Este martes el Ejecutivo ha aprobado un nuevo techo de gasto para 2021, uno de los pasos previos para presentar los Presupuestos Generales del Estado. Pese a que ya se aprobó uno en febrero, la situación derivada de la pandemia del coronavirus y la crisis originada ha llevado a que se quede desfasado.
Así, el nuevo techo de gasto, el más expansivo de la historia, incorporará algunas de las ayudas del fondo europeo y no habrá objetivo de déficit y deuda que cumplir. Todo ello para hacerle frente a una crisis económica que se prevé sea más intensa que la de 2008.
En concreto, se sitúa en los 196.097 millones de euros, un aumento del 53,7%. Pero, ¿qué es exactamente el techo de gasto y cuál es su importancia para las cuentas públicas? ¿Quién lo decide? Te lo explicamos.
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¿Qué es el techo de gasto?
El techo de gasto es el límite de gasto no financiero (los gastos financieros son los relativos al pago de deuda, créditos, etc) y supone la base de las cuentas públicas y de lo que hará el estado con el dinero que recauda de los impuestos. Es decir, es lo máximo que podrán gastar los ayuntamientos, las comunidades autónomas y la Administración central en 2021. Esto excluye a la Seguridad Social y el pago de la deuda de las Administraciones Públicas.
Este año el techo de gasto es el más alto hasta el momento, con una subida del 53,7%. En febrero se subió el techo de gasto el 3,8%, hasta 127.609 millones de euros y hasta los 131.437 millones de euros en 2021, aunque ya ha quedado desfasado por la pandemia.
¿Cuál es el techo de gasto para 2021?
Según ha anunciado la Ministra de Hacienda, Maria Jesús Montero, en la rueda de prensa del Consejo de Ministros, el límite de gasto «homogéneo» para 2021 —el que la ministra asegura que se puede comparar con años anteriores— es de 136.779 millones de euros, un aumento del 7,2%.
No obstante, si se tiene en cuenta las transferencias extraordinarias a las CCAA y Seguridad Social, el límite de gasto aumenta el 32,3%, hasta los 168.661 millones de euros.
Por último, al incluir los fondos europeos el techo de gasto llega a 196.097 millones de euros, un aumento del 53,7%.
¿Qué ley regula el techo de gasto?
El techo de gasto se recoge en la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, que fue aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy. En concreto, se cita en el artículo 30.
Artículo 30. Límite de gasto no financiero.
1) El Estado, las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales aprobarán, en sus respectivos ámbitos, un límite máximo de gasto no financiero, coherente con el objetivo de estabilidad presupuestaria y la regla de gasto, que marcará el techo de asignación de recursos de sus Presupuestos.
El límite de gasto no financiero excluirá las transferencias vinculadas a los sistemas de financiación de Comunidades Autónomas y Corporaciones Locales.
2) Antes del 1 de agosto de cada año el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas informará al Consejo de Política Fiscal y Financiera sobre el límite de gasto no financiero del Presupuesto del Estado.
3) Antes del 1 de agosto de cada año las Comunidades Autónomas remitirán al Consejo de Política Fiscal y Financiera información sobre el límite de gasto no financiero que cada una de ellas haya aprobado.Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad FinancieraPublicidad
¿Quién aprueba el techo de gasto?
El techo de gasto se aprueba en el Consejo de Ministros, y posteriormente el Ejecutivo lo presenta ante el Congreso de los Diputados. Sin embargo, este no es sometido a votación, ya que la decisión queda tomada en el Consejo de Gobierno.
Además, la ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera establece sobre el techo de gasto que será el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas el que informará al Consejo de Política Fiscal y Financiera sobre el límite de gasto no financiero del Presupuesto del Estado, algo que se llevó a cabo el lunes 5 de octubre.
La norma también recoge la senda de estabilidad presupuestaria en el artículo 15 —que también es un instrumento de control sobre la deuda y el déficit—. A diferencia de lo que ocurre con el techo de gasto, en este caso, se menciona expresamente la necesidad de que pase por el Congreso —«el Congreso de los Diputados y el Senado se pronunciarán aprobando o rechazando los objetivos propuestos por el Gobierno», según recoge la norma—.
