La de este jueves no ha sido una jornada inaugural de mero trámite, ni lo ha sido la de este viernes en la Cumbre del Clima de Dubái COP28. Los 198 miembros han acordado, por fin, la puesta en marcha del Fondo para Pérdidas y Daños derivados de la emergencia climática en países vulnerables. Este era uno de los puntos clave, eternamente demorados desde 2009, dentro del capítulo de financiación de las COP, y que tomó forma en la del año pasado. No se ha decidido cuánto dinero fluirá en el fondo, pero algunos países (liderados por el anfitrión, Emiratos, y Alemania) han empezado a anunciar sus compromisos para con los desastres climáticos:
El presidente del gobierno y del Consejo de la UE, Pedro Sánchez, ha anunciado este viernes la cantidad que España aportará al Fondo, en el contexto de las aportaciones de la Unión Europea: 20 millones de euros. Esta financiación se sumará a otros 5 millones de euros que se aprobaron para poner en marcha la Red de Santiago, una iniciativa lanzada en la COP27 para proporcionar asistencia técnica en este terreno.
La rapidez para llegar a un acuerdo en un tema tan espinoso ha sido posible gracias a un trabajo previo, realizado por los países en cinco reuniones previas. Las partes de la COP28 adoptaron un texto muy similar al consenso alcanzado por los negociadores en la última minicumbre previa, a principios de noviembre, tras discusiones muy tensas.
En el fondo, la cuestión más complicada era quién se podía considerar ‘país en vías de desarrollo’ (receptor de dinero) como para necesitar ayuda a la hora de reponerse de los desastres climáticos. Por otro lado, también hubo discusión en si los grandes emisores históricos de carbono tenían más responsabilidad en el deterioro climático cuyos efectos repercuten en quienes menos han emitido o contaminado. O sea, Reino Unido y EE.UU., los primeros en industrializarse masivamente.
Second major win for COP28 with the adoption of the L&D finance decision proposed by the transitional committee – standing ovation ensues. pic.twitter.com/5OjmrjDySl
— Lola Vallejo (@vallejolola) November 30, 2023
Finalmente, para los grandes emisores históricos las contribuciones al fondo no serán obligatorias ni estarán vinculadas a las emisiones históricas. El texto simplemente “invita a todas las fuentes de financiación a contribuir al fondo para que funcione a una escala significativa”. Esta es una de las debilidades del acuerdo.
Sin embargo, esto abre la posibilidad de que economías fuertes como China o Arabia Saudí puedan contribuir al fondo, a pesar de estar oficialmente clasificados como ‘países en desarrollo’ e incluso víctimas de desastres climáticos por inundaciones o sequía, por ejemplo.
El Fondo para Pérdidas y Daños también estará abierto a “recibir contribuciones de una amplia variedad de fuentes de financiación, incluidos donaciones y préstamos en condiciones favorables de fuentes públicas, privadas e innovadoras”. No está claro si esto es una vía para que los países implanten impuestos a las grandes compañías emisoras de carbono y metano.
¿Qué se entiende por “pérdidas y daños” y “desastres climáticos“?
La ONU no tiene una definición formal de ‘pérdidas y daños’, pero en el fondo se refiere a pérdidas económicas o de otro tipo causadas por los desastres climáticos que van más allá de la capacidad de adaptación de un país. Esto podría incluir desde daños repentinos (como los de una DANA) a consecuencias a más largo plazo del aumento del nivel del mar, por ejemplo.
Los debates sobre el tema se remontan a las primeras conversaciones sobre el clima en la ONU hace más de 30 años. Se han centrado en gran medida en establecer una manera para que los países de altos ingresos apoyen a las naciones de bajos ingresos que son más vulnerables a los impactos del cambio climático, a pesar de haber contribuido menos al problema a través de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los puntos de debate sobre pérdidas y daños también han girado alrededor de dónde se alojaría el fondo. Por el momento, como se preveía, este fondo se acogerá al Banco Mundial, que será el intermediario, a pesar de las preocupaciones de los países del Sur Global. Según han expresado, ubicar el fondo en el banco controlado por los donantes les dificultaría el acceso a la financiación, máxime cuando su aspiración no es la de obtener créditos, sino compensaciones. Sin embargo, se ha consensuado que el Fondo esté bajo la tutela de un secretariado independiente
Como analiza aquí la investigadora del Real Instituto Elcano Lara Lázaro Touza, “las fuentes de financiación del fondo siguen siendo objeto de debate. Se ha propuesto el uso de fondos de adaptación, seguros e impuestos a los combustibles fósiles o al transporte marítimo, entre otros“.
¿Cuánto dinero hace falta para que el fondo sufrague los desastres climáticos?
Los aproximadamente 450 millones de dólares en financiación ya prometidos en la COP28 son un primer paso, pero no está claro cuánto se necesita en última instancia. El texto no especifica cuánto debe crecer el fondo cubrir los desastres climáticos; durante las negociaciones, los países en desarrollo propusieron el objetivo de llegar a los 100.000 millones de dólares anuales para 2030.
La cifra está por debajo de algunas estimaciones de la verdadera escala de pérdidas y daños provocados por los desastres climáticos futuros si, como parece, nos encaminamos a un planeta con temperaturas por encima de los 1,5ºC respecto a la era preindustrial. Una evaluación realizada por el Grupo de los 20 Vulnerables, estimó que sus economías habían perdido 525.000 millones de dólares entre 2000 y 2019 debido al cambio climático, equivalente a una quinta parte de su PIB.
En septiembre, otro estudio calculó que 143.000 millones de dólares, sólo en daños, ya son atribuibles anualmente al clima extremo impulsado por la emergencia climática.
“Este acuerdo es un primer paso fundamental para garantizar que estas comunidades empiecen a recibir el apoyo que necesitan desesperadamente, aunque es un fondo que se queda corto para lo que realmente necesitan y que se merecen”, explica Tracy Carty (Greenpeace Internacional). “Lo que no está claro es de dónde va a salir el dinero”, ha advertido en una reacción pública posterior al anuncio.
“Los acuerdos de esta COP deben asegurar que los países ricos que más han contribuido al cambio climático sean los que más paguen. Además, se debe obligar a que la industria de los combustibles fósiles, que sigue ganando miles de millones explotando petróleo, gas o carbón, pague por los daños que ha causado”, ha afirmado esta activista.
Por último, no se puede asumir que las promesas siemore se traduzcan en cumplimiento. Hay otra gran pata de la financiación climática, llamada Fondo Verde para el Clima, que se anunció en 2009, para ayudar a la transición energética y la adaptación. Se prometieron aportaciones de 100.000 millones anuales desde 2020. Hasta el año pasado, ha sido imposible acercarse siquiera a esa cantidad.
- Documento del preacuerdo del Fondo de Pérdidas y Daños, UNCC
- Texto del acuerdo para el Fondo de Pérdidas y Daños en la COP28
- Informe del V20 sobre pérdidas y daños hasta 2019
- Estudio de Newman y Noy sobre el coste de los desastres climáticos en ‘Nature’, 2023
- Lara Lázaro Touza (Real Instituto Elcano)
- Tracy Carty (Greenpeace Internacional)