Feliz Newtondad: La controvertida historia de la Navidad en que (no) nació Newton

Nacimiento de Isaac Newton en Navidad | M. Viciosa
Nacimiento de Isaac Newton en Navidad | M. Viciosa
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¿Eres fan de ‘Big Bang Theory’? Entonces puede que estos días estés celebrando la Newtondad. El día de Navidad de 1642 nació Nuestro Sir Isaac Newton en Woolsthorpe (Inglaterra). Sin embargo, al otro lado del Canal de la Mancha, el más importante matemático de todos los tiempos aún no había nacido. El bebé vino al mundo el 4 de enero de 1643. En Londres, Isaac fue registrado tres días antes.

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¿Es este el misterio de la Navidad? ¿Acaso la natividad de Newton había roto el espacio-tiempo? No Isaac Newton. Fue oficialmente registrado en Kensington, Londres, el 1 de enero de 1643. Sin embargo, en la Europa Continental, Newton había nacido tres días después y diez después de Navidad.

“El nacimiento de Newton fue una paradoja porque en Inglaterra aún usaban el calendario juliano”, explica a Newtral.es el físico Juan Meléndez, autor de De Tales a Newton. Algo parecido a lo que ocurrió con la fecha de su muerte, explica este profesor en conversación con Newtral.es.

Hoy, prácticamente todo el mundo está de acuerdo con usar un tipo de calendario gregoriano, cuyo origen se remonta a 1582. Fue cuando el Papa Gregorio lo introdujo en los países católicos. La mayoría de los estados protestantes se negaron, al principio, a introducirlo, recuerda Meléndez. Esto hizo que Europa funcionara en dos escalas de tiempo diferentes. Por descontado, los británicos conservaron el calendario juliano, basado en el que Julio César estableció en el imperio romano en el año -46.

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Rercuerda Meléndez que Julio César había establecido que el año duraba 365 días e introdujo los bisiestos, puesto que ya entonces los astrónomos sabían que nuestra órbita alrededor del Sol era un poco más larga. “El problema de aquel calendario es que, con el paso de los siglos, se acumulaban los desfases”.

Por ejemplo, hacia 1500, se estaba celebrando el comienzo de la primavera en febrero (cuando, astronómicamente, el equinoccio es el 21 marzo). “Y eso tenía dimensión religiosa. No se estaba celebrando bien la Pascua”. Pero eso, a los ingleses, les importaba poco en el siglo XVI. Entre los países que seguían el dictado Vaticano, “se eliminaron de un plumazo 11 días de octubre. En España, con la paradoja de que Santa Teresa falleció el 4 de octubre de 1582 y fue enterrada el 15 de octubre”. Por descontado, el cadáver no se quedó vagando por Ávila. Simplemente, los días del 5 al 14 no existieron nunca en el nuevo calendario gregoriano.

¿Nació realmente Newton en Navidad?

Sir Isaac Newton nació el 4 de enero de 1643 en los países que usaban –como ahora– el calendario gregoriano. Pero para los ingleses, que vieron nacer al matemático, Newton nació el 25 de diciembre de 1642, conforme al calendario juliano.

Así que, como si de un aperitivo de la física metafórica del siglo XX se tratase, Isaac estuvo vivo y muerto a la vez durante 10 días.

Aunque creía en los ‘hechos probados’, Newton practicó en el ocultismo y la alquimia. “Fue el último mago”.

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Newton nació prematuro. Nadie daba un penique por su vida, pero salió adelante. No conoció a su padre, campesino. Vivió con su abuela hasta ser enviado al Kings College, donde se hablaba latín. Aquello fue determinante, porque le permitió acceder al conocimiento científico del continente.

Con permiso de Copérnico y Galileo, se considera a Newton padre de la ciencia moderna. Su obra cumbre, los Principia y su invención del cálculo tal y como lo conocemos ahora, dan fe de ello. Pero no es menos cierto que “Newton fue más que el primer científico, el último mago”, apunta Meléndez, también profesor de la UC3M.

Era tan cristiano como hereje. Practicaba el ocultismo. Creía en una suerte de alquimia. La gran diferencia con los hechiceros y astrólogos era que “él creía en los hechos probados” no en las “hipótesis“ que en aquel tiempo tenía en sentido de lo que hoy llamamos “conjeturas”. Gracias a eso consiguió tumbar de golpe a Aristóteles con sus Principia.

