La sesión de control al Gobierno que se celebra los miércoles en el Congreso supone un escenario semanal en el que los partidos buscan atraer el foco de los medios y marcar la agenda. Conocen los criterios enseñados en las facultades de periodismo -relevancia, actualidad y novedad…- y adaptan sus preguntas a ellos.
Estos intentos podrían verse frustrados según lo estipulado en el Reglamento de la Cámara Baja, que delimita el contenido de las preguntas en su artículo 188. En concreto estipula que las cuestiones deben tratar sobre “un hecho, una situación o una información, sobre si el Gobierno ha tomado o va a tomar alguna providencia en relación o un asunto, o si el Gobierno va a remitir al Congreso algún documento o a informarle acerca de algún extremo”.
Sin embargo, en la práctica, hay maneras de sortear la norma. Persiguiendo ser noticia, son numerosas las ocasiones en las que los líderes y portavoces de los partidos de la oposición tiran de ambigüedad y generalidades para poder amoldar su intervención en función de los temas de actualidad o el argumentario por el que, esa semana, está apostando su partido.
En contraposición, esta legislatura el hemiciclo también ha sido testigo de alguna ‘pregunta florero’ de las formaciones del Gobierno a los ministros de su propio partido.
“Valorar” la situación actual
Precisamente, uno de los ejemplos más claros de este tipo de preguntas es cuando se pide al Gobierno que valore “la situación” de ese momento en un determinado tema: la crisis provocada por el coronavirus, la situación política, las circunstancias que atraviesan los españoles o la propia gestión del Ejecutivo.
Como demuestra el diario de sesiones, después de esa primera cuestión, el diputado de la oposición suele dirigir sus palabras a la temática que más le interesa. Señal de la comodidad que esto supone para el orador es que tanto Pedro Sánchez como Pablo Casado eligieron esta fórmula en su primera intervención como líderes de sus partidos en una sesión de control.
En el caso de Albert Rivera, recurrió a este enunciado en sus últimas cinco preguntas como diputado. Y, en esta legislatura, es el número dos del grupo parlamentario de Ciudadanos, Edmundo Bal, el que suele emplear esta fórmula en relación a la pandemia.
La organización del Gobierno y su dirección política
Es habitual que PP, VOX y Ciudadanos, pero también el PNV en una ocasión, pregunten por la “coordinación” y “unidad” de la coalición, su dirección política y lo que valoran como una falta de concordancia entre las prioridades de Moncloa y los ciudadanos.
Se tratan de cuestiones que, sujetas a la literalidad, podrían considerarse retóricas pues, como define la RAE, se hacen “no para pedir respuesta sino para expresar indirectamente una afirmación”.
Este guion se siguió en los casos señalados, donde el Gobierno -de forma esperable- respondió en positivo y, el interlocutor de la oposición, en el sentido contrario. Ejemplos destacados son los del secretario general del PP, Teodoro García Egea, y el presidente de VOX, Santiago Abascal.
El primero realiza con Pablo Iglesias lo que en deporte se conoce como un “marcaje al hombre” que le lleva a utilizar a menudo el turno de pregunta ya como el de contestación y sobre los temas más variados. Se pudo ver el 3 de febrero, cuando empezó su intervención hablando del decreto ley sobre los fondos europeos, después siguió con los apoyos recibidos por el Gobierno en la cámara y, finalmente, formuló la cuestión: “Señor Iglesias, VOX ha prorrogado tres años su contrato como vicepresidente mientras 5 millones de españoles no pueden trabajar. ¿Le preocupa a usted el bienestar de los parados o solo se preocupa por los okupas?”
En el caso de Abascal, lo representa su intervención del 14 de octubre de 2020. donde reconoció lo poco que le importaban ya las respuestas que el presidente del Gobierno pudiera darle: “Seamos sinceros, señor Sánchez, a mí ya no me interesa ninguna respuesta que usted pueda darme, máxime después de lo de ayer, de su ataque brutal contra la justicia independiente, o de lo de anteayer de su acólito, que faltó a las más elementales normas de respeto ante su majestad el Rey”.
Pero esto no es nuevo. Cuando era el PP el que ocupaba los sillones azules y Margarita Robles la portavoz parlamentaria del PSOE, esta ya puso en duda la coordinación del Ejecutivo popular. El 25 de octubre de 2017, no llegó siquiera a plantear la pregunta registrada, como le afeó Mariano Rajoy, pero sí que -entre otros- exigió una respuesta sobre las “divergencias” en el Consejo de Ministros sobre Cataluña.
La garantía de los pilares democráticos y las instituciones del Estado
Con el mismo fin, pero distintos medios, se cuelan a veces en las sesiones de control preguntas sobre “la impunidad” de algunas instituciones del Estado (Rufián), la “normalidad democrática” del país (Arrimadas) o la “separación de poderes” (Gamarra).
De nuevo, cuestiones que los diputados plantean con la réplica ya estudiada y bien asentada en el ideario que el partido promueve en ese momento. Gabriel Rufián planteó la cuestión en plena campaña de ERC para que se creara una comisión de investigación sobre Juan Carlos I. De igual manera, Inés Arrimadas lo hizo como parte de la respuesta de su partido a las declaraciones de Iglesias sobre la salud democrática de España; y Cuca Gamarra hizo lo consiguiente frente a la propuesta de PSOE y Unidas Podemos que rebajaba la mayoría para renovar al CGPJ.
En otras palabras, todos ellos plantearon una pregunta general como ‘excusa’ para colocar su mensaje particular.
Fuentes:
- Reglamento del Congreso (PDF)
- Registro de iniciativas del Congreso
- Diario de sesiones del Congreso
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