El coronavirus ha hecho que las elecciones de Galicia se celebraran en unas circunstancias inéditas, con mascarilla y la prohibición de ir a votar para quienes estuvieran contagiados. Pero los resultados han sido los mismos que en las últimas tres elecciones: mayoría absoluta para Alberto Núñez Feijóo.
El líder del PP gallego ha logrado 41 escaños, tres más de los 38 en los que está fijado el umbral que le aseguraba mantenerse al frente de la Xunta. Con este resultado, iguala las cuatro mayorías absolutas de Manuel Fraga (1989-2001) y mantiene el número de diputados de 2016 (41), aunque no la cantidad de votos: ha perdido en torno a 57.000 papeletas.
Después de una campaña marcada por la gestión sanitaria de la pandemia y la ausencia evidente de las siglas del partido, Núñez Feijóo ha visto respaldada su apuesta: la del perfil propio, con independencia de la directriz marcada por la sede nacional.
La estrategia se volvió a ver en la celebración de unos resultados que el dirigente confesó que le parecían «imposibles» y «todavía más durante una pandemia». En su opinión, demuestran que una “gran mayoría” de gallegos han vuelto a confiar en él y, a los que no lo han hecho, quiso mandarles un mensaje: “Gobernaré para todos”. Terminó su intervención con un cuádruple “Galicia”, uno por cada una de sus mayorías absolutas.
El BNG supera al PSdeG-PSOE
La sorpresa de la noche la protagonizó el BNG, convirtiéndose en segunda fuerza en detrimento del PSdeG-PSOE. La lista encabezada por Ana Pontón ha obtenido 19 diputados frente a los 15 de los socialistas, logrando todo un hito al triplicar los sillones cosechados en 2016 (6). Una vez se confirmó el crecimiento, la dirigente marcó el 12-J como el inicio de “una nueva etapa”, el primer día en el que “trabajar” para que “el cambio” de partido en la Xunta sea posible dentro de cuatro años.
Por su parte, el PSdeG-PSOE de Gonzalo Caballero ha mejorado en un diputado sus resultados respecto a las anteriores elecciones (14), pero el crecimiento del Bloque Nacionalista Galego ha hecho que este mínimo avance sepa a derrota o, en palabras del dirigente socialista, resulte “insatisfactorio”.
Sin embargo, la mayor decepción la ha protagonizado Galicia en Común, que desaparece del Parlamento autonómico y pierde 14 diputados, todo “un fracaso” y un mal resultado “sin paliativos”, como reconocía su líder, Antón Gómez-Reino. La coalición se presentaba a estas elecciones con la ‘baja’ de las formaciones que decidieron confluir por separado con la marca Marea Galeguista. Y ni uno ni otro han logrado representación.
Tampoco lo han hecho Ciudadanos y VOX, como preveían las encuestas. La formación naranja ha obtenido el 0,7% de los votos y, la de ultraderecha, el 2%.
Más participación que en 2016
A diferencia de Euskadi, el coronavirus no ha tenido un gran impacto en la participación. El 12 de julio habían ido a votar el 58,9% de los gallegos o lo que es lo mismo: el 41,1% se había quedado en su casa. Se trata, no obstante, de un dato menor que el de las últimas elecciones autonómicas, cuando no acudieron a las urnas el 46,37% de los votantes.
En ello ha influido el peso que el voto por correo ha tenido en la cita con las urnas. Con los datos actualizados a 7 de julio, se habían admitido en Galicia un total de 63.266 papeletas, una cifra récord.
0 Comentarios