Ángel, de 86 años, y Leandra, de 85, han recibido la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19, de Pfizer, en Alcorcón (Madrid.). “Si tenemos la suerte de que esta vacuna hace lo mismo que la de la gripe, que nos la ponen todos los años y nos va muy bien, estaré encantado de la vida”, dice Ángel. “No nos la van a poner para que nos pongamos peor de como estamos”, dice Leandra.
En Newtral.es hemos estado con ellos unas horas antes de que recibieran esa primera dosis para preguntarles por el año tan difícil que han pasado, el 2020; por el año que empieza y puede suponer el principio del final de la pandemia, el 2021; y más.
El plan de vacunación avanza en España. Tras administrar las primeras dosis que llegaron a nuestro país a los residentes de los centros de mayores y al personal sanitario de primera línea, entre otros, llegó el turno de la población mayor de 80 años. Y a partir de ahí, ir bajando la edad: el tramo de 70 a 79, de 60 a 69… hasta llegar a 44 y 55. Los siguientes tramos corresponderán a la siguiente etapa de vacunación.
[Evolución de la vacunación en España]
A este grupo mayor de 80 años se le administra la vacuna de tipo ARNm, que puede pertenecer a Pfizer o a Moderna. “Son vacunas de calidad, seguras y eficaces”, asegura Fernando Moraga, vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología.
Sin embargo, lo importante es que la primera dosis vaya “ineludiblemente” seguida de una segunda dosis, que en el caso de Pfizer debería ser “a los 21 días” y en el caso de Moderna “a los 28 días”, según su ficha técnica, explica Moraga.
[Pfizer, Moderna y Oxford: el ‘sprint final’ de la vacuna del coronavirus]
Ángel y Leandra, que llevan más de 50 años casados, pasaron la COVID-19 de forma leve en diciembre. Así lo cuenta Ángel: “Llegué a casa un día y mi hija me puso el oxímetro. Me dijo que tenía el virus y que había que ir al hospital”. Leandra recuerda que llamaron a su cardiólogo, que confirmó que había que llamar a una ambulancia.
Afortunadamente, Ángel no tuvo mayores complicaciones. Es más, a los pocos días de estar ingresado, le iban a dar el alta, pero él prefirió quedarse con Leandra, que acaba también de ser ingresada por COVID-19 igualmente con un cuadro leve. Ellos explican que son conscientes de la suerte que tuvieron. “Desde luego, nosotros el virus no lo hemos sentido…”, resume Ángel.
“Lo que más sentimos es no poder abrazar a nuestros nietos”
Leandra recuerda que, para ella, 2020 ha sido una montaña rusa de emociones. “Días malos, pero también buenos. Aunque había veces no veías a nadie. Estábamos aquí los dos solos”, dice.
Ángel dice que ambos dos son “muy familiares”, y que lo más difícil, lo que más “han sentido”, ha sido “no poder tocar, ni darles un abrazo” a los nietos ni a los hijos. “Yo a mis nietos les agarro así”, comenta también Leandra, haciendo el gesto de un fuerte abrazo.
“Yo tengo un hijo que ahora mismo está en el campo, en una casa que se ha hecho. Y llevo un mes sin verle. Me llama todas las noches, eso sí. Pero no le veo…”, se lamenta Leandra.
Las llamadas durante el confinamiento de 2020
“¡Yaya! ¿Qué haces?”, recuerda Leandra. Eran las típicas preguntas que le hacían a los abuelos sus nietos, sobre todo los pequeños, dice ella. “Te llamaba uno, después te llamaba el otro…”.
Durante esos meses, Ángel dice que lo que más le impactó fue ver los féretros por televisión. “Esto es peor que la guerra, que yo la viví siendo pequeño”, insiste.
Además, la pareja está preocupada por el futuro del país, y de sus nietos. “A nosotros nos queda poco, estamos en el borde, pero vosotros tenéis que luchar y tirar para arriba”, dice Ángel.
“Le he dicho al chiquito: ¿ya me has pinchado?”
Tardaron poco más de media hora en vacunarse. “No he sentido nada”, dijo Leandra nada más salir del centro de salud. “Se lo he dicho al chiquito. Le he dicho: ¿ya? ¿ya me has pinchado? Y me ha respondido: sí, señora. Ale, a casa”, recuerda.
Como explica María Justicia, responsable de Atención Primaria de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS), en líneas generales la vacunación a este grupo de edad está yendo “bastante bien”, porque la población está respondiendo de forma muy positiva. “Hay que tener en cuenta que tienen que ir acompañados muchos de ellos y después esperar unos 15 minutos después de vacunarse, por si hay algún efecto secundario urgente e importante”, asegura.
Ángel ha visto con esperanza el momento de la vacunación y dice que gracias a ella “todo esto” terminará. “Por eso, precisamente, hay que vacunarse. Que todo terminara sería una ilusión grandísima”, termina.
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