La infancia en Europa también vuelve a las aulas: así es el modelo que seguirá cada país

Imagen: Sascha Steinbach | EFE
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El nuevo curso se presenta como incógnita no solo en España, donde todavía no se ha celebrado la reunión entre el Gobierno y las autonomías para tratar el regreso a las aulas, sino también en otros países de Europa.

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La situación epidemiológica difiere en los distintos territorios, pero las guías que han preparado los distintos gobiernos tienen varios puntos en común. Los protocolos hablan de aspectos básicos como mantener la distancia de seguridad en las aulas, portar mascarillas en determinadas circunstancias, lavarse las manos, organizar las entradas y salidas de manera escalonada para evitar aglomeraciones o ventilar las estancias. 

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El reto de adaptar las aulas

Algunos estados ya han reabierto sus centros educativos. Alemania lo hizo el pasado 3 de agosto (no en todo el país, sino en algunos estados federados), aunque unos días después hubo que cerrar dos colegios tras detectarse dos casos de contagio por COVID-19 (un alumno y una profesora), tal y como informaba el medio alemán Deutsche Welle

También Francia reabrió sus escuelas el pasado mayo, aunque fue de manera gradual (no en todos los territorios ni en todas las etapas educativas a la vez) y voluntaria. Es decir, que las familias de los menores podían elegir entre finalizar el curso de manera presencial o a distancia, tal y como había anunciado el ministro de Educación francés, que aseguró a finales de abril que “una familia podrá negarse a enviar a sus hijos a la escuela, pero en ese caso tendrá que garantizar que sigue la enseñanza a distancia”, según recogía la agencia EFE

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El reto ahora es adaptar los protocolos que se están ultimando en los diferentes países a una situación epidemiológica cambiante. Dos claves importantes las aportaban en Newtral.es los epidemiólogos Quique Bassat y Elena Vanessa Martínez. Esta médica señalaba la importancia de la ventilación: “Es algo de lo que se habla poco, quizá se pone más el foco en el uso de mascarilla y en mantener la distancia física de seguridad, pero la transmisión es más fácil cuando no se está al aire libre, sobre todo cuando son lugares no ventilados”. Por ello, apuntaba que idealmente “habría que ventilar varias veces al día, especialmente cada vez que sale un grupo de un aula y cada vez que entra otro”.

Bassat, por su parte, manifestaba la importancia de crear “grupos burbuja” en las aulas, también llamados “grupos de convivencia estables”: “La idea es que sea un grupo de niños que pueden relacionarse entre sí sin necesidad de mascarilla ni distancia física de seguridad, pero no se relacionan con otros grupos. No minimiza el riesgo a cero porque si tienes a un niño infectado, probablemente pueda infectar a otros niños de su ‘grupo burbuja’, pero sí disminuye el riesgo y, sobre todo, permite hacer un estudio de contactos eficaz y rápido. Además, permite el aislamiento de solo ese grupo”. Eso sí, para que funcione bien, advertía este pediatra, el tamaño debe ser reducido: “Entre 10 y 15 es lo ideal”.

Francia: ya no habrá “grupos burbuja”

ACTUALIZACIÓN A 4 DE SEPTIEMBRE DE 2020: El ministro de Educación francés, Jean-Michel Blanquer, anunciaba este viernes por la mañana, en una entrevista en Europe1, que se había procedido al cierre temporal de 22 escuelas y 100 aulas, tal y como recoge el ente público alemán Deutsche Welle (DW). Esto se produce tan solo unos días después de que se reabrieran los centros educativos, el 1 de septiembre.

Según Blanquer, son “12 establecimientos escolares los que han cerrado en la Francia metropolitana y 10 en la isla La Réunion, con lo que suman 22 de los 60.000 que hay en todo el país”, “una cifra relativamente pequeña”, ha añadido el ministro en la entrevista, apunta la agencia EFE.

Francia anotó ayer jueves más de 7.000 nuevos casos de coronavirus en 24 horas, con un total de 7.157, que elevan a 300.181 los positivos desde el inicio de la pandemia.

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Si bien el actual protocolo en Francia, elaborado por el Gobierno, no indica a partir de cuáBlanquerntos positivos se decreta el cierre de un colegio, este viernes Blanquer, así lo recoge Deutsche Welle, ha señalado que poner en cuarentena a todo un centro se produce “a partir de los 3 casos positivos”. Sin embargo, ha apuntado, cuando se detecta un caso sospechoso o positivo, “las autoridades sanitarias realizan investigaciones para establecer casos de contacto, se realizan pruebas y se toman medidas si es necesario”.

Blanquer, según recoge EFE, ha reconocido que cada día se inician “unos 250 protocolos por sospecha de COVID-19”, protocolos que servirían para determinar si se decreta el cierre de un aula o de un centro educativo al completo, ya que “cada caso es particular”.

