La mayor operación en el sector bancario español en dos décadas ya es una realidad. La fusión entre CaixaBank y Bankia se ha presentado este viernes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Esta operación llega en un momento complicado para la banca, marcado por los bajos tipos de interés y la crisis financiera provocada por el coronavirus. Este contexto es el que intentan solventar ambas entidades con la fusión.
Ahora se dibuja un futuro incierto para las más de 6.000 sucursales y más de 51.000 empleados de las entidades fusionadas, que esperan conocer si se reducirá la plantilla por posibles duplicidades.
[Bankia y CaixaBank, una fusión para crear el banco más grande de España]
¿Qué ocurre con la fusión de Bankia y Caixabank?
Este viernes tanto CaixaBank como Bankia han anunciado su fusión a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Así, se da lugar al primer banco en España, con unos activos de 664.027 millones de euros, lo que supone alrededor del 25% del total del sector.
En la información privilegiada presentada a la Comisión, CaixaBank calcula que la operación «genere sinergias anuales de costes de alrededor de 770 millones y nuevos ingresos anuales de alrededor de 290 millones». Es decir, ahorrarse más de 700 millones de euros de gastos al año.
Este ahorro tendrá plena consecución a partir de 2023, y los ingresos dos años después, a partir de 2025, según han anunciado.
La operación se ha tasado en 0,6845 acciones ordinarias nuevas de CaixaBank por cada acción de Bankia, lo que supone valorar los títulos a 1,41 euros. Así, CaixaBank es quien adquiere a Bankia y por tanto quien mantiene el nombre.
¿Habrá despidos tras la fusión?
Las entidades han explicado en el documento presentado a la CNMV que «CaixaBank se subrogará en los derechos y obligaciones laborales de los trabajadores de Bankia». Tras la unión el grupo cuenta con 51.536 empleados (35.589 de Caixabank y 15.847 de Bankia).
En cuanto a posibles despidos, aún no han dado información sobre el tema, más allá de anunciar que «la entidad combinada completará el análisis de los solapamientos, duplicidades y economías de escala derivadas del proceso, sin que a esta fecha se haya tomado ninguna decisión en relación con las medidas de índole laboral que será necesario adoptar para proceder a la integración de las plantillas como consecuencia de la fusión».
Normalmente cuando se realizan este tipo de operaciones, como ocurrió en el caso de la compra del Popular por parte del Santander, se crean duplicidades de personal, así como de oficinas, lo que suele llevar a acometer reducciones de plantillas.
Estas reducciones se intentan llevar a cabo a través de la negociación colectiva y jubilaciones anticipadas. De hecho, sindicatos como Comisiones Obreras ya esperan que se lleven a cabo negociaciones sobre el asunto y aseguran que «la negociación se avecina dura y complicada«.
¿Quién dirigirá la nueva entidad?
En la rueda de prensa tras conocerse la fusión se ha anunciado que el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri será el presidente ejecutivo de la nueva entidad, mientras que Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, será el consejero delegado (CEO).
Tras la fusión el Consejo de Administración estará formado por 15 personas, de las cuales 9 son independientes.
¿Qué pasa con el Estado tras la fusión?
El Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) tenía parte de Bankia (más del 60%) por el rescate financiero por la crisis económica de 2008.
Desde entonces, el Estado solo ha recuperado unos 3.000 millones de los más de 24.000 inyectados en Bankia. Tras la fusión, se ha anunciado que el Ejecutivo controlará el 16% de la nueva entidad formada.
¿La operación es buena para los clientes?
La asociación de consumidores Facua ha alertado de los efectos nocivos que puede tener para los consumidores la concentración bancaria. En concreto, aseguran que la operación puede redundar en comisiones más elevadas y en un mayor cierre de oficinas y por tanto perjudicar al empleo y a la calidad de atención a los usuarios.
«Esta compra, que se presenta como la creación del banco líder en España, realmente va a suponer la creación de un banco líder en abusos a los usuarios, en comisiones desproporcionadas, en cierre de oficinas y en recorte en empleo«, ha declarado Rubén Sánchez, secretario general de Facua.
¿Va a haber más fusiones de bancos?
Tanto el Banco Central Europeo (BCE) como el Banco de España llevan años realizado llamamientos de las autoridades financieras internacionales para acelerar procesos de fusión de entidades en Europa.
El profesor de innovación en EAE Business School Marc Sansó comenta que la fusión «es un movimiento político-económico qué hará trastabillar los cimientos del sector porque no será el único«.
Así cree que «Banc Sabadell, Ibercaja y Liberbank, entre otros, esperan turno en esta tercera oleada de fusiones que dejará un panorama mucho más concentrado (mala noticia para el cliente) y racionalizado».
Así, lo que viene en un futuro, asegura Sansó, es «un sistema bancario racionalizado con unos pocos bancos mucho más grandes, muy internacionalizados, con un número mínimo de oficinas —vacías muchas de ellas—, con muchos menos trabajadores y, en teoría, un balance más saneado que debería permitir enfocar el futuro con más optimismo».