Pilar Requena: “No pensemos que los talibanes han cambiado, por mucho que nos digan ahora”

Afganos intentando huir del país
Afganos intentando huir del país | EFE
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El colapso de Afganistán es más que lo que ocurre entre titulares de última hora. Cuesta comprender el alcance de lo que sucede sin el contexto y la mirada de quien conoce el terreno, pero no solo en los momentos de mayor intensidad informativa. La periodista e investigadora Pilar Requena anticipa a Newtral.es en una entrevista que se acerca una era todavía más violenta y radical para el país asiático bajo el régimen de los nuevos talibanes, que no han cambiado tanto como ellos mismos dicen.

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La directora del programa Documentos TV en RTVE desde febrero de 2021 ya nos abrió los ojos en En Portada en la década pasada ante la situación de las mujeres afganas y la “encrucijada” que se planteó cuando las tropas extranjeras empezaban a dejar el país asiático. 

Pilar Requena periodista Afganistán
Pilar Requena.

Pilar Requena recorrió el país también en calidad de investigadora de conflictos armados y terrorismo y escribió el libro Afganistán (Síntesis, 2011), donde alertó de los errores cometidos tras la intervención de la comunidad internacional en 2001. 

“No puedo abandonar a las mujeres”

“Mi compromiso con Afganistán ha sido desde el primer momento. Me enganchó el país y sus valientes mujeres, no las puedo abandonar”, comenta Requena por teléfono. Es una jornada maratoniana más de divulgación para que “algo quede” de estos días, cuando falta menos de un mes para que se cumplan veinte años de los atentados del 11-S.  

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La milicia talibán llevaba en el momento de la entrevista tres días instalada en el país y se acababa de conocer que el depuesto presidente afgano, Ashraf Ghani, se encuentra en Emiratos Árabes Unidos. Ya conocemos el anuncio de “amnistía general” de los portavoces talibanes en rueda de prensa, así como el fin de los narcóticos y la posibilidad de que las mujeres sigan trabajando “en el marco del Islam”. 

Foto | Lizette Potgieter (Shutterstock)

También ha tenido lugar una primera revuelta civil reprimida por los talibanes para proteger la bandera tricolor afgana frente a la insurgente, con un saldo de al menos tres muertos. Horas después, aterrizaría en Madrid el avión en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) con una treintena de afganos. Y ante todos estos acontecimientos, Pilar Requena seguía expectante el complejo proceso de evacuación de la comunidad internacional y sus colaboradores con cada vez más dificultades para conseguir información.

Los nuevos talibanes: propaganda, publicidad y diplomacia

Pregunta: ¿Qué diferencias hay entre los talibanes de hoy y los de 1996-2001?

Respuesta: Los talibanes de hoy han sabido aprender durante todos estos años propaganda, publicidad y diplomacia.

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Tenemos por un lado el que ha sido el Grupo de Doha, que es el de la chaqueta y corbata, que se ha dedicado a negociar y a viajar por distintas capitales del mundo mostrando una cara más amable, más moderada y consiguiendo acuerdos que les van a venir muy bien ahora. Y sobre todo que hacen que el punto de partida sea distinto ahora que con respecto al año 1996.

Y luego tenemos otro grupo de talibanes más jóvenes, pero también están sobre el terreno talibanes más veteranos y otros que fueron detenidos y encarcelados por las tropas norteamericanas. Esos que siempre han advertido: “vosotros tenéis los relojes, nosotros tenemos el tiempo”. Y ahora lo han demostrado, no han hecho más que esperar a que llegara ese momento. 

Estos talibanes para mí son más violentos que los talibanes de los años noventa. Además, hay una amalgama dentro de grupos terroristas como la red Akali, muy violenta, muy sanguinaria, y otros grupúsculos de yihadistas de diferentes países también limítrofes. Han estado unidos toda esa amalgama, los de la parte de Doha y los que están en el terreno, hasta la conquista del poder. Vamos a ver qué ocurre cuando tengan que gestionar el poder.