Tanto la ventilación como la creación de grupos de convivencia estables son dos de los denominadores comunes en los planes que han desarrollado diferentes gobiernos en el ámbito europeo. Sin embargo, si bien Francia ya hablaba en abril de bajar la ratio de alumnos y de evitar que los grupos se mezclaran entre sí, esto parece haber cambiado.

De cara a la reapertura de mayo, el objetivo era no tener más de 15 estudiantes por aula, 10 en el caso de jardines de infancia y guarderías. Y estos grupos debían evitar tener contacto, para lo que cada centro podía decidir si implementar turnos (grupos de alumnos de mañana y otros de tarde, o grupos de dos en dos días o de 15 en 15).

Atendiendo al último protocolo disponible (del 7 de julio) sobre la vuelta a clase el próximo 1 de septiembre, “la restricción de mezcla entre clases y grupos de alumnos ya no es obligatoria”: “Dependiendo de su tamaño, las escuelas y establecimientos educativos organizan el transcurso de la jornada y las actividades escolares para limitar, en la medida de lo posible, las grandes agrupaciones. Del mismo modo, la restricción de la mezcla en el transporte escolar ya no es obligatoria. Sin embargo, los estudiantes de secundaria y preparatoria deben usar una máscara si no se puede garantizar la distancia entre los estudiantes”, apunta el documento. 

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Macron, en su reciente visita a un centro educativo de Poissy (Francia). Foto: Ian Lagnsdon | EFE

Esta guía elaborada por el Ministerio de Educación junto al de Sanidad establece que “los padres de los alumnos juegan un papel fundamental”: “Se comprometen a no enviar a sus hijos al centro educativo en caso de fiebre (38°C o más) o en el caso de que tengan síntomas compatibles con COVID-19 tanto en los propios menores como en alguna de las personas de la familia con la que conviven”.

En cuanto a la mascarilla, deben usarla los mayores de 11 años, tanto en espacios cerrados como al aire libre, siempre y cuando no se pueda garantizar un metro de distancia. Esta herramienta de protección individual deberá ser sufragada por las familias, aunque Educación contempla reparto en centros educativos de un partida de mascarillas para entregar a aquellos alumnos que no tengan una.

Las aulas se ventilarán a diario cada tres horas durante 10 o 15 minutos, y los suelos y grandes superficies (mesas, escritorios) se limpiarán, al menos, una vez al día.

Alemania: material escolar en la nube para evitar contacto

En España, la elaboración de protocolos sanitarios y educativos de cara a la vuelta a las aulas en septiembre es una tarea que compete a los gobiernos autonómicos. En Alemania esta competencia también está descentralizada, por lo que depende de los länder (estados federados) cómo adaptarse a la nueva situación.

Aun así, el Ministerio de Educación alemán ha publicado unas recomendaciones generales a tener en cuenta, tales como evitar apretones de manos y abrazos, airear las estancias de los centros cada 45 minutos (con ventilación cruzada), mantener 1,5 metros de distancia física de seguridad, así como la creación de grupos de convivencia estable de manera que en caso de contagio, solo se active la cuarentena para una unidad y no para todo el centro. También será obligatorio el uso de mascarillas en Secundaria, aunque no durante las clases.

En caso de que la evolución epidemiológica empeore, serán las autoridades sanitarias, y no las escuelas quienes tienen la potestad para determinar si una clase se aísla en cuarentena o se cierre temporalmente el centro.  

Además, según informa Deutsche Welle, que es un ente público, “las escuelas dispondrán de nuevo sistema de gestión de aprendizaje alojado en la nube, procedente de Noruega”, de manera que se evitaría compartir el material y el que pase de mano a mano.

Reino Unido: kits de tests en casa

El pasado 7 de agosto, el Departamento de Educación del Reino Unido actualizaba su guía de medidas de seguridad para la reapertura de los centros educativos, un documento que comienza defendiendo la necesidad de retomar la educación presencial: “Regresar a la escuela es vital para la educación de los niños y su bienestar. El tiempo fuera de la escuela es perjudicial para el desarrollo cognitivo y académico de los niños, particularmente para los niños desfavorecidos. El riesgo para los propios niños de enfermarse gravemente a causa del coronavirus (COVID-19) es muy bajo, pero no asistir a la escuela tiene efectos negativos para la salud”.

Para que la vuelta sea segura, el Reino Unido propone agrupar al alumnado en unidades y evitar el contacto entre los grupos, especialmente en infantil y primaria, aunque no señala qué ratio debería haber por clase. También recuerda, para los grupos más mayores, la necesidad de mantener la distancia física de seguridad (idealmente de dos metros) y lavarse las manos más de lo habitual. La guía dedica una parte a la importancia de concienciar a los estudiantes de la importancia de la higiene respiratoria (como el uso de pañuelos y cómo deshacerse de ellos, cómo toser y estornudar…). Para ello, los docentes disponen de materiales didácticos online. 

