Las palomas del Reino Unido no se están “convirtiendo en zombis”, son síntomas neurológicos de un conocido virus aviar

palomas zombis
Paloma girando la cabeza. / Fuente: Shutterstock
Tiempo de lectura: 7 min

Nos habéis preguntado en nuestro servicio de verificación por WhatsApp (+34 627 28 08 15) por las noticias que alertan de la expansión en el Reino Unido de un virus que transforma, supuestamente, a las palomas en zombis. “Alerta por el virus altamente infeccioso que convierte a las palomas en zombis con el cuello retorcido”, es uno de los titulares más compartidos. No obstante, expertos consultados por Newtral.es aclaran que se trata en realidad de la ya conocida enfermedad de Newcastle, cuyos síntomas nerviosos han provocado que varios medios de comunicación califiquen como zombis a las palomas infectadas. Además, el Gobierno de Reino Unido publicó en 2014 una guía que enseña cómo detectar y reportar la enfermedad.

Publicidad

Algunas noticias de medios de comunicación en español, así como vídeos y mensajes que circulan en redes sociales, citan artículos de New York Post y The Sun que hablan de la propagación del virus entre las palomas de Jersey (Reino Unido) y utilizan el término “zombis” para referirse a las aves enfermas por realizar movimientos inusuales. En los vídeos que publican estos medios, se observan varias palomas realizando movimientos erráticos, retorciendo el cuello y perdiendo el equilibrio. Estas publicaciones han cosechado miles de interacciones en los últimos días en redes sociales como Facebook y Twitter.

Un paramixovirus provoca síntomas neurológicos graves a las palomas, pero no las convierte en zombis

En declaraciones a Newtral.es, Víctor Jiménez, catedrático en Microbiología por la Universidad Complutense de Madrid, indica que la enfermedad que sufren estas palomas, la enfermedad de Newcastle, está provocada por un virus de la familia de los paramixovirus (Paramyxoviridae). Los paramixovirus son más comunes en el mundo animal, aunque provocan también enfermedades humanas como el sarampión, tal y como explica Jiménez, pero no convierten a las palomas en zombis. 

María Isabel Simarro, catedrática en Sanidad Animal y Enfermedades Infecciosas por la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Virología, aclara a Newtral.es que, en concreto, el agente productor de la enfermedad de Newcastle “es un virus denominado Paramixovirus aviar tipo 1 (APMV-1)”. Este nombre hace referencia al virus que provoca esta enfermedad en las aves en general, no obstante, existen variantes como, en este caso, el PPMV-1 (paramixovirus de las palomas tipo 1), que provoca la misma enfermedad.

Llilianne Ganges, investigadora del Centre de Recerca en Sanitat Animal (Barcelona), asegura a Newtral.es que la enfermedad de Newcastle fue reportada por primera vez en 1926 en la localidad inglesa homónima. “Esta enfermedad es altamente contagiosa en aves tanto domésticas como silvestres. Los síntomas pueden afectar a los sistemas respiratorio, nervioso y digestivo, a la producción de huevos, a los ojos y al cuello, entre otros”, afirma la investigadora.

Publicidad

Los tres expertos coinciden en que este tipo de paramixovirus ataca al sistema nervioso central de las aves y provoca síntomas neurológicos graves, como se puede observar en los vídeos de las palomas referidas como zombis con el cuello retorcido y vagando sin un rumbo fijo. “Cuando la infección es considerable, se producen movimientos erráticos, la pérdida de enervación de los músculos y extremidades como las alas”, explica Jiménez. 

“El término ‘zombis’ que se le adjudica a las palomas se debe a la generación de síntomas nerviosos que desarrollan estas aves, pero se debe evitar porque, además de crear confusión, puede crear falsas alertas y temores en la población”, aclara Ganges. Por su parte, Jiménez ejemplifica un caso en el que puede utilizarse de manera correcta este término: “Hay fenómenos de la naturaleza que sí se podrían llamar zombis, como el hongo Ophiocordyceps unilateralis, que ataca a las hormigas y se hace con su voluntad”.

