Lo que (nunca) dijo Stephen Hawking antes de morir

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Este 2024 hubiera alcanzado los 81 años, cuando se le dijo que apenas superaría los 25. El 14 de marzo de 2018, Stephen Hawking fallecía en su casa de Cambridge (Reino Unido) convertido en el mayor físico pop desde Einstein. El autor del multieditado libro de divulgación Una breve historia del tiempo (1988), dejó escrita, poco antes de morir, su última teoría del cosmos junto a su colaborador durante 20 años Thomas Hertog.

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La popularidad de Hawking llevó al mundo a indagar en qué quiso decirnos Hawking antes de fallecer, cuál iba a ser su último legado. Pero la complejidad conceptual de sus últimos trabajos –que chocaron con parte de la comunidad científica– llevaron a interpretaciones de lo más variopintas, exageraciones o, directamente, falsedades alrededor de lo que dijo o no dijo Hawking.

Repasamos algunas de ellas de la mano de su discípulo Hertog, quien ahora publica buena parte de sus últimas ideas en Sobre el origen del tiempo, una enmienda parcial a Una breve historia del tiempo, que indaga sobre la última gran obsesión de Hawking: ¿Por qué el universo parece diseñado perfectamente para albergar vida?

¿Otros planetas donde los dinosaurios aún caminen?

Los postulados de la última teoría del cosmos que propuso Stephen Hawkin se publicó póstumamente en la revista Journal of High Energy Physics, como conclusión al trabajo del físico junto a Hertog. Hay una idea central que expresó el propio Hawking metafóricamente: “Vivimos en un acogedor universo de bolsillo”. Stephen estuvo abierto durante décadas a la idea de que hay otros universos paralelos ahí fuera. La teoría del multiverso estuvo de moda, durante cierta época, para explicar por qué el nuestro es el (¿único?) universo bueno para albergar estrellas, planetas y vida.

Sin embargo, Hawking y Hertog trataron de poder explicar esta querencia que tiene nuestro mundo para con la vida, puesto que, como recoge en el pódcast Tampoco es el fin del mundo otro físico, Jaime Salcido (Liverpool John Moores University), “todas las constantes del universo parecen estar finamente ajustadas para que se produzcan galaxias, estrellas, planetas y, por tanto, vida; si cambias un poquito la cifra, siempre hemos creído que ocurrirían cosas desastrosas” o incompatibles con la biología.

Quizás en una interpretación más que errónea del multiverso, se ha dicho en medios británicos que “en cierto lugar del espacio, hay otros planetas similares a la Tierra donde todavía caminan los dinosaurios y otros donde aún cazan los neandertales”. Hertog nos confirma que esto es “una patraña”. En realidad, una mala interpretación de la teoría de Hartle-Hawking que, en los ochenta, tiraba de mecánica cuántica para explicar el origen del universo, dando lugar, en sus ecuaciones, a un número virtualmente ilimitado de universos alternativos, sin descartar que algunos fueran también aptos para la vida.

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El universo es un vasto y complejo holograma finito

El últimp estudio del científico, enviado para su publicación antes de la muerte de Hawking a principios de 2018, se basa en la teoría de cuerdas y predice que el universo es finito y más simple que lo postulado por muchas teorías actuales sobre el big bang.

Se ha publicado que, según esta última teoría de Hawking, el universo no es infinito y sería un vasto y complejo holograma. “Es posible”, explica Hertog.

Las teorías modernas del big bang predicen que nuestro universo local comenzó a existir con un instante de inflación; en otras palabras, tras una pequeña fracción del primer segundo de la historia, el universo se expandió a un ritmo exponencial colosal. Esto ya se había postulado antes de Hawking, asegurando que esa aceleración se fue frenando durante un tiempo (en que se formaron las estructuras que nos permiten vivir hoy) para volverse a acelerar después. Como quien arranca un coche en un semáforo al ponerse en verde y decelera un poco para cambiar de marcha y proseguir acelerando.

Pero la idea es de Hawking es que hay regiones donde nunca se detiene la aceleración. Globalmente, sería eterna. Dicho esto, nuestro universo tendía límites, que son los que observamos. Puesto que al final, el cosmos no sería más que una proyección holográfica de ese momento inicial del big bang.

¿Qué había antes del big bang?