De hecho, en el acuerdo que el Gobierno remite a las Cortes Generales con los objetivos de estabilidad presupuestaria y de deuda pública, debe incluirse el límite de gasto no financiero del Estado o techo de gasto, que no es sometido a votación, como recordó el propio Congreso en febrero cuando se aprobó el anterior techo de gasto.
¿En qué cambia este año?
El que se ha convertido en el techo de gasto más expansivo hasta la fecha trae novedades este año como que, precisamente, en el 2021 y el 2022 no regirán las reglas fiscales de déficit, deuda y gasto público. Es decir, no habrá un objetivo de déficit que cumplir, como anunció el Gobierno cuando suspendió las reglas fiscales para todas las administraciones. Con esto, no habrá que aprobar los objetivos de estabilidad presupuestaria.
Normalmente, cuando sí se aplican las reglas fiscales, en caso de no cumplirlas las distintas administraciones deben presentar un plan de ajuste económico, que puede incluir recortes de gasto o subidas de impuestos para revertir la situación. Además, quedan sometidas a un control por parte del Estado y pueden, incluso, sufrir la intervención de sus cuentas. Con la suspensión de las reglas fiscales por parte del Ejecutivo durante 2021 y 2022, esto no podrá ocurrir.
Lo que sí hay, sin embargo, son unas «tasas de referencia» de déficit para el Estado y las administraciones territoriales para tener una guía, que serán del 11,3% para 2020 y del 7,7% en 2021.
Además, este año debido a la pandemia y los fondos que recibirá España de Europa, el techo de gasto no será comparable con los de años anteriores, según aseguró la ministra de Hacienda en una entrevista a Efe.
«No ha habido ninguna serie histórica que nos permita comparar» la inyección de recursos por «una cantidad muy importante, que puede estar por encima de los 20.000 millones de euros, procedente de esos fondos europeos», explicó Montero en la entrevista.
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Así, de los 140.000 millones de euros para España de la Unión Europea, 70.000 millones son en concepto de transferencias directas. De estos, el Ejecutivo podría incorporar 20.000 millones al techo de gasto. Es decir, la primera anualidad de las tres previstas.
¿Cómo se calcula?
El techo de gasto normalmente «se calcula en el segundo trimestre del año y, en cualquier caso antes del 1 de agosto, de cara a la elaboración del presupuesto del año siguiente», según recoge la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef).
Una vez estimados los ingresos del ejercicio se calcula el gasto presupuestario que permite el cumplimiento del objetivo de estabilidad. Así, «un nivel más alto de ingresos permitiría un límite de gasto mayor siempre que se cumpla el objetivo de estabilidad», según la Airef. Este límite, que se expresa en términos presupuestarios, solo excluye de su cálculo las transferencias a las comunidades autónomas y a las corporaciones locales por los sistemas de financiación autonómico y local.
¿Por qué son importantes los presupuestos?
El techo de gasto es un instrumento muy relacionado con los Presupuestos Generales del Estado. Los PGE determinan a qué se va a destinar el dinero público —gastos— y de dónde se va a sacar dicho dinero —ingresos—. Este año estas cuentas toman aún más protagonismo.
Según se expone en el BOE, los presupuestos de 2021 vienen marcados por la crisis sanitaria y económica derivada de la COVID-19 por lo que el objetivo prioritario del Ejecutivo será diseñar una estrategia fiscal orientada a «paliar los efectos negativos de la actual crisis ocasionada por la pandemia sanitaria, contribuyendo con ello a definir las bases de la reconstrucción económica y social del país que nos permitan salir de la crisis lo antes posible».
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Estas cuentas sí que deben ser debatidas y aprobadas en el Congreso, en este caso por un Ejecutivo que no tiene los votos suficientes para hacerlo, por lo que tendrá que buscar apoyos. De hecho, en 2020 se sigue con los presupuestos prorrogados de 2018 —los últimos aprobados y más longevos de la historia—-. Estos corresponden con los que realizó Cristóbal Montoro, el anterior ministro de Hacienda del Gobierno popular de Mariano Rajoy.
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