¿Cuentan entonces con cierto reconocimiento internacional?

Ellos ya se han garantizado, no sabemos si el reconocimiento completo pero sí las relaciones más o menos privilegiadas con China, con Rusia, con Pakistán (que ya las tenían), con ciertas monarquías del Golfo también y con Turquía. (Turquía) va a jugar un papel importante, así como Irán y las repúblicas de Asia Central.

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Entonces (en 1996), toda esta parte diplomática no se dio. Ellos entraron a las bravas, conquistaron el país y ya establecieron su régimen en una situación de aislamiento internacional. Porque si no recuerdo mal, salvo Emiratos Árabes Unidos, Pakistán y Arabia Saudí, no les reconoció nadie más. 

Ahora se les ha dado carta de identidad de actor, porque eso es lo que hizo (el expresidente Donald) Trump el año pasado firmando un acuerdo con ellos. Y eso en el fondo es lo que se hace cuando se dice desde la Unión Europea que se va a hablar con ellos. Yo entiendo que ahora no queda otro remedio porque hay que garantizar una evacuación y sacar a todos los que podamos sanos y salvos de allí.

¿Qué cabe esperar de estos nuevos talibanes?

Rueda de prensa de Zabihullah Mujahid | EFE

Han presentado una cara amable, esa parte de Doha está representando esa cara amable, pacífica, la que vimos en la rueda de prensa de su portavoz diciendo que va a haber una amnistía general, que van a dejar a las mujeres hacer varios trabajos de acuerdo con las leyes islámicas… Yo diría que mejor no nos creamos nada porque todo eso, ojalá me equivoque, no va a suceder. 

Vamos a tener un régimen más radical que el que tuvimos en los años noventa. E incluso probablemente mucho más violento porque hay una práctica que ya sabemos que han ido aplicando en algunas zonas en las que han ejercido el poder en todos estos años. Es lo que llaman matrimonios forzados; pero no lo son, son violaciones, secuestros y esclavitud sexual.

Algunas de las informaciones que llegan no son indicativas de que nos encaminamos hacia un régimen talibán moderado, pacífico, amable con las mujeres, respetuoso de los derechos de la mujer… Ya lo han dicho: vamos a dejarlas trabajar pero en aquellos trabajos acordes con la ley islámica. Pues dejarán a lo mejor una pantallita durante un tiempo hasta que el foco mediático se vaya de Afganistán, que será en cuanto evacuemos y un poquito más, a lo mejor invitan a los periodistas a entrar en su emirato a lo Hollywood. Pero más allá de eso veremos la cruda realidad y la cruda realidad va a ser igual o peor que la de los años noventa.

“Ahora esas niñas nunca más van a volver al colegio y se les acabaron todas las oportunidades en la vida, si es que no acaban violadas, secuestradas y convertidas en esclavas sexuales. Tenemos que entender lo que ahora mismo se está perdiendo y se ha perdido”

¿No es solo que las mujeres no vayan a poder salir de sus casas otra vez, sino que vienen horrores mayores?

Mientras haya presencia por allí y se les esté vigilando a lo mejor dejan que sean maestras, que estén en el sistema de salud y poquita cosa más. El resto van a estar encerradas en su casa. Veremos si dejan estudiar a las adolescentes y a las universitarias, igual la fachada es la educación primaria, que la última vez la quitaron, pero dudo que dejen ir a las mujeres a la universidad, y mucho menos con la cierta libertad de la que gozaban en estos años. 

Cada vez que he ido he dedicado siempre un rato a mirar cómo entraban y salían las niñas al colegio con sus uniformes y se me saltaban las lágrimas. Ahora solo hay que pensar que ahora esas niñas nunca más van a volver al colegio y que se les acabaron todas las oportunidades en la vida, si es que no acaban violadas, secuestradas y convertidas en esclavas sexuales. Tenemos que entender lo que ahora mismo se está perdiendo y se ha perdido. Y eso sí que puedo asegurar que no se van a dar en absoluto las circunstancias que se han dado en estos últimos veinte años. 