Las ideas sobre el origen de universo llevaron a parte de la comunidad astrofísica a un quebradero de cabeza. Si las constantes parecen tan finamente ‘ajustadas’ para que haya vida, pareciera que es necesaria la idea de alguien o algo creando el universo de la nada. ¿O quizás antes del big bang hubo algo?

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Hawking resuelve esto en su teoría final con la idea de que según rebobinamos la historia del universo, todo se vuelve más sencillo, las leyes físicas van cambiando hasta un punto en que no tienen sentido. “Como en la vida, antes de la aparición de la primera molécula de ADN, no tenía sentido hablar de las ‘leyes de la biología’ o la ‘evolución de las especies’”, compara Hertog.

Así que antes del big bang no había nada (conocido), ni siquiera el tiempo. Ahora, la parte observable de nuestro universo sería entonces solo una especie de ‘acogedor’ universo de bolsillo, una región en la que la inflación ha terminado y se han podido formar estrellas, galaxias y planetas, como el nuestro. Puede haber otros universos, pero no tantos.

¿Qué habrá después? ¿La Tierra se convertirá en una esfera brillante en breve?

En 2017, en una visita a Pekín, se le preguntó por el futuro de la humanidad. Advirtió, entonces, sobre los efectos del aumento acelerado de la población y la demanda energética. Según recogen varios medios, conforme a una entrevista por radio, se refirió a la posibilidad de que tal demanda de energía nos llevaría a convertir la Tierra en una “esfera candente y brillante”. Pero esta podría ser una expresión puramente metafórica y no descriptiva del apocalíptico futuro terrestre. Desde luego, no una afirmación que responda a la evolución del cosmos, nos confirma Hertog.

Hawking jugueteó bastante con ideas futuristas sobre la conquista de otros planetas o galaxias de la mano de iniciativas multimillonarias volcadas en expandir los límites de la humanidad terrestre. Pero su última teoría no habla sobre cómo será el final del universo.

¿Hay extraterrestres?

“No lo afirmó”, sentencia Hertog. Otra cosa es que estuviera preocupado por la existencia de civilizaciones extraterrestres. Desde luego, Hawking participó en iniciativas para la búsqueda de vida alienígena inteligente.

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Desconfiaba de un encuentro entre civilizaciones, eso sí, por si eran más avanzadas y pudieran destruirnos. No era partidario de enviar mensajes muy explícitos al cosmos, con nuestras precisas coordenadas (algo que ya hemos hecho). Uno de los programas en que participó es Breakthrough Listen, en busca de señales de radio o láseres de origen no natural en el entorno de estrellas. Y que derivó en afirmaciones muy especulativas sobre la visita de alienígenas a nuestro sistema solar.

¿Existe Dios, un creador?

Dice Hertog que “el Hawking de Una breve historia del tiempo chocó muchas veces con el Vaticano». Pero eso había cambiado en los últimos tiempos. Cuando los dos físicos se conocieron y emprendieron la labor de ‘desmontar’, en parte, algunos postulados de aquel libro, se dieron cuenta de que había que matar al multiverso (que era indemostrable). Y hacerlo sin necesidad de resucitar a Dios (que parecía estar detrás de este acogedor universo de bolsillo).

Como señala Hertog en esta entrevista para Tampoco es el fin del mundo, buscaron una hipótesis que tratara de “proporcionar una explicación científica natural. Sí, hay un grado de aleatoriedad, pero el universo parece diseñado, y estamos avanzando en encontrar una explicación científica natural. Sin ningún Creador interfiriendo en ello, me temo”.

¿Hawking empezó en algún momento a creer en Dios? Aunque conectó muy bien con el actual Papa Francisco –dice–, no habló nunca de la necesidad de un Creador. Pero “yo diría que el último Hawking habría dejado algo de espacio para el misterio. Quizás no para un dios, pero ciertamente sí que para algo de misterio”.


Escucha la entrevista completa y la historia del multiverso en este capítulo de Tampoco es el fin del mundo, en que podrás escuchar también a la cosmólaga defensora de los universos paralelos Laura Mersini-Houghton, el investigador sobre posible vida en otros universos Jaime Salcido y el astrónomo Alexander Kusenko, que no descarta la existencia de posibles universos en agujeros negros primordiales. Un pódcast guionizado y sonorizado por Mario Viciosa, con la imagen de Ximo Ferrández y José A. Trinidad, la producción de Xulio Rodríguez y el doblaje de Jacobo Pedraza. Y el agradecimiento a Espacio Fundación Telefónica y editorial Debate.

Fuentes