El Instituto Karolinska de Estocolmo ha decidido que el Premio Nobel de Medicina o Fisiología recaiga este 2022 en Svante Pääbo por “sus descubrimientos sobre el genoma de homínidos extintos y la evolución humana”. El biólogo sueco se hizo popular tras demostrar que los sapiens modernos se cruzaron y mezclaron con los neandertales. En nuestro ADN vio que también tenemos genes de esa especie extinta. Algunos de ellos, por ejemplo, son importantes para desarrollar una covid más grave o nos protegen del VIH.
Svante Pääbo recibe el Nobel gracias a técnicas de recuperación y secuenciación del genoma de especies desaparecidas. En 2010 publicó en la revista Science el borrador de genoma neandertal. Se aportaban pruebas de que tenemos genes procedentes de aquellos, que llegaron a cruzarse con nuestros antepasados Homo sapiens sapiens o humanos anatómicamente modernos. En 2018, fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica.
Queda fuera, por tanto, la gran favorita para este premio Nobel de Medicina de 2022: Katalin Karikó, que junto a su colega Drew Weissman fue la pionera de las vacunas de ARN mensajero que han dado la vuelta a la pandemia de coronavirus.
Pääbo, el Nobel que creó la paleogenómica
Durante mucho tiempo, los estudios de la evolución humana se basaron en el análisis de restos óseos antiguos, sus características morfológicas y el examen de herramientas y otros artefactos arqueológicos. Los primeros neandertales se identificaron en 1856 en el valle del mismo nombre de Alemania.
El Comité explica que Pääbo dio lugar a una disciplina científica completamente nueva: la paleogenómica. Al revelar las diferencias genéticas que distinguen a todos los humanos vivos de los homínidos extintos, sus descubrimientos proporcionan la base para explorar lo que nos hace únicamente humanos.
“También hizo el sensacional descubrimiento de un homínido previamente desconocido, los denisovianos. Es importante destacar que Pääbo también descubrió que se había producido una transferencia de genes de estos homínidos ahora extintos al Homo sapiens, tras la migración fuera de África hace unos 70.000 años.

Una técnica para saber de dónde venimos
La investigación proporcionó evidencia de que el humano anatómicamente moderno, el Homo sapiens, apareció por primera vez en África hace aproximadamente 300.000 años, mientras que nuestros parientes más cercanos, los neandertales, se desarrollaron fuera de África y poblaron Europa y Asia occidental desde hace unos 400.000 años hasta hace 30.000 años, momento en el que se extinguieron.
La directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) María Martinón-Torres celebra que hayan dado el Nobel a Pääbo, “alguien cuya investigación se ha centrado en la reconstrucción del pasado y echa abajo la tan denostada diferenciación entre ciencias básicas y aplicadas”.
Para la científica, “su investigación ha supuesto un cambio de paradigma”. Explica a Newtral.es que ha promovido “una reflexión importante sobre las relaciones entre los seres humanos en la actualidad. Pone en valor la paleontología, un campo en el que nuestro país es pionero”, por lo que confía en que este premio sirva de impulso a este terreno en España.
Justamente, uno de esos trabajos destacados en España se localiza en El Sidrón. En el SMC de España, el también experto en técnicas de recuperación de viejos ADN Carles Lalueza-Fox (MNCN-CSIC) se alegra de este anuncio. “Desde el año 2005 colaboramos estrechamente con el análisis de restos neandertales del yacimiento asturiano de El Sidrón”.
De allí salió la primera recuperación de ADN neandertal del sedimento de una cueva o la primera recuperación del cromosoma paterno neandertal, “que ha llevado también a consolidar esta línea de investigación en nuestro país”, afirma el biólogo, que celebra el Nobel para Pääbo.
Neandertales, ni una especie más tonta ni tan similares a nosotros
Desde otro ‘epicentro’ de la compresión evolutiva, Atapuerta, su codirector José María Bermúdez de Castro se muestra alegre con este Nobel para Pääbo: “reconoce la labor de un ámbito científico imprescindible para conocer nuestro pasado y, sobre todo, para reflexionar sobre nuestro futuro”.
Su compañero de excavaciones, el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga explicaba en el ‘stream’ Newtrinos de Newtral que “los neandertales y nosotros hemos evolucionado en aislamiento mutuo nada menos que medio millón de años”. A veces se los ha presentado “como más tontos” y, por tanto, abocados a la extinción. “Pero ese no es el debate”, ni debemos, a su juicio, hacer virar el péndulo y considerarlos como los sapiens actuales.
En los últimos años se ha enfatizado nuestra proximidad a los neandertales, que genéticamente mostró el ahora Nobel Pääbo, pero en muestras culturales. Por ejemplo, en rituales funerarios como el de poner flores a los muertos.
“Lo fascinante no es que sean iguales a nosotros, no tendría interés”, dice Arsuaga. Eran diferentes, pero no eran más tontos, “tenían una inteligencia diferente”. Eso, a su modo de ver también ha sido retratado literariamente como una especie con una sensibilidad especial (telepatía, por ejemplo, en El Clan del oso cavernario). “Eso es inverosímil, pero los neandertales desarrollaron un tipo de humanidad que no era exactamente igual a la nuestra. Me fascinaría lo mismo que los extraterrestres”.
Otro año sin mujeres en los Nobel de Medicina
Katalin Karikó era la gran favorita para este premio Nobel de Medicina y Fisiología. No obstante, aún cuenta con la oportunidad de recibirlo el próximo 5 de octubre, en la categoría de Química.
Entre 1901 y 2021 la Fundación ha repartido 609 premios a 968 organizaciones o personas. Algunas de estas han repetido, lo que hace que, en total, se hayan otorgado 975 galardones, aunque de una forma desigual. Ni todos los años se han concedido todos los premios, ni todos los premios han sido concedidos al mismo número de personas.
Según los datos aportados por la Fundación Nobel, únicamente el 6% de los premios han sido concedidos a mujeres, 59, mientras que el 91% se han concedido a hombres, 888. En Medicina, de las 224 personas premiadas a lo largo de la historia de estos premios sólo 12 ha recaído en mujeres, como explicamos en este especial sobre mujeres en los Nobel.