Imagen de archivo de una mujer en Afganistán en 2009 | Kursar-Bayhan (Shutterstock)

No van a trabajar en la administración, eso está garantizado, no van a tener sus propios negocios… Como mucho, si es que ceden en algo de cara a la galería, sería algo relacionado con la educación y con la salud.

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¿Varía la situación para las mujeres entre las ciudades grandes y el resto del país?

Tenemos que tener en cuenta que no es lo mismo Kabul que Herat, que es la capital cultural y económica, que Kandahar, que siempre ha sido muy complicado y más conservador, o Jalalabad, por ejemplo.

También tenemos que establecer una diferencia clara: los entre comillas “atisbos de libertad” y de avances en los derechos de la mujer, no digo respeto ni conseguir todos los derechos que se han conseguido en estos últimos 20 años, se han dado en las grandes ciudades. El mundo rural es una parte, algo se ha podido hacer, pero en el mundo rural más conservador y que estaba menos avanzado no se ha hecho absolutamente nada en la práctica. 

Pérdida absoluta de derechos y libertades

Ante todas las promesas que han hecho, entre ellas, la amnistía, ¿de qué manera vamos a poder observar lo que está pasando en el terreno para garantizar los derechos fundamentales de los afganos?

No vamos a poder controlar nada. La última vez dejaron a Unicef y a alguna agencia de Naciones Unidas en algunos lugares, super controladas, en temas de salud e infancia. Y cuando les daba la gana les echaban, les hacían la vida imposible, no sé si esta vez les dejarán un poco más.

Se van a perder todos los derechos, se va a perder la libertad de prensa, la libertad de expresión, se va a perder cierta libertad de movimiento. Lo de la amnistía general, perdónenme pero no me creo absolutamente nada. Están entrando en las casas, hay gente que está escondida porque saben que como salgan y los pillan los matan directamente. No tenemos muchísima información porque está habiendo problemas de electricidad. 

Foto | EFE

Supongo que en algunos sitios estarán ya controlando las redes sociales y todo. La gente con la que estoy en contacto está muerta de miedo, en sus casas, esperando los que pueden salir a ser evacuados. Y los que no tienen capacidad para ser evacuados de momento, están escondidos y pensando en salir al pueblo para que a lo mejor allí no los detecten o a lo mejor su tribu o su clan las pueda tener más protegidas. 

Se va todo al garete, toda la libertad se va al garete, todos los derechos fundamentales, salvo los que ellos determinen, se van al garete. No pensemos que por mucho que nos digan ahora estos señores han cambiado.

2001-2021: Una «ventana» para el pueblo afgano

¿Qué significa decir que no se debió intervenir en Afganistán?

No admito que nadie diga que no debíamos entrar. Se han cometido muchos errores por todas las partes, pero no por parte del pueblo afgano. Los han cometido sus dirigentes, que colocó la propia comunidad internacional, que en muchos casos eran señores de la guerra que deberían haber sido enviados al Tribunal Penal Internacional, y no se ha hecho. 

Se ha obligado al pueblo afgano a que admitiese solo una ocupación, que en muchos casos han supuesto también daños colaterales de las tropas internacionales, se les ha hecho que aguantasen sin que se hiciera una justicia transicional, no solo de lo que ocurrió bajo la ocupación soviética sino también de esos criminales de guerra. Y ahora, ¿para qué?