La gravedad de la enfermedad depende del hospedador y de la cepa del virus

“Se ha comprobado que APMV-1 es capaz de infectar a más de 200 especies de aves. Se considera que existe un solo serotipo del virus, pero distintos ‘patotipos’ que condicionan la gravedad y el cuadro clínico de la enfermedad”, declara Simarro. Según explica la doctora, la morbilidad y mortalidad, datos clave en el seguimiento de enfermedades, dependen de la especie y la cepa del virus que induzca la infección, siendo las gallináceas las aves más susceptibles a la enfermedad, seguidas de otras como faisanes, pavos, palomas, patos y ocas, respectivamente.

Las aves enfermas pueden transmitir el virus a las personas, aunque no supone un riesgo para los humanos. “La transmisión puede producirse por contacto directo con las heces y las descargas respiratorias o de forma indirecta”, afirma Simarro haciendo referencia al pienso, agua y equipos de trabajo en granjas.

Las supuestas «palomas zombis»: el virus no supone un peligro para los humanos, según los expertos

Los expertos consideran que este virus tiene unas “consecuencias mínimas para la salud humana” y que no supone un problema real. En palabras de Ganges, desde que se conoce el patógeno, “solo se ha reportado la generación de conjuntivitis autolimitada en trabajadores de laboratorio y avícolas”. 

Publicidad

Simarro lo define como una “zoonosis muy leve”, es decir, una enfermedad animal que puede contagiar a humanos, aunque “suele ser leve y limitada”. Jiménez respalda esta afirmación e indica que, en caso de que un humano se contagie, “el virus suele provocar rinitis y conjuntivitis, infecciones accidentales ocupacionales, pero no causa ninguna patología grave. Lo normal es que la persona sea asintomática”.

Asimismo, Ganges expone la existencia de una vacuna, que se aplica principalmente en animales domésticos, y aclara que existen herramientas de diagnóstico rápido y medidas epidemiológicas establecidas por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) para controlar esta enfermedad; lo que evidencia que la enfermedad ya era conocida y no se trata de un caso novedoso de «palomas zombis».

El Gobierno de Reino Unido publicó en 2014 una guía de detección del paramixovirus de las palomas

El Ejecutivo británico publicó el 26 de agosto de 2014 una guía de detección y procedimiento ante la sospecha de que una paloma esté infectada por este patógeno. El Gobierno de Reino Unido lo calificó entonces como una “enfermedad animal de notificación obligatoria” y realizó una serie de recomendaciones de prevención y control. Entre ellas, se insta a aquellos ciudadanos que tengan palomas como animales de cría a vacunarlas contra la enfermedad –que en ningún momento se indica que las convierta en zombis– y a mantener una estricta bioseguridad en el hábitat de estas. La legislación británica sobre los paramixovirus está recogida en la Orden sobre Enfermedades de las Aves de Corral de 2003.

En el caso de España, también está declarada como “enfermedad de notificación obligatoria” y se contempla en el listado de enfermedades del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. La estrategia para manejar el riesgo de esta enfermedad aviar se establece tanto a nivel europeo como a nivel nacional, ya que coexisten reglamentos de la Unión Europea y normas españolas al respecto. En junio de 2021, el ministerio publicó el Programa de Vigilancia de la Enfermedad de Newcastle en España y, un año más tarde, el Manual Práctico de Operaciones contra esta patología aviar.

Simarro incide en las medidas de control que se aplican en los distintos países una vez declarado un foco de enfermedad en aves domésticas: zonificación, trazabilidad, vigilancia en la zona, sacrificio sanitario, destrucción de productos de origen animal y desinfección, entre otras. Estas medidas varían en función de la situación epidemiológica de cada país.

Publicidad
Fuentes