Tradicionalmente se ha sostenido que hay dos maneras de estar a salvo de padecer el sarampión: vacunarse o haberlo pasado. Sin embargo, la segunda posibilidad tiene unas consecuencias negativas para el sistema inmunitario: borra parte de su memoria protectora.
Un análisis de sangre de 77 niños no vacunados antes y después de un brote de sarampión en los Países Bajos reveló que el virus elimina la memoria del cuerpo de patógenos anteriores. El sarampión eliminó entre el 11 y el 73 por ciento de los anticuerpos protectores de los pequeños, según acaba de publicar en Science Inmmunilogy un equipo del Instituto Médico Howard Hughes (EE.UU.).
«Hemos encontrado pruebas realmente sólidas de que el virus del sarampión en realidad está destruyendo el sistema inmunitario», explica el doctor Stephen Elledge, coautor del trabajo.
El virus que causa el sarampión es uno de los más contagiosos que la ciencia haya visto. Antes del desarrollo de una vacuna en 1963, el sarampión causaba entre tres y cuatro millones de casos en los Estados Unidos cada año. En España, justo antes de que se implantase la vacuna triple vírica, se registraron más de 145.000, en 1980.

Tras quedar erradicado oficialmente en 2016, el sarampión ha resurgido, a menudo a través de comunidades en ‘exclusión social’ y, en menor medida, por movimientos antivacunas.
Este estudio demuestra que “en algunos individuos el sarampión no sólo borraría nuestra memoria inmunológica, sino que limitaría nuestra capacidad de construir una nueva inmunidad”, indica Velislava Petrova, del Sange Institute, en conversación con Sinc.
Expuestos a otras infecciones durante tres años
Estudios anteriores habían insinuado que los efectos de la enfermedad se extienden mucho más allá de la infección. El sarampión podría suprimir el sistema inmunitario de las personas infectadas durante dos o tres años, haciéndolas susceptibles a otras enfermedades, tal y como se publicó en un informe de 2015 firmado coautor del actual estudio Michael Mina (Universidad de Harvard).
Los investigadores habían planteado la hipótesis de que el sarampión podría causar una especie de «amnesia inmune», donde el cuerpo olvida los patógenos que ya había visto.
La vacunación contra el sarampión no sólo protege contra este virus, sino también, indirectamente, contra otras enfermedades.
El grupo de Elledge confirmó la hipótesis hasta cierto punto ‘por casualidad’. Estaban ajustando una tecnología llamada VirScan, una herramienta que identifica todos los virus que ha conocido una personas con sólo una gota de sangre.
VirScan puede detectar anticuerpos contra el VIH, la gripe, el herpes y cientos de otros virus. «Pero nos costó mucho detectar el sarampión», dice.
Para las personas vacunadas hace décadas, la cantidad de anticuerpos contra el sarampión en la sangre puede ser tan baja que VirScan tiene muchos problemas para detectarla. Así que Elledge se asoció con Mina y Rik de Swart (@RLdeSwart), del Centro Médico de la Universidad Erasmo de Róterdam (Países Bajos), para analizar muestras de niños recientemente infectados.
La reducción de las tasas de vacunación no sólo provoca repuntes de sarampión. También podría provocar un incremento de otras infecciones como gripe, tuberculosis o difteria, incluso en personas que antes estaban protegidas.
Nuestra historia vírica, en una gota de sangre
En 2013, el equipo de De Swart, en Rotterdam, había recogido sangre de niños no vacunados en una comunidad protestante ortodoxa en los Países Bajos, con el consentimiento de los padres de los niños. Se da la circunstancia de que en la comunidad de ortodoxos holandesa es habitual la aparición de epidemias de sarampión, según estudios previos.
Más tarde, se produjo una epidemia de sarampión, y los investigadores regresaron para recolectar otro conjunto de muestras de sangre. El tiempo promedio entre las recogidas de muestras fue de diez semanas.
Si naciste en los 70, quizás debas vacunarte contra el sarampión
la OMS ha apuntado a los mitos
antivacunas como factor del repunte del sarampión. España mira a quienes tienen entre 40 y 50 años que podrían no estar protegidos sin saberlo.
Años después, Elledge analizó las muestras usando VirScan. Su equipo no tuvo problemas para detectar los anticuerpos contra el sarampión, una señal de que la tecnología funcionó según lo previsto. Pero sí notaron algo peculiar: los otros anticuerpos de los niños parecían estar desapareciendo.
Los investigadores repitieron el experimento en cuatro macacos, esta vez recogiendo muestras de sangre antes y hasta cinco meses después de la infección. Los resultados fueron aún más claros. Los monos perdieron, en promedio, del 40 al 60 por ciento de los anticuerpos que los protegen de otros patógenos.
Elledge cree que las cifras no hubieran sido muy diferentes similares en los niños si el equipo los hubiera probado nuevamente más tarde. Lleva tiempo que los anticuerpos se desvanezcan de la sangre.