Santiago Abascal viajó a Brasil el viernes, 10 de diciembre, para entrevistarse con el presidente, Jair Bolsonaro, al que ha mostrado su apoyo en las elecciones de octubre de 2022. Acompañado del eurodiputado Herman Terstch, el líder de VOX ha expuesto además al presidente brasileño las iniciativas impulsadas para “combatir el avance de la extrema izquierda en la Iberosfera”.
Se trata de la tercera visita de este tipo que Abascal hace en los últimos meses, tras reunirse con los mandatarios de Polonia y de Hungría. Precisamente, en un comunicado emitido con motivo del viaje, el partido de ultraderecha se felicita por defender “siempre los mismos principios en cualquier parte del mundo”; principios que, en muchos casos, no son exclusivos de VOX. Se trata de argumentos que traspasan fronteras y son muy parecidos a los de otros dirigentes, como ocurre con Jair Bolsonaro, presidente de Brasil.
Enemigos de la “ideología de género”
Del «pin parental» de VOX al compromiso de Bolsonaro
En nombre de la libertad, VOX y Bolsonaro han hecho esfuerzos por borrar de las aulas lo que ellos califican como “ideología de género”. ¿El motivo? Piensan que, con ella, se “adoctrina” a los niños y que los padres deberían tener el derecho de “educar a sus hijos en sus valores”.
Con este argumento, Vox propuso implantar el “pin parental” en los centros educativos y, en septiembre de 2019, Jair Bolsonaro anunció en Twitter que había ordenado al Ministerio de Educación que preparara una propuesta legislativa para “prohibir la ideología de género en la enseñanza básica”. El motivo que dio fue “la plena protección del niño previsto en la Constitución” brasileña.
Supuestos “juegos eróticos”
Para VOX, con el pin parental los padres iban a poder vetar que sus hijos asistieran a actividades escolares en las que aseguraban que les iban a enseñar “juegos eróticos”.
Una expresión muy parecida utilizaba Jair Bolsonaro contra algo que llamó “kit gay” y que en realidad era un programa que pretendía prevenir la homofobia. En 2016 lo argumentaba así: “Todo es una colección de absurdos que estimula precozmente a los niños para que se interesen por el sexo”. Todo ello, partiendo de una serie de mentiras que Newtral.es ya verificó en su día.
China y el COVID-19
En julio de 2020, Santiago Abascal señalaba directamente a China como culpable de la pandemia del COVID-19: “China es culpable. El Gobierno comunista chino (…) es responsable de la pandemia a nivel mundial”. Lo argumentaba sembrando dudas sobre el origen del virus: “Hay que analizar las consecuencias de un virus que, para muchos investigadores, ya tiene un sospechoso componente artificial. Y hay que impedir que arruinen más nuestra industria, poniendo aranceles innecesarios a nuestros productos, porque mientras China despega en ‘V’, España se hunde sin remedio”.
Apenas un año después, Jair Bolsonaro sugirió la misma idea. Refiriéndose al coronavirus, dijo esto: “Nadie sabe si nació en un laboratorio (…) pero está ahí. Los militares saben que hay una guerra química, bacteriológica, radiológica… ¿será que nos estamos enfrentando a una nueva guerra? ¿Qué país registró mayor crecimiento del PIB? No se lo voy a decir”.
Su hijo Eduardo Bolsonaro, diputado, sí que fue explícito al señalar al país asiático, algo que provocó la reacción airada por parte de la embajada de China en Brasilia. Bolsonaro hijo comparó la gestión de los primeros brotes en la ciudad china de Wuhan con el desastre nuclear de Chernobyl.
La “libertad” de vacunarse contra el coronavirus
También comparten algunas posturas respecto a las vacunas. Partiendo de esta base, ambos han evitado hacer campaña en favor de la vacunación pues considera que debe priorizarse la “libertad” de los ciudadanos.
En palabras de Abascal: “Frente a todos los que han dicho que vacunarse es un acto de patriotismo o de amor… creo que los españoles tienen que tener libertad para vacunarse o para no vacunarse”, aseguró en EsRadio. Y en las de Bolsonaro: “La libertad de vacunarse es de cada ciudadano brasileño y no tiene que depender del gobierno federal”.
Abajo el “globalismo”, España/Brasil primero
Trump fue el precursor con su “America, first (América, primero)»y VOX y Bolsonaro han seguido su estela. Ambos se declaran contrarios al “globalismo”, que el líder de VOX define como una “nueva religión mundial necesaria para construir una soberanía mundial, con su propio concepto del pecado y de la salvación”, tal y como explicó en The Objective.
Frente a esto, uno y otro proponen la misma receta: “España, primero” y “Brasil, por encima de todo”. De hecho, tanto Abascal como Bolsonaro se oponen a la Agenda 2030 impulsada por la ONU: mientras para el primero se trata de una hoja de ruta “totalitaria”, para el segundo esconde “la nefasta ideología de género y el aborto bajo el disfraz de derechos sexuales y reproductivos”.
VOX y Bolsonaro, en contra de la “corrección política”
Todo ello, englobado en una estrategia que opta por marcar distancias con quienes les precedieron. Desde que comenzaron sus andanzas en política, VOX y Bolsonaro han presumido de no ser como los demás dirigentes, a quienes sitúan en la “corrección política”.
El líder brasileño lo dejó bien claro en el discurso que pronunció tras tomar posesión de su cargo como presidente de Brasil, país al que anunció que iba a liberar, entre otros, de “lo políticamente correcto”.
En este mismo hábitat sitúa a menudo VOX a los partidos mayoritarios desde la Transición, PP y PSOE. Pocos días antes de las elecciones generales del 28 de abril de 2019, Santiago Abascal se felicitaba en estos términos sobre la labor realizada por su partido: «Estamos acertando porque estamos haciendo que se resquebrajen todas las traviesas de la dictadura de la corrección política y eso es un gran triunfo», aseguró en una entrevista en Libertad Digital.
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