El suicidio: la principal causa de muerte externa en 2020 aumentó un 7% respecto a 2019

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El suicidio es la principal causa de muerte externa en España | Shutterstock
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En España, el suicidio es una de las diez principales causas de muerte (tipología que incluye cualquier tipo de causa) con 34 defunciones por cada 100.000 habitantes en el año 2020, último datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística (INE). Además, el suicidio es la principal causa de muerte externa (tipología específica en la que se incluyen accidentes de tráfico u homicidios) con 3.941 personas en 2020, también de acuerdo al INE. Una cifra que ha aumentado respecto al año anterior (2019) en un 7,4%. 

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Por detrás del suicidio, según el INE, se situaron las caídas accidentales (con 3.605 muertes y un aumento del 9,3%) y el ahogamiento, sumersión y sofocación (con 2.913 y un descenso del 10,3%). 

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019, alertaba de que, a nivel global, “cada 40 segundos alguien se suicida”. Y en 2021, la OMS señalaba que “el suicidio sigue siendo una de las principales causas de muerte en todo el mundo”: “Cada año pierden la vida más personas por suicidio que por VIH, paludismo o cáncer de mama, o incluso por guerras y homicidios. En 2019 [en todo el mundo], se suicidaron más de 700. 000 personas, es decir una de cada 100 muertes”. 

Suicidio: principal causa de muerte externa y un problema de salud pública

La psicóloga Adriana Goñi, experta en prevención de la conducta suicida, explicaba a Newtral.es que “nunca va a haber un único motivo para que una persona se suicide”. Partiendo de esa base, lo correcto sería abordar el problema teniendo en cuenta las circunstancias vitales, el sufrimiento psíquico o los posibles detonantes que, en conjunto, podrían acercarnos a las causas por las que alguien comete este acto.

Así, según exponía Goñi, puede haber factores como “la pobreza, el desempleo, la condición migrante o la condición trans” y detonantes tales como “la pérdida de seres queridos, la ruptura de relaciones y problemas jurídicos o laborales”. 

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“Cada persona es totalmente diferente y no podemos decir que lo que cause dolor en una lo pueda causar en otra. Pero sí podemos decir que todas ellas comparten un alto sufrimiento psicológico que creen que no van a poder superar y que les impide encontrar otras alternativas para acabar con este sufrimiento que no sea la propia muerte”, apuntaba a Newtral.es la psicóloga Sílvia Fort, directora de la Sociedad Española de Suicidología.

“Durante el año 2020 y todo el curso del 2021, hemos convivido con dos pandemias, una visible y con efectos a nivel mundial, la ocasionada por la COVID-19 y otra silenciosa, amenazante y globalizada, la del suicidio”, recordaba el Colegio Oficial de Psicólogos el pasado septiembre en un comunicado

Según un informe de la Fundación ANAR, en relación al sufrimiento psíquico experimentado por menores, durante el confinamiento se disparó la ideación suicida (+244,1%), la ansiedad (+280,6%) y la depresión o tristeza (+87,7%), entre otros, en comparación con 2019. 

Mitos en torno a la conducta suicida

En torno a la conducta suicida, hay diferentes mitos que diferentes organizaciones, como la OMS o la Asociación Americana de Psicología (APA) recomiendan desterrar. Uno de los principales es que se trata de una “llamada de atención”, cuando lo correcto, como apuntaba Adriana Goñi, es hablar de “llamada de auxilio” o “petición de ayuda”.

Otro de los mitos más arraigados en el imaginario colectivo es el de que “quien lo dice no lo hace” y “quien lo hace no lo dice”. Según la OMS, “alguien que habla sobre cometer un suicidio puede estar buscando apoyo o ayuda” y que un porcentaje significativo de estas personas contemplan esta conducta como única opción.

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Respecto a la segunda afirmación, la Organización Mundial de la Salud apunta que “la mayoría de los suicidios han sido precedidos por señales de advertencia, ya sean verbales o conductuales”. “Por supuesto, algunos suicidios ocurren sin previo aviso. Pero es importante comprender cuáles son las señales de advertencia y estar atento a ellas”, añade. 

Y otro de los mitos más problemáticos, sobre todo en relación a quienes sobreviven tras un intento de suicidio, es el que hace referencia a la creencia de que “si alguien está determinado a morir, lo conseguirá”. La OMS advierte que las ideaciones suicidas han de tomarse en serio y que “no se debe subestimar la intención de alguien de acabar con su vida”. 

Fuentes consultadas

  • Instituto Nacional de Estadística
  • Organización Mundial de la Salud
  • Asociación Americana de Psicología
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