por COVID-19.
Para sustentar el bulo, se adjuntaba una tabla del Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS, por sus siglas en inglés) de los CDC, pero lo que dicha tabla indicaba era que solo el 6% de las muertes por COVID-19 se debían exclusivamente a dicha enfermedad. El otro 94% indicaba comorbilidad o morbilidad asociada, es decir, que el paciente presentaba patologías previas antes de haberse infectado.
«Los pacientes que tienen una comorbilidad como la diabetes, la hipertensión o la obesidad tienen un mayor riesgo de enfermarse gravemente y morir a causa del COVID-19”, explicó a Reuters la Drta. Maja Artandi. “Si no hubieran contraído la infección, todavía estarían vivos”.
Desde el NCHS explicaron al medio que la condición «que inició la cadena de eventos que finalmente llevaron a la muerte de la persona» se considera la «causa subyacente de la muerte» de la persona. Es decir, que el 100% de los fallecidos infectados por coronavirus en EE.UU (568.063 personas en la fecha de publicación de este artículo), han fallecido a causa de desarrollar la COVID-19.
FALSO: Los test no son confiables, arrojan falsos positivos
Las PCR son pruebas de diagnóstico que permiten detectar un fragmento del material genético de un patógeno. En el caso del coronavirus, es una molécula de ARN. Es decir: si, tras el análisis en un laboratorio de microbiología de una muestra respiratoria de una persona sospechosa de estar infectada, la prueba detecta ARN del virus, el resultado es positivo y se confirma que esa persona está infectada por el virus.
Una PCR positiva no garantiza la viabilidad ni infectividad del virus, lo que detecta es la presencia de su material genético. “El hecho de detectar el material genético puede ser debido a que el microorganismo (o el virus) esté presente o a que haya restos en la muestra clínica sin que esté vivo”, explicaba Óscar Zaragoza, investigador del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III a Newtral.es en julio, cuando ya desmentimos este bulo.

“Pero el hecho de detectarlo ya implica que ha habido contacto con el virus vivo. Por lo tanto, ante un resultado de una PCR positiva, hay que asumir que esa persona es portadora y por lo tanto actuar como un transmisor de la enfermedad”, añadía.
En ese sentido, la profesora María José Valderrama, del departamento de Genética, Fisiología y Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid alertaba de que “no se están utilizando las pruebas para diagnosticar enfermos de COVID-19, sino personas portadoras y limitar sus contactos para evitar transmisión”. El término “falso positivo” se refiere a un verdadero positivo que detecta una infección asintomática, que es clave para establecer el aislamiento y cortar los brotes.
De hecho, “la aparición de estos portadores del virus en una población demuestra que el virus está circulando”, recalcaba a Newtral.es Kika Colom, profesora de Microbiología en la Facultad de Medicina de la Universidad Miguel Hernández.
FALSO: Una persona sana no debe vacunarse
Por último, el texto asegura que una persona sana no tiene por qué vacunarse, ya que las vacunas “traen productos químicos, metales pesados y una serie de bichos que solo afectarán su salud a mediano y largo plazo”. Sin embargo, tal y como hemos explicado en Newtral.es en multitud de ocasiones, y como insisten desde las autoridades sanitarias, las vacunas aprobadas contra la COVID-19 son seguras.
Al igual que el resto de medicamentos y tratamientos, estas vacunas pueden desencadenar reacciones adversas leves o, con menor frecuencia, otras más graves, pero se ha comprobado rigurosamente que sus beneficios son muchos mayores a cualquier posible efecto secundario o a arriesgarse a ser contagiado por coronavirus y desarrollar la COVID-19, con la peligrosidad que puede conllevar o el riesgo de contagiar a otras personas.
Las vacunas no contienen virus vivos, como recuerda la AEMPS, por lo que “no es posible contraer la COVID-19 a través de la vacunación”. Además, las vacunas contra la COVID-19 no modificarán nuestro ADN, no provocan esterilidad ni introducen un microchip en el organismo, como aseguraban algunos de los bulos que hemos desmentido en Newtral.es.
Por otro lado, ni estas vacunas, ni ninguna otra vacuna que haya sido aprobada contiene elementos nocivos en cantidades que puedan resultar tóxicas para el organismo, como ya explicamos en su momento.