Un mesías para la ciencia… poco piadoso

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  • El poeta Alexander Pope describió a Newton como un enviado de Dios a la Tierra. A él se le atribuye la inspiración para el estribillo de ‘érase una vez un planeta triste y oscuro…’. Porque, según él, Newton nos descubrió un mundo de luz y color (fue el inventor del prisma para hacer arcoíris). Pope decía que Dios quiso iluminarnos mandándonos a Newton. “Sea Newton y todo se hizo luz”.
  • Pero Newton llegó al mundo para acabar con los falsos dioses. El primero de todos, Aristóteles. Desmontó su ‘ciencia’ –muy sofisticada, eso sí, en la época clásica– basada en un mundo perfecto. Esa idea se adoptó por los cristianos, pero para cuando nació Newton, había evidencias que eran incompatibles con esa armonía cósmica aristotélica.
  • La palabra de Newton no tuvo al principio demasiado predicamento. Pero tuvo un buen evangelista, quizás su único amigo: Edmund Halley. Fue él quien le animó a escribir sus teorías…
  • …teorías hechas ‘libro sagrado’. La particular biblia de la ciencia moderna es su Philosophiæ naturalis principia mathematica. Esta piedra angular, aún vigente en la mayoría de aspectos, explica no sólo el movimiento de los cuerpos celestes sin necesidad de perfecciones divinas. También contempla que pueda haber cometas.
  • Sí. La estrella de la Navidad se representa como un cometa. Pero no pudo serlo, entre otras cosas, porque a nadie se le ocurriría hace 2000 años decir que un cometa trae buenas nuevas. Eran signo de “caos“ y mal augurio, explica Meléndez. “Rompían con la regularidad y el sosiego que dan los cielos, predecibles”.
  • Newton, de algún modo, fundó un nuevo ‘credo’ basado en la evidencia, no en la especulación (pese a que en el siglo XX, Keynes descubrió que Sir Isaac practicaba el ocultismo y la alquimia). Él tuvo su ‘parroquia’, pero no fue un tipo precisamente carismático como el Jesús de Nazareth de la tradición. “No es alguien con quien quisieras tomarte algo”, bromea Meléndez. El autor recuerda que llegó a ser jefe de la Casa de la Moneda. Y por muy racional e ilustrado que fuese, se encargaba personalmente de salir por la noche a buscar a falsificadores por Londres y llevarlos hasta la horca.

Cuando abandonamos los calendarios lunares

Los humanos hemos medido el tiempo de diferentes maneras, pero casi siempre regidos por los ciclos de los astros. La noche, el día; el Sol, la Luna; las estaciones y las estrellas. El primer calendario más cercano a los actuales es el romano, de tipo lunar.

El gran problema era que no se terminaba de corresponder con la traslación de la Tierra alrededor del Sol. El año astronómico no terminaba de cuadrar con el lunar y los desfases eran evidentes. El inicio del año, claro, distaba mucho de ser universal y consistente.

El emperador Julio César hizo una reforma, introduciendo los años bisiestos, con un día más cada cuatro años y así surgió el calendario juliano. Eso aminoraba el desfase, pero no arreglaba el problema. Explica el experto en estudio medievales Matthew Champion (Australian Catholic University) que “a veces era el 25 de marzo, día en que se conmemora la aparición de Gabriel a María. Otras veces era el 25 de diciembre, el día acordado como el cumpleaños de Jesús (el perfecto período de gestación de 9 meses)”.  La móvil fecha de la Semana Santa podía hacer también que “los años cambiaran de duración”.

El Papa Gregorio XIII, en nuestro 1582, se cargó los días que iban del 4 de octubre al 15 de octubre. Y empezaron de nuevo –respetando los bisiestos julianos–. Pero sólo en la Europa católica. Este galimatías de calendario aún es fuente de bulos.

Newton celebró sus cumpleaños en Navidad durante toda su existencia. El calendario gregoriano se adoptó en Inglaterra en 1752. Eso fue 25 años después de su muerte. Fecha que también es disputada, por la misma razón.