“Decir que  no debimos entrar es decir que podíamos haber permitido otros veinte años que rigiesen los talibanes. Y entonces esta ventanita que les hemos dado a las mujeres y al pueblo afgano durante veinte años tampoco hubiese existido”

Se les ha dicho a las mujeres: tenéis que tener esperanza, vais a tener un futuro, quitaos el burka, han sido educadas, ha habido mujeres que montado sus negocios, otras que han salido fuera y han estudiado con becas y han vuelto a su país para ayudar a ese futuro en su país. ¿Y ahora las dejamos así? Y les decimos, lo siento, aquí solo veníamos a vengarnos del 11-S y en realidad no nos importábais nada y ahora os dejamos porque es que no habéis sido capaces de hacer nada. Si ha seguido habiendo corrupción endémica es porque se ha permitido que hubiera corrupción endémica. Y a lo mejor deberíamos analizar hasta qué punto una parte de la comunidad internacional no se ha aprovechado también de esa corrupción endémica. 

Talibanes en la protesta de Jalalabad | EFE

Decir que no debimos entrar es decir que podíamos haber permitido otros veinte años que rigiesen los talibanes. Y entonces esta ventanita que les hemos dado a las mujeres y al pueblo afgano durante veinte años tampoco hubiese existido. Porque no hicimos nada entre 1996 y 2001. La primera vez que todo el mundo puso el grito en el cielo, si recordamos, fue cuando destruyeron los budas gigantes de Bamiyan. Pero nos habíamos olvidado de que las mujeres estaban cosificadas, condenadas al silencio y a la oscuridad debajo del burka desde el año 1996. Y aun así no se actuó hasta que se produjo el 11-S. 

No van a volver a cometer el error de permitir que un 11-S se organice desde allí, eso garantizado, pero sí que van a permitir ser el santuario para determinados yihadistas, terroristas y radicales que desde allí van a entrenar, van a organizarse. Y sobre todo, algo muy importante: el triunfo de los talibanes envalentona a los yihadistas, terroristas y radicales islamistas de todo el mundo. Y probablemente sirva a aquellos que están buscando la creación de un califato en África central o en el Sahel. Eso nos queda muy cerquita de casa.

Un emirato de talibanes en Afganistán, no un califato regional

¿Hasta qué punto podemos preocuparnos por el terrorismo internacional?

En el campo del terrorismo internacional, esto: envalentonamiento. Tú imagínate lo que significa la imagen de la bandera de los talibanes ondeando el próximo 11 de septiembre en las embajadas occidentales de Kabul. Junto la imagen de los atentados contra las torres gemelas, lo que eso supone para los terroristas yihadistas a nivel internacional.

Hay que tener en cuenta una cosa que es importante para entender por qué la comunidad internacional no se preocupa excesivamente por las repercusiones que pueda tener en el campo del terrorismo internacional, si no está Al Qaeda, o si ellos garantizan que no se va a organizar un 11-S desde allí.

Patrulla talibán en la protesta de Jalalabad (Afganistán) | EFE

Ellos lo que declaran es un emirato, no un califato. Un emirato responde a lo que siempre han sido sus objetivos, que son nacionales, ni siquiera regionales. Como mucho, los talibanes de Pakistán quieren conseguir un emirato en su país. Ellos no quieren un califato y tampoco plegarse a ningno, tampoco han jurado seguimiento ni a Al Qaeda ni a ningún otro grupo terrorista o yihadista internacional. De hecho, están enfrentados al Estado Islámico de Khorasan, que es el que está dentro de Afganistán, y veremos si esto no lleva a una guerra interna. Si garantizan, como le han prometido a Estados Unidos, que no va a haber ningún 11-S, pues aquí paz y después gloria. Han ganado la guerra, han ganado el poder y el pueblo afgano sufrirá las consecuencias. 

«Reflejo de la decadencia de Occidente»

¿Es el diálogo la vía por la que puede responder la comunidad internacional a esta situación?

