El océano se ha vuelto demasiado ruidoso por nuestra culpa

océano ruido
Moto acuática | Shutterstock
Tiempo de lectura: 5 min

Si sólo fuera el ‘ruido‘ de las olas… Los océanos y mares son verdaderas autopistas de buques. Parques de atracciones junto a la costa cada verano. Una jarana de redes y dinamita zambulléndose en alta mar. El martilleo de la actividad industrial y extractiva. Son pinceladas que, sumadas, hacen llenan de ruido el océano y el mar.

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La contaminación acústica de origen humano altera la fisiología, la reproducción e incluso la supervivencia de los animales, según un estudio liderado por el español Carlos Duarte (Universidad Rey Abdalá, Arabia Saudí), publicado este jueves Science y con participación de equipos del CSIC.

Origen de los sonidos antes y después de que los humanos dominaran la Tierra | A partir de X. Pita

La investigación plantea que ese ruido se considere, a escala mundial, como un factor de estrés. También, que se usen nuevas tecnologías de monitorización y políticas de gestión para mitigar sus efectos en los ecosistemas.

Los animales marinos son sensibles al sonido, que usan como una señal que guía todos los aspectos de su comportamiento y ecología. La ciencia ha concluido, tras revisar la literatura publicada, que el ruido de actividades humanas afecta tanto a invertebrados como a las ballenas.

Oéano y ruido: La lluvia se oye en el fondo del mar…

…Y lo que no es lluvia. Duarte, con quien Newtral.es charló hace algo más de un año sobre emergencia climática y ecosistemas marinos, asegura que una de las cosas que más le llaman la atención de los océanos es cómo suena la lluvia en ellos.

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El científico relata que, hace años, mientras escuchaba una grabación de hidrófonos en la costa oeste de Estados Unidos, le sorprendió escuchar claramente el sonido de la lluvia. Lo interesante es que los micrófonos estaban en las profundidades del océano. Es decir, los animales del fondo del mar oyen perfectamente lo que ocurre en superficie.

“Debido a que el sonido viaja lejos y rápidamente bajo el agua, el paisaje sonoro cobra especial relevancia”, según Víctor Eguíluz, del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (IFISC-CSIC-UIB) y de la Universidad de las Islas Baleares.

Carlos Duarte precisa: “La fuente de contaminación acústica más generalizada es el ruido de buques, porque ocurre en todos lados y en todo momento. Las más peligrosas son las formas que generan ruidos más intensos, como las explosiones submarinas de bombas –una cada día aún de la II Guerra Mundial en la zona marina de Bélgica y Holanda–, o dinamita para pescar, –como ocurre en el SE Asiático–. También los sonares militares de alta intensidad e impactos de aire comprimido en prospecciones sísmicas”, dice a Eva Rodríguez en Sinc.

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El tráfico marítimo, la exploración de recursos y el desarrollo de infraestructuras han incrementado la antropofonía (los ruidos generados por la actividad humana), mientras que la biofonía (los sonidos de origen biológico) se han reducido debido a la caza, la pesca y la degradación de los ecosistemas, dicen los investigadores.

La crisis climática y otras presiones humanas han provocado el deterioro de hábitats como los arrecifes de coral, las praderas marinas y los lechos de algas marinas, y han silenciado sonidos característicos que sirven de guía a las larvas de peces y a otros animales para encontrar sus hábitats.

Más de 10.000 estudios sobre el ruido en el océano

El estudio, liderado por la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá, ha revisado más de 12.000 artículos científicos en los que se evidencia el impacto del ruido generado por el ser humano en la vida marina en todo el mundo.

Este esfuerzo, sin precedentes, «ha demostrado la abrumadora evidencia de la prevalencia de los impactos del ruido provocado por el hombre en los animales marinos. Hasta el punto de que no se puede ignorar la urgencia de tomar medidas», según Michelle Havlik, oceanógrafa del Centro de Investigación Mar Rojo de Arabia.

El nuevo trabajo señala que el problema de la contaminación acústica “se puede revertir de manera rápida” y apunta como evidencia lo ocurrido en los océanos durante el confinamiento por la pandemia de covid-19, cuando los ruidos predominantes volvieron a ser los generados por los animales marinos.

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Durante el confinamiento por la pandemia, el sonido predominante en el mar fue el de los animales.

Durante las semanas de confinamiento por la pandemia, los ruidos predominantes volvieron a ser los generados por los animales marinos. Es decir, es un problema claramente reversible y de manera rápida, a diferencia del cese de emisiones de CO2, cuyo impacto beneficioso tarda mas en notarse.

Duarte y su equipo proponen establecer regulaciones para la emisión de ruido por buques, como existen para coches y otros vehículos. “Así como desarrollar nuevos vehículos que pueden llevar a cabo exploraciones sísmicas moviéndose sobre el lecho marino, en vez de enviar cañonazos de aire comprimido desde la superficie al fondo marino”, lo que impacta en los animales que nadan en la columna de agua.

También proponen “establecer cortinas de burbujas que disipan el ruido en obras y construcciones submarinas, igual que hacemos en tierra”, concluyen los investigadores.

2 Comentarios

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  • Pues Jorge, como en el libro infantil "The Snail and the Whale", deJulia Donalson: la ballena queda varada porque nuestro ruido (y sale un dibujo de hidropedales, motos acuáticas,...(de Axel Scheffler)) le distrae y le hace perderse.

  • Eso explica porque se ven luego ballenas en las playas como suicidio