La salud mental puede empeorar en Navidad, tal y como señalaba una encuesta realizada por YouGov en 2019. Según los datos publicados, una de cada cuatro personas encuestadas en el Reino Unido (un 26%) afirmaba que su salud mental se resentía en estas fechas. “Y según la escala de Holmes y Rahe, las navidades se consideran uno de los principales acontecimientos vitales estresantes”, explica en conversación con Newtral.es Marta Redondo, psicóloga clínica especializada en conducta y salud, y profesora en la Universidad Camilo José Cela.
Y una de las claves que puede desencadenar un empeoramiento de la salud mental es, precisamente, la familia: “Hay una obligatoriedad en esta época de tener cerca a la familia que, posiblemente, no sea buena en muchos casos”, afirma Redondo. Es el caso de Darko, persona no binaria, que explica a Newtral. es que para elle estas fiestas implican “aguantar misgendering [usar el pronombre incorrecto]” y que le llamen por su deadname (término que hace referencia al nombre asignado al nacer y que muchas personas trans dejan de usar al nombrarse a sí mismas de otro modo): “Lo vivo como entrar en una burbuja temporal, con ganas de que pase rápido y poder volver a mi vida real”, añade Darko.
Alejandra, cuyo nombre ha sido modificado para preservar su intimidad, señala en conversación con Newtral.es que “parece que todavía hay gente que no es capaz de entender que no es feliz con su familia”. “Para mí es una época terrible. Me gustaría pasar del 23 de diciembre al 8 de enero directamente. Hay gente que no comprende que haya familias que no se llevan bien”, añade.
En su caso, las cenas familiares de Nochebuena y Nochevieja o las comidas de Navidad y Año Nuevo perjudican su salud mental. Por eso, decidió “no tener que cumplir con esas convenciones sociales”. Sin embargo, “todos los mensajes que te llegan son de que son fechas familiares”: “Yo no tengo esa familia feliz que anuncian, así que esos mensajes me afectan para mal”, puntualiza.
Carmen, quien también ha modificado su nombre para este reportaje, cuenta a Newtral.es que siente “mucha frustración” en esta época: “La Navidad es mala para mi salud mental porque resulta que tengo una familia desestructurada y mis padres, cada uno por su lado, son un foco de ansiedad para mí”.
La familia no siempre es un lugar seguro
Ricardo Pascual, profesor de Psicología en la Universidad Europea de Madrid y psicólogo sanitario en el Instituto Terapéutico de Madrid (ITEMA), explica en conversación con Newtral.es que se da por hecho que “la vida familiar se da en un contexto relajado, pero muchas veces no es así, sino que es un contexto que se parece más a un examen en el que te preguntan por qué comes mucho o por qué no comes, por qué has engordado o por qué has adelgazado, si tienes o no pareja…”.
Por ello, la primera advertencia de Pascual es que “si alguien te dice que no va a ver a su familia en estas fechas, no hagas un comentario al respecto”. La psicóloga Marta Redondo comparte esta visión al señalar que “el apoyo social es un buen amortiguador del sufrimiento psíquico pero ese apoyo social no tiene por qué provenir de la familia”: “A veces es con la familia con quien no se pueden expresar determinadas emociones o sentirnos escuchados”, añade.
Según la ONG británica Mind, que trabaja el ámbito de la salud mental, algunos de los factores negativos son que “algunos miembros de la familia no te acepten, por ejemplo si eres una persona LGTBIQ+, o no entienden que tengas un problema de salud mental o si tienes que enfrentar racismo”. También “lidiar con las expectativas familiares” puede incrