¿Una mala noche antes de recibir la vacuna? ¿Una noche sin dormir tras ponérsela? Pueden ser situaciones normales, pero no las más deseables, (aunque tampoco un drama). Ni ante una vacuna, ni ante cualquier otra circunstancia que nos exponga a infecciones.
Dormir bien es una de las patas de un sistema inmunitario eficaz, enfatiza desde la Sociedad Española del Sueño el neurólogo Diego García-Borreguero, director del IIS en conversación con Newtral.es.
Este experto mundial recuerda que entre un 10 % y 15 % de la población padece insomnio crónico. Cifra que “se ha disparado hasta el 25 % durante la pandemia” de coronavirus.
El ejército de nuestras defensas se entrena con infecciones pasadas y vacunas, pero se mantiene alerta gracias a un “ejercicio moderado, buena alimentación, poco estrés y que nos dé algo el sol”, como recordaba a Newtral.es la inmunóloga del CBMSO-CSIC Margarita del Val, quien añade “dormir bien”.
Ahora, en plena campaña de vacunación anticovid, los inmunólogos suecos Christian Benedict y Jonathan Cedernaes se preguntan en la revista científica The Lancet si conviene cuidar especialmente el sueño las noches antes y después de vacunarnos.
“Como sugieren estudios previos, la duración del sueño en el momento de la vacunación contra infecciones virales puede afectar la respuesta inmune”, comentan. Ponen como ejemplo las vacunas contra la gripe, que sí están estudiadas, aunque hace décadas.
Dormir bien ayuda a las defensas, con o sin vacuna. Dormir mal no hará inefectiva una vacunación.
Diez días después de la vacunación contra el virus de la influenza estacional (1996-1997), “los títulos de anticuerpos IgG (los de memoria) en individuos que fueron vacunados después de cuatro noches consecutivas de sueño restringido a 4h fueron menos de la mitad de los medidos en individuos sin tales déficits de sueño”, explican.
Haciendo más hincapié en la importancia del sueño en la lucha contra las pandemias, se descubrió que la falta de sueño durante la noche después de la vacunación contra el virus de la gripe de 2009 redujo la producción temprana de anticuerpos en hombres pero no en mujeres.
García-Borreguero explica por qué es tan importante el sueño para que el sistema inmunitario funcione correctamente: “al domir mal se produce más cortisol, una sustancia que frena a las defensas”, precisa.
Además, el insomnio favorece la presencia “de algunos tipos de citoquinas, estimulando las proinflamatorias”, así como otros compuestos, como la noradrenalina, sumado “a otros factores que intervienen en la pérdida de la respuesta inmunitaria en insomnes”.
Eso sí: la evidencia más reciente dice que, siendo esto cierto, las vacunas no dejan de funcionar por ello. La respuesta a largo plazo no se ve alterada.
Unas defensas sanas gracias al sueño
La cuestión es que no todo son los anticuerpos, a la hora de quedar protegidos por una vacuna. Aún no se ha determinado si la merma en la producción de anticuerpos por pérdida de sueño puede afectar la eficacia de la vacuna.
El organismo desarrolla una respuesta defensiva con células (linfocitos) que no se mide tan fácilmente, pero que parece eficaz y duradera. Eso sí, también dormir bien es importante para que funcionen.

Aunque reconocen que el impacto concreto del sueño en la inmunidad vacunal no está claro, “en comparación con la vigilia, dormir por la noche después de la vacunación contra la hepatitis A duplicó la proporción relativa de linfocitos T ayudantes contra el virus, que se sabe que desempeñan un papel destacado en las respuestas inmunitarias protectoras del huésped”, señalan Benedict y Cedernaes.
La noche siguiente al pinchazo se ha demostrado importante. “Es interesante que en las personas que durmieron [bien] tras la primera vacunación, el aumento de células inmunitarias para interferón-γ (una sustancia que activa a otras defensas) en las semanas 0 a 8 fue significativamente más pronunciado que en aquellos que habían permanecido despiertos esa noche”.
El interferón-γ frena directamente la replicación viral y activa las respuestas inmunitarias para eliminar los virus, protegiendo así al huésped contra la reproducción del patógeno y la letalidad inducidas por el virus.
En suma: dormir bien ayuda a las defensas. Con o sin vacuna. Dormir mal no hará plenamente inefectiva una vacunación. Desde la Sociedad Española de Inmunología precisan: “se requiere un sueño adecuado para tener un correcto ritmo circadiano, con producción de hormonas que son necesarias para el desarrollo de los leucocitos. De 7 a 8 horas de sueño es lo más saludable”.
Quizás sea peor en personas inmunodeprimidas
Los autores llaman a no preocuparse en exceso si se duerme peor la noche antes o después de la vacunación. “Para la mayoría de personas sanas, la falta de sueño durante la noche posterior a la vacunación puede ser una preocupación menor con respecto a la eficacia de la vacuna”, señalan los autores del artículo.
La mayoría de personas sanas no debería preocuparse demasiado por la falta de sueño antes o después de la vacunación.
En realidad, justamente porque lo que más se ha medido es la cantidad de anticuerpos, que es sólo una parte de nuestras defensas. Pero es un dato que sí deben tener en cuenta otros perfiles de población.
“Entre quienes su capacidad para combatir enfermedades infecciosas está comprometida o ausente (por ejemplo, individuos inmunodeprimidos), extender la duración del sueño durante la noche después de la vacunación podría ayudar a asegurar una respuesta adecuada a las vacunas”.
¿Mejor vacunar por la manaña?
Por otro lado, ¿qué es mejor, vacunar por la mañana, por la tarde o por la noche? Es cierto que el sistema inmunitario tiene un “marcado ritmo circadiano”. Es decir, funciona de manera distinta según nuestro reloj interno del sueño, regulado hormonalmente.
“La actividad inmunológica es mayor por las mañanas”, señala el doctor García-Borreguero. Por ejemplo, un estudio descubrió que la administración de las vacunas contra la hepatitis A y la gripe por la mañana en lugar de por la tarde da como resultado un título de anticuerpos casi dos veces más altos cuatro semanas después, pero sólo en hombres.

Dicho esto, una vez más, no quiere decir que vacunadas a otras horas, las personas queden desprotegidas. Los anticuerpos son sólo una parte de la medición de las defensas y este tipo de estudios tienen sus limitaciones.
García-Borreguero se inclina por favorecer una vacunación matutina, en la medida de las posibilidades. “Es una cifra muy significativa, claramente compensaría organizar vacunaciones por la mañana”, si bien recuerda la necesidad de replicar este tipo de estudios con resultados tan aparentemente abrumadores, ya que responden a otros virus y contextos.
Benedict y Cedernaes consideran que esta vacunación masiva y mundial, casi sin precedentes, sirva para impulsar investigaciones sobre el grado de protección que dan las vacunas cuando se duerme mejor, peor o entre quienes tienen ritmos circadianos alterados, como trabajadores que rotan en diferentes turnos.
Me puse pfizer segunda dosis ayer y no me ha dejado dormir en toda la noche. Mi sueño suele ser muy bueno a diario, hacía años que no pasaba una noche así
Yo me vacuno hoy duermo tres horas diarias tengo insonmio crónico y es la segunda vacuna me puede pasar algo tengo muefo