Imagen: Sascha Steinbach | EFE

Recomiendan hacerse pruebas a la mínima sospecha: “Cualquiera que muestre síntomas de coronavirus (COVID-19) puede y debe hacerse una prueba. Las pruebas se pueden reservar en línea a través del sitio web de pruebas y rastreo del NHS [sistema público de salud] o se pueden solicitar por teléfono a través del 119 para quienes no tienen acceso a internet. Los trabajadores esenciales, que incluye a cualquier persona involucrada en la educación o el cuidado de niños, tienen acceso prioritario a las pruebas”.

Consideran los tests una parte fundamental, por lo que el Gobierno señala que en otoño “todas las escuelas recibirán una cantidad de kits de tests para el hogar”. Serán los centros los que, ante un niño que muestre síntomas, le entreguen un kit a la familia para que, ya en casa, le sometan a la prueba, que irá acompañada de instrucciones.

Portugal: grupos burbuja distribuidos en zonas distintas

“El contexto pandémico que atravesamos nos obliga a planificar un año académico marcado por la incertidumbre, pero informado por la experiencia del tercer trimestre del año académico anterior”. Así comienza el comunicado de la Dirección General de Educación de Portugal, país que ya retomó las clases en mayo y que lo hará ahora con el nuevo curso escolar a partir del 14 de septiembre. “Todos somos conscientes de que la pandemia y el encierro han agravado las desigualdades sociales, que ya eran el mayor desafío para el sistema educativo”, añaden. 

Para ello, han elaborado una hoja de ruta (publicada el 12 de agosto) que aborda cuestiones relativas al apoyo en el aprendizaje para los alumnos más vulnerables en caso de que la situación epidemiológica empeore y haya que pasar a un modelo online o a uno semipresencial.  

El protocolo advierte que en este año lectivo “las escuelas deberán estar preparadas para transitar entre un régimen presencial y uno no presencial sin interrupciones”. La presencialidad será la norma, siendo el Departamento General de los Centros Escolares la autoridad competente para determinar si un centro cambia de modalidad. 

En el caso de que los alumnos de un centro deban continuar a distancia o de forma semipresencial, el documento ha elaborado unas guías individuales de trabajo para evaluar las necesidades del alumno y diagnosticar posibles dificultades a las que se enfrente.

Guía individual de trabajo que se utilizará en los centros educativos de Portugal para evaluar las necesidades el alumnado en caso de tener que continuar las clases a distancia

En relación a las indicaciones para evitar contagios de COVID-19 en centros educativos, este otro documento (elaborado en mayo pero actualizado el 20 de julio) señala que cada centro debe preparar su propio plan de contingencia teniendo en cuenta que lo recomendable es agrupar al alumnado en unidades de convivencia estable, distribuyendo cada uno de estos grupos en una zona del centro.

Además, cada grupo tendrá asignada, en la medida de lo posible, un aula, que será la que utilice siempre, y esta aula debe ser lo suficientemente amplia como para garantizar una distancia física de seguridad de entre 1,5 y 2 metros. Sobre el ratio de alumnos recomendable por grupo el protocolo no apunta nada específico.

También debe haber una sala de aislamiento donde mantener a un alumno que, en el centro, comience a mostrar síntomas compatibles con COVID-19. También contemplan que la organización del personal docente sea eficiente en tanto que si uno o varios deben aislarse por haber dado positivo o tener síntomas puedan ser sustituidos.

Italia: 50.000 profesores más

Desde el 10 de agosto, el Ministerio de Educación italiano tiene en marcha una web específica, que se actualiza, con los documentos y materiales para la reanudación del próximo curso, que aquí se producirá el 14 de septiembre. 

En este documento de preguntas y respuestas, resuelven algunas cuestiones centrales, que desarrollan algo más en diferentes protocolos disponibles en la web. Por ejemplo, señalan que la idea es retomar las clases de manera presencial, por lo que la enseñanza digital se podrá utilizar solo “de forma complementaria e integrada solo en la educación secundaria superior”: “Solo en el caso de una nueva suspensión de las actividades debido a razones de emergencia será necesario utilizar la educación digital para todos los demás grados escolares”, añaden.

Sobre si los alumnos deberán portar mascarilla en las aulas, el documento señala que el Comité Técnico Científico de Emergencias (CTS) emitirá su dictamen en agosto, pero no para los menores de seis años, ya que para ellos su uso ya se ha descartado. También recuerdan que en caso de tener fiebre (a partir de 37,5ºC) u otros síntomas compatibles con COVID-19, los alumnos no deben acudir al centro educativo. Se ha descartado también que a la entrada al centro haya que tomar la temperatura al alumnado y al profesora. Sí habrá, en cambio, disponibilidad para que cualquier trabajador de un centro (tanto personal docente como no docente) pueda someterse a una PCR de manera voluntaria y gratuita.

Además, el Ministerio de Educación ha aprobado un presupuesto de 977 millones de euros que irá destinado a contratar 50.000 profesores más, dando prioridad a reforzar las etapas educativas infantiles.

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