No, no, para nada. El gran error se cometió el año pasado cuando se les dio carta de identidad con un acuerdo firmado por Estados Unidos. Es el gran error. Ahora, a la Unión Europea probablemente no le ha quedado otro remedio que decir: vamos a negociar con ellos porque necesitamos una evacuación tranquila. Espero que ese diálogo, más allá de lo que sea el tema humanitario no vaya a más y no signifique ni un reconocimiento y unas relaciones normalizadas con ellos, porque entonces nunca se acabará con ellos. Y entonces no aceptarán ningún tipo de cortapisas por parte de la comunidad internacional, porque si reciben dinero, legitimidad y reconocimiento harán lo que quieran. También vemos que hay otros países y otras monarquías que también hacen muchas barbaridades y están reconocidas y se negocia con ellas. 

Lo que significa también este caos y este colapso en Afganistán es un poco el reflejo del colapso y de la decadencia de Occidente, y a todos los niveles, no solo los gobiernos sino también de las poblaciones. Es muy significativa la falta de reacción de las poblaciones, ahora parece que hay alguna, pero no veo manifestaciones de solidaridad a favor del pueblo afgano. Hasta que se ha reaccionado a favor y en solidaridad de las mujeres afganas la verdad es que era deprimente.

“No olvidemos eso nunca: dejamos atrás al pueblo afgano, a millones de personas, aunque saquemos a unos miles o decenas de miles”

En cuanto a los procesos de evacuación que están en marcha. ¿Crees que va a ser posible repatriar a todo el personal que ha ayudado a la comunidad internacional y a los extranjeros en Afganistán?

Yo he sido muy escéptica desde el principio. He visto que se ha abierto una ventana, porque probablemente se ha llegado a un acuerdo con los talibanes para garantizar que esa evacuación se lleve a cabo con varios países. 

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El avión, minutos después de aterrizar. | Zipi (Efe)

Es muy complicado para esas personas que están amenazadas y son objetivos prioritarios de los talibanes pasar los controles, llegar a la entrada del aeropuerto y que les dejen pasar o salgan a por ellos. Y también para quienes no están en ese grupo pero lo intentan. Está funcionando, pero si esto no se hace rápido, puede haber un vuelco en cualquier momento y esto se viene abajo. 

Yo quiero no perder la esperanza, pero hay momentos en que pienso que no va a ser posible sacarlos a todos. Pero es que aunque no vaya a ser posible sacar a todos con los que hemos colaborado la comunidad internacional, sí que dejamos atrás a alguien: dejamos atrás al pueblo afgano. No olvidemos eso nunca: dejamos atrás al pueblo afgano, a millones de personas, aunque saquemos a unos miles o decenas de miles. 

“Al pueblo afgano no le hagamos culpable porque han puesto decenas de miles de muertos sobre la mesa, han hecho enormes sacrificios para ahora acabar abandonado por todos” 

Después de ver cómo se han desarrollado estos acontecimientos en las últimas semanas en Afganistán, ¿de quién es el fracaso?

El fracaso de lo que ha pasado en Afganistán es de todos. De sociedades que lo único que querían es mirar hacia otro lado y no pagar las crisis en otros países, cuando hay dinero para todo si se gestionase bien. El fracaso es de la Unión Europea, que no ha creado una autonomía estratégica. No supo decirle no a la guerra de Irak (2003), a la retirada del grueso de tropas internacionales cuando se debería haber dicho: si nos vamos ahora, todo es un fracaso. 

Y el fracaso es también de Estados Unidos. En el fondo Joe Biden el otro día fue muy honesto. Reconoció lo que ya era evidente y ya se sabía: solo fueron a Afganistán a vengarse por el 11 de septiembre, no les importaba Afganistán y no les importaba el pueblo afgano. 

La culpa es de todos, y también es la culpa de los dirigentes afganos, que no han sabido gestionar y han seguido imbricados en su papel de señores de la guerra y en su corrupción endémica. Pero al pueblo afgano no le hagamos culpable porque han puesto decenas de miles de muertos sobre la mesa, han hecho enormes sacrificios para ahora acabar abandonado por todos. 

