Asturias quiere recular con la mascarilla y los aislamientos covid. Pero sus márgenes legales son escasos. El decreto que regula el uso del cubrebocas, y que entró en vigor el 20 de abril, prevalece sobre la normativa autonómica. Sin embargo, el gobierno del Principado sí ha recomendado mantener la mascarilla en los interiores, excepto en las escuelas. Y lo que sí puede es indicar a sus sanitarios que hagan un seguimiento más exhaustivo de los casos, no sólo los de vulnerables, como rige con carácter general desde el 28 de marzo.
El gobierno de Asturias anunció este jueves (un día después de decaer las mascarillas) que pondrá en marcha cuatro medidas específicas porque su «situación es de riesgo alto». La incidencia (IA a 14 días) de contagios en mayores de 60 años es de 977,54 puntos. Lejos de su pico, el 21 de enero, con una IA de 4.055,52 (con todos los grupos de edad).
El temor es que se repita la situación vivida tras el estallido de la ola ómicron. Un enorme número de casos, aunque sean fundamentalmente leves, deja margen para que en términos absolutos haya demasiados casos graves, que requieran hospitalización, llegando a la vez y tensionando el sistema sanitario (donde sigue siendo obligatoria la mascarilla).
"En estos momentos tenemos un problema y ese problema se centra en la hospitalización convencional", ha explicado el jefe de Vigilancia Epidemiológica, Mario Margolles. La ocupación hospitalaria se encuentra en "zona roja" (récord nacional), pero al mismo tiempo explican que no están percibiendo “un efecto Semana Santa” que haya incrementado los contagios.
El número contabilizado de contagios en 30 días pasó de 1.409 en el anterior informe a 3.119 en el presente. Es decir, se habrían triplicado los casos clínicos computados.
Navarra y Galicia, peor que Asturias aunque no piden mascarilla por ahora
Asturias está en el tercer puesto de las autonomías con mayor incidencia acumulada en mayores de 60 años, de acuerdo con el último informe del Ministerio de Sanidad. La peor situación en cuanto a contagios vuelve a registrarse en Navarra. La comunidad foral alcanza los 1059,81 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días. Llegó a los 7.584,23, el 10 de enero, pero contando todos los grupos de edad.
Galicia, que marcó su pico en enero en 3.652,85, tiene ahora 1.049, pero sólo en mayores de 60 años. Es la segunda comunidad con peores cifras de contagios, que se centran en la provincia de A Coruña.
La capacidad de respuesta hospitalaria es diferente en cada lugar y es muy sensible al perfil poblacional. Asturias argumenta que “uno de cada tres habitantes tiene más de 60 años”. Aun a pesar de contar con una amplia cobertura vacunal de tres dosis –esto es extrapolable a toda España–, sí han anunciado que adelantarán la cuarta a mayores de 80.
Explica la inmunóloga del IFS-CSIC Matilde Cañelles que “sabemos ya de antes de la pandemia que a ellos les cuesta generar una respuesta inmune duradera contra cualquier enfermedad y dudo que el coronavirus sea una excepción. Entonces, juntar la retirada de medidas como el aislamiento de positivos con la retirada de mascarillas en interiores puede bien poner en peligro a estas personas”.
No obstante, no está claro el beneficio extra de una cuarta dosis entre población menos vulnerable. Los datos que se tienen de pioneros como Israel no apuntan a un grado especialmente mayor de protección, más allá de un incremento puntual en el número de anticuerpos, que no son más que una parte del escudo frente al contagio, al margen de la enfermedad grave.
Asturias fía a y aislamientos evitar una nueva ola
Asturias, mascarillas aparte, ha sido una de las autonomías que más estrictas ha sido en su política de vigilancia epidemiológica. Desde Gijón, el epidemiólogo y exdirector de Emergencias Sanitarias de la OMS Daniel López Acuña explicaba a Newtral.es (coincidiendo con el fin de los aislamientos) que esta nueva desescalada está siendo precipitada.
A su juicio, “la mascarilla en interiores es la última medida que debe decaer”, mientras que lamentaba la renuncia a hacer “una vigilancia epidemiológica exhaustiva, en un contexto de alta transmisión del virus“. Más, en una comunidad que ha tenido por bandera su seguimiento de casos y los rastreos.
Asturias no quiere revivir el fantasma que quebró su estabilidad en noviembre de 2020. Tras casi nueve meses manteniendo el coronavirus al raya, los contagios se dispararon. La explosión, similar a la vivida en Alemania por aquellas fechas, quebró su sistema de rastreos y tensionó sus hospitales.
Si en el valle de salida de la sexta ola, sus centros no ingresaban más de 10 a 15 pacientes covid diarios, esta semana se han superado los 40. Si bien no compromete aún la actividad asistencial, es la primera autonomía en ocupación convencional (32 por cada 100.000 habitantes, frente a la media nacional, de 12).
En UCI están peor País Vasco y Melilla. Queda Asturias en tercer lugar, con una incidencia de ingresos en cuidados intensivos de 0,79, frente a los 0,73 a nivel estatal.
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