El martes y 13 de diciembre de 2022 quedará grabado en la memoria de Eleonora Viezzer (Viena, Austria, 1986). Las partículas no saben de mala suerte pero sí de probabilidad. Este mismo día recibía el premio de la Real Sociedad Española de Física-Fundación BBVA (en abril recibió el Princesa de Girona). Esta científica llevaba años cruzando los dedos para que llegase un día como este, pero por otra razón. Por primera vez en la historia, la humanidad ha conseguido producir mucha más energía de fusión que la empleada en el proceso. Y hablar de energía de fusión es pronunciar palabras mayores: “Va a cambiarnos la vida”, dice.
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La energía de fusión mantiene encendidas las estrellas. 200 ml de combustible sirven para las necesidades de una familia durante casi toda su vida.
Viezzer trabaja fabricando un Sol en miniatura en Sevilla. Ciudad sobrada de sol y talento que, en su universidad desarrolla un singular tokamak esférico. Es decir, un pequeño reactor en forma de rosquilla de energía de fusión experimental. Esa que promete ser “prácticamente inagotable porque sólo necesita de agua y litio, que son abundantísimos”. Los tokamaks van proliferando poco a poco en Europa, donde se gestan dos grandes proyectos: el ITER en Francia (el que al final no terminó en Tarragona) y el JET en Reino Unido, ya en marcha.
Ella trabaja de cerca con ellos. Estudia una tecnología distinta a la demostrada eficaz en Estados Unidos para producir energía de fusión. Viezzer apuesta por el llamado ‘confinamiento magnético’, que consiste en calentar el combustible a casi 200 millones de grados en unos reactores que, para que no se derritan, no pueden entrar en contacto con él. “Lo hacemos levitar mediante imanes, a esa temperatura se convierte en plasma”. El cuarto estado de la materia en que los átomos se desmigajan, como en el Sol. Viezzer trata de averiguar cómo funciona ese plasma en sus bordes y qué ocurre en el interior de lugares como el JET o, en el futuro, el ITER u otros tokamaks como los del MIT en Estados Unidos. Ha coordinado a medio centenar de científicos de toda Europa involucrados en estos experimentos.
Esto es ciencia. La ficción es, por ahora, contar con esta energía limpia en nuestros enchufes. Los americanos han usado, en este caso, otra tecnología: rayos láser para comprimir el combustible y calentarlo. También lo hacen así las estrellas. Y han tenido éxito. Pero Viezzer está convencida de que a lo largo del año que viene o el próximo tendremos resultados espectaculares a este lado del Atlántico. “Con mucha más energía que la producida en el Lawrence Livermore (el laboratorio estadounidense)”. La entrevistamos en su visita a Madrid para recoger su premio de la RSEF-FBBVA:
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P: ¿Este anuncio ha sido una sorpresa para usted?
R: Sí y no. Ya lo intuíamos. Hemos esperado que en algún momento iba a caer esta gran noticia. En este caso se ha conseguido en Estados Unidos usando los láseres. También tenemos la vía alternativa, que es el confinamiento magnético [en el que Viezzer trabaja], y en principio es un día súper emocionante porque se ha confirmado que es posible. Estamos todos supercontentos. Es un gran avance y un gran hito no sólo para nosotros como científicos en la fusión nuclear, sino para nuestra sociedad entera.
P: ¿Qué ha pasado para que llevemos dos años con acumulación de grandes anuncios sobre energía de fusión tras 70 años?
R: En los últimos años ha habido un avance enorme, no sólo en la tecnología, sino también en la física, en entender los mecanismos de los plasmas que usamos. En realidad, el resultado de este martes ya se había conseguido al 70% el año pasado.
P: Este hito se ha logrado con tecnología láser, distinta a la apuesta de Europa (confinamiento magnético). ¿Cree que se harán más esfuerzos, desde ahora, por seguir por el camino de los estadounidenses?
R: No vamos a dejar el otro lado, el confinamiento magnético. Tenemos varios proyectos que están arrancando y en breve vamos a tener los primeros experimentos. Esto es importante para avanzar en general. Nosotros, del lado del confinamiento magnético, también logramos el año pasado el máximo de energía producida en un tocamak (JET, Culham-Oxford), en este caso 59 megajulios, que es también un nuevo récord. Nos espera el proyecto ITER (Cadarache), que se está construyendo en el sur de Francia. También nos espera el proyecto Spark (MIT, Boston) y tenemos muchos tocamaks ya funcionando en el mundo. Y bueno, nosotros aquí en España también estamos con el primer tokamak compacto esférico. Nos queda enseñar que conseguimos también el balance positivo de energía, lo vamos a hacer en los próximos años.
P: ¿El anuncio estadounidense puede acelerar las cosas, también a este lado del Atlántico?
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R: El salto clave que nos queda es enseñar que podemos producir ya esas 1,5 veces más de energía (que la que se gasta para producirla). El anuncio de este martes nos hace creer que podemos dar el salto más rápido. Pero claro, sin inversión en la investigación, sin apoyo institucional, no lo vamos a poder conseguir. El objetivo de ITER es producir 10 veces más potencia que la que utilizamos. No se va a lograr el primer día que funcione ITER, pero se va a conseguir a lo largo de los años. Yo estoy convencida de que lo vamos a ver, quizás no en cinco años, pero estoy convencida que para la próxima década sí.
P: Se habla geréricamente de que se tardará ‘décadas’ en contar con plantas de producción eléctricas basadas en fusión…
R: Somos la generación que vamos a ver el cambio. Son objetivos realistas y con la financiación adecuada lo podemos hacer más rápido. Si seguimos con la financiación que tenemos hasta el día de hoy, vamos a tardar más. Pero con más dinero podríamos empezar a ver resultados en la próxima década. Tendremos un antes y un después.
“Somos la generación que verá el cambio. Con más dinero podríamos ver resultados en fusión en la próxima década”
P: Y ese ‘después’ ¿será un cambio en la humanidad? ¿Puede que llegue tarde para el clima?
R: Sí. La fusión nuclear es una de las pocas esperanzas de la humanidad para no sólo combatir el cambio climático, sino también para proporcionar la energía que necesitamos para nuestra generación, la de nuestros hijos y la de nuestros nietos. Puede cambiarnos la vida, la humanidad. Simplemente, si pensamos en los átomos de hidrógeno que quepan en un vaso de agua, nos pueden proporcionar energía para una familia de cuatro personas para toda su vida. Y claro, con lo que estamos viviendo este año, la dependencia del gas de muy pocos países y lo que está pasando en Ucrania… Es muy importante que invirtamos en varias soluciones. Yo creo que la fusión nuclear va a ser importante, aunque va a jugar un papel importante en un mix energético. Pero hay que abandonar los combustibles fósiles ya.
P: ¿Por qué crear un Sol en la Tierra si tenemos uno en el cielo que nos proporciona energía que ya sabemos aprovechar?
R: Está claro que está muy bien, pero hay que pensar en la eficiencia de las placas solares, hay que pensar también en los días de menos sol y los países con menos sol. Las placas fotovoltaicas, las energías renovables en general, también la eólica, son importantes. Pero yo creo que hay que invertir en varias soluciones, porque hay que proporcionar una fuente de energía limpia, libre de emisiones de carbono y sin depender, por ejemplo, del tiempo, del sol o del viento.
R: La fisión nuclear nos proporciona una barbaridad de energía. Las centrales son mucho más seguras que hace 40 años, aunque hay que pensar en los residuos radiactivos, pero también hay soluciones. A veces se confunde fisión nuclear con fusión nuclear. En la fusión se unen dos átomos que no son radiactivos [el tritio lo es, en realidad, pero a una escala muchísimo menor que el uranio, por ejemplo]. Pero sí, tenemos que anticiparnos. Hay que abandonar ya el carbón y el resto de combustibles fósiles, tenemos que pensar en una solución desde ya.
Creo que lo peor que le puede pasar a la Humanidad es encontrar una fuente barata y abundante de energía. La utilizaremos para terminar de destruir la vida en el planeta.
Como pasó en la historia, grandes investigaciones y descubrimientos han partido de las guerras, y quizás los dineros , muchos dineros, se estén invirtiendo en tecnologías militares, y por supuesto en armas, con unos costes que aplicados a la ciencia producirían el gran salto científico que se quiere lograr
Creo que lo peor que le puede pasar a la Humanidad es encontrar una fuente barata y abundante de energía. La utilizaremos para terminar de destruir la vida en el planeta.
Como pasó en la historia, grandes investigaciones y descubrimientos han partido de las guerras, y quizás los dineros , muchos dineros, se estén invirtiendo en tecnologías militares, y por supuesto en armas, con unos costes que aplicados a la ciencia producirían el gran salto científico que se quiere lograr