Todos somos un poco responsables, unos más y otros menos. La verdad es que me resulta muy patética la reacción que está habiendo, humanamente la falta de reacción que está habiendo de las poblaciones, de las sociedades occidentales y los medios de comunicación que se han olvidado de Afganistán durante todos estos años. 

¿Cómo han podido tomar los talibanes el país tan rápido?

Tengamos en cuenta una cosa. Los talibanes tenían ocupada ya una gran parte del territorio rural, lo único que les faltaba era hacer la ofensiva contra las ciudades y en el momento en que EE.UU. deja claro que se va, ellos deciden jugar con el factor sorpresa y poner en práctica una buena estrategia. 

Empezaron por el norte, que es donde más focos de resistencia podían haber tenido, y cuando no se produce es un “paseo militar”. Porque lo único que tenían que conquistar eran las ciudades, las capitales de provincia. Herat, Kandahar, Jalalabat, Qunduz, Mazar-e Sarif, Lashkar Gah y Kabul, que son las grandes. El resto son pueblos grandes o ciudades pequeñas y sobre todo, estaban al lado y solo tenían que avanzar. 

Protestas en Jalalabad (Afganistán) | EFE

¿Qué margen de resistencia tiene la sociedad afgana? 

Queda solo el reducto del valle del Panjshir. Vamos a ver qué posibilidades hay de que se organice cierta resistencia ahí al mando del hijo de Ahmad Shah Massoud, el ‘León de Panjshir’, que fue asesinado en un atentado de Al Qaeda dos días antes del 11-S. Ellos, a mí, siempre me han dicho que nunca se dejarán dominar ni vencer por los talibanes y siempre ofrecerán resistencia. 

El Valle del Panjshir siempre ha sido inexpugnable, nunca lo lograron tomar los británicos, ni los soviéticos ni los talibanes. Y no creo que ahora lo consigan conquistar. Ahora, se puede quedar como el último reducto aunque no se puedan organizar como una resistencia, sobre todo si no reciben ayuda del exterior. 

Yo creo que ya se está organizando la resistencia, por lo que yo he podido averiguar hasta ahora. Pero ya en estos momentos es muy complicado conseguir desde muchos lugares una información fiable. Además se está concentrando todo mucho en conseguir sacar a la comunidad internacional, a todos los extranjeros y a los que han trabajado para ellos. 

“Siendo Europa, pensar que no estamos preparados para hacer frente a una crisis de refugiados (…) me parece vergonzoso. Pero también es verdad que tenemos los líderes políticos y las sociedades que tenemos. Y sobre todo, que Angela Merkel está de salida”

¿Qué consecuencias humanitarias tendrá el colapso de Afganistán?

Yo creo que las consecuencias las vamos a sufrir todos. Primero porque se nos tendría que caer la cara de vergüenza. Segundo, porque va a haber refugiados antes o después. A lo mejor la para Turquía y todos sabemos a cambio de qué la va a parar, de dinero de la UE. En los países vecinos habrá que enviar ayuda humanitaria para evitar una inestabilidad que pueda provocar crisis de refugiados en Irán o Pakistán. 

[Así será la acogida de refugiados afganos que ha ofrecido España]

Siendo Europa, con la capacidad y la riqueza que tenemos aunque estemos en crisis, pensar que no estamos preparados para hacer frente a una crisis de refugiados —no quiero hablar de olas ni de movimientos masivos—, me parece vergonzoso. Pero también es verdad que tenemos los líderes políticos y las sociedades que tenemos. Y sobre todo, que Angela Merkel está de salida. Y Angela Merkel advirtió también de que no se repetiría una situación como la de 2015. 

Aunque una de dos: o se paran en Turquía y ya sabemos a cambio de qué va a ser o podemos tener un problema muy grave cuando empiecen a llegar a la ruta de los Balcanes sabiendo que tenemos un Víktor Orban en Hungría.

O estamos a la altura de los valores que defendemos y que hemos dejado morir en Afganistán o morirán también en Europa y pagaremos todos las consecuencias.