Que no te la den con queso: los lácteos grasos no evitan la demencia, aunque un estudio ve cierta relación

Quesos como el brie se consideran semigrasos o grasos | Shutterstock
Quesos como el brie se consideran semigrasos o grasos | Shutterstock
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¿Pueden algunos quesos proteger al cerebro de la demencia? Un estudio observacional en Neurology ve cierta relación entre consumir habitualmente quesos con cierto nivel de grasa o consumir nata, pero no es nada concluyente. Esto es lo que se sabe.

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  • Lo que dice el estudio: A partir de datos de 27.670 personas en Suecia, quienes consumían al menos 50 gramos diarios de queso con notable contenido en grasa tenían un riesgo de demencia un 13% menor al de quienes consumían menos de 15 gramos al día. También se encontró una asociación similar para quienes tomaban 20 gramos o más de nata con alto contenido en grasa. No se observó esa relación con los lácteos bajos en grasa, la leche o los yogures.

  • Lo que no dice el estudio: Por su diseño, no puede determinar que sea exactamente el queso o la nata la causa del menor riesgo de demencia, puede ser otra cosa. Como recuerda la neurocientífica Tara Spires-Jones (Dementia Research Institute, Reino Unido), los resultados son “datos interesantes”, pero la dieta solo se midió en un momento concreto, décadas antes del diagnóstico. En ese tiempo, “es muy probable que la dieta y otros factores del estilo de vida hayan cambiado”. Por eso subraya en el SMC británico que no hay pruebas sólidas de que un alimento concreto proteja frente a la demencia.

¿De qué quesos hablamos?

El estudio no entra de forma exhaustiva en cada tipo de queso que consumían las personas voluntarias. Se habla genéricamente de quesos grasos. Sin embargo, esta consideración también es poco universal. En España, un Real Decreto de 2006 establece que un queso graso fundido tiene un mínimo del 45% de grasa de masa sobre el extracto seco total.

El estudio se centra en Suecia, donde la dieta de quesos típica incluye el Västerbottensost (maduro y muy graso), herrgårdsost, cheddar y gouda. No es nada habitual contar con quesos como el manchego, el más consumido en España, aunque este se consideraría también graso; más graso cuanto más maduro.

Así hicieron el estudio sobre queso y demencia y de ahí sus limitaciones

Las personas voluntarias del seguimiento tenían 58 años de media al inicio del periodo, en la década de los noventa. Fueron apuntando su dieta diaria durante 25 años. También se realizaron entrevistas sobre su consumo. Durante ese periodo, 3.208 participantes desarrollaron demencia.

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Hasta ahí, un estudio observacional con una muestra de personas notable y con un seguimiento robusto de casi tres décadas, lo cual es una fortaleza… pero también una debilidad, para Spires-Jones: “Es muy probable que la dieta y otros factores del estilo de vida cambiaran en esos 25 años.”

  • Problema 1: El profesor de Epidemiología de la Universidad de Glasgow Naveed Sattar destaca algo no poco relevante del estudio: “Los individuos que consumían más queso y nata con alto contenido de grasa tenían, en promedio, mayor nivel educativo”. Esto plantea la “posibilidad de confusión residual”, es decir, ¿y si quien come quesos como estos también tiene un estilo de vida más saludable en general? El estudio no puede concluir tampoco esto, pero es un factor que se suele tener en cuenta en epidemiología. Está demostrado que una dieta saludable, ligada a otros factores, disminuye el riesgo de demencia.

  • Problema 2: La dieta se centra en un solo país. Los participantes eran todos de Suecia, por lo que los resultados pueden no ser los mismos para otras poblaciones, dietas y estilos de vida, reconoce la coautora Emily Sonestedt (Universidad de Lund, Suecia). Aunque cree que en cuestiones de salud cerebral “no todos los quesos son iguales”, reconoce que “se necesita más investigación para confirmar nuestros resultados y explorar si consumir ciertos lácteos con alto contenido de grasa realmente ofrece algún nivel de protección para el cerebro.”

Entonces, ¿qué quesos son más saludables?

Para la salud cerebral no hay nada determinante por ahora. Dicho esto, en las guías de nutrición de distintos países, referenciadas típicamente por las sociedades científicas, la recomendación es inclinarse por quesos menos grasos, si su consumo es muy habitual. En concreto, y según AESAN, “80-125 g de queso
fresco” a diario. En el caso de las recomendaciones para la población española, no más de ”4 raciones de 40-60 g de queso curado”.

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