Las elecciones en la Comunidad de Madrid finalmente han tenido su lectura en clave nacional, según el CIS. En la estimación de votos que pronostica el último barómetro del instituto sociológico, el PSOE experimenta su mayor caída en dos años, situándose en el 27,9% de los votos, similar al resultado electoral que obtuvo en las elecciones de noviembre de 2019. Mientras el PP recorta su distancia con Pedro Sánchez, a tan solo 4,5 puntos, con un 23,4% de los sufragios.
Se trata de la segunda subida importante para Pablo Casado en apenas dos meses y en esta ocasión no solo a costa de Ciudadanos. El incremento de los conservadores castiga a Vox, que pierde casi dos puntos (13,7%) respecto a la anterior encuesta.
En el barómetro anterior, publicado con la campaña en Madrid ya en marcha, el PSOE continuaba en cabeza con una estimación de voto del 31,5% y una ventaja de 11 puntos sobre el PP, que entonces contaba con una estimación de voto del 20,6%. Vox se situaba en el 15,4%, cuatro décimas más que en el mes de marzo. Ciudadanos, tocado por la crisis desatada tras la fallida moción de censura en Murcia, se colocaba entonces en el 6,7%.
Lo cierto es que es la primera vez que PP y Vox suman casi lo mismo que los dos socios de Gobierno. Las fuerzas a la derecha se sitúan a poco más de un punto en estimación de voto según el último barómetro publicado. Mientras Ciudadanos se desploma, el PP vive en la euforia ante sus mejores resultados en muchos meses bajo la batuta demoscópica de José Felix Tezanos. Eso sí, los socios de la investidura siguen sumando más.
Son varios los factores que han influido en esta situación. En primer lugar, en efecto, los resultados de Madrid, en el que el PP ha jugado su lema “no solo de la libertad, sino de ser la oposición más directa desde esta autonomía a las políticas del Gobierno central”, valora Paloma Román, politóloga y directora de la Escuela de Gobierno de la Universidad Complutense de Madrid. Otro factor importante es la “situación de hartazgo” que ha influido en las elecciones regionales y que se ha traducido de esta forma en el último barómetro, añade.
El crecimiento del PP es en detrimento de Ciudadanos, pero también de Vox. El partido de ultraderecha cae, lo que supone un peor resultado que el que Santiago Abascal logró el 10 de noviembre de 2019, cuando irrumpió como tercera fuerza en el Congreso con 52 diputados.
Aunque pierda fuerza, este nuevo tablero sitúa a Vox como el único socio al que el PP puede mirar en estos momentos. Salvo una victoria por mayoría absoluta en unas futuras elecciones generales, “al PP solo le queda el coqueteo con Vox, un socio bastante ruidoso y que tiene que valorar lo que le ha ocurrido, porque el CIS también le castiga”, valora Román. Sin embargo, incide, las de Madrid no dejan de ser unas elecciones de segundo orden y habría que ver si “se cumple el sueño del PP de seguir creciendo para lograr una mayoría absoluta”.
“El PP mira a VOX en su nueva política, la aspiración del PP es consolidarse como el partido hegemónico en centro derecha y que VOX sea un socio minoritario y subalterno”, analiza el politólogo Eduardo Bayón. Esta nueva futurible alianza ya se ha visto fraguada en un Gobierno como el de la Región de Murcia, donde la formación de ultraderecha se ha convertido en socio de facto del PP en el Gobierno de la región tras salvar la moción de censura que sus anteriores compañeros de Gobierno y PSOE presentaron contra Fernando López Miras.
En unas futuras elecciones, siendo el PP el partido grande de la derecha y habiendo solo dos candidaturas a ese lado, Casado “rendiría mejor en términos del propio sistema electoral, la caída de Ciudadanos y su desaparición no solo beneficia con los votos que capte de la formación, sino que a la hora de repartir escaños se va a notar”, añade Bayón, lo que se podría traducir en “un acuerdo de investidura y no tanto un gobierno de coalición para sacar políticas y leyes en el caso de que sumasen mayoría absoluta” las derechas, como ocurre en Madrid, donde necesita de su apoyo para poder alzarse con el sillón de la Puerta del Sol.
¿Tendencia que se mantiene en el tiempo?
“Lo que refleja el CIS es un estado de ánimo y corresponde al mes de mayo”, incide Román. Falta ver si ese “voto de castigo” al PSOE que suele operar así en las elecciones autonómicas contra el partido que se encuentra en la Moncloa. Al partido en el Gobierno le quedan grandes hitos que van a hacer fluctuar al resto de fuerzas políticas: los fondos de reestructuración, completar la campaña de vacunación y, algo que influirá mucho, el anuncio del fin de la mascarilla al aire libre. “De cómo capitalice estos éxitos dependerá mucho la demoscopia en los próximos meses”, coinciden ambos politólogos.
Salvo un adelanto electoral en Andalucía y sorpresas mayores, no hay elecciones a la vista por el momento y la estrategia del PP “parece clara por un componente psicológico basado en trasladar a nivel nacional el resultado de Madrid y volver a ser la casa común del centro derecha”, un relato que refuerza el traspaso o fuga de cargos intermedios de Ciudadanos, dice Bayón.
“Pero habrá que ver si la tendencia se mantiene”, incide este polítologo y estos resultados en el CIS se estabilizan cuando el 4M quede atrás, ya que el PP, respecto a Vox, compite mucho mejor en Madrid que a nivel nacional por el liderazgo de Díaz Ayuso. “El CIS nos ha mostrado a un PP al alza que se benefició del colapso y debacle de Ciudadanos, pero las valoraciones de Pablo Casado como líder siguen sin ser muy halagadoras”, añade Bayón.
En cuanto a la valoración de líderes, Sánchez, con 4,3 puntos sobre 10 posibles, es el que recibe la mejor puntuación, aunque no logra el aprobado y retrocede una décima con respecto a abril. Casado obtiene un 3,6, en su caso una décima más que en el barómetro anterior. Pero Sánchez no genera confianza en el 70,6% de encuestados, un porcentaje muy elevado, pero aun así inferior a la desconfianza que provoca Casado (83,7%). Mientras el 26,2% confía en el presidente, Casado inspira confianza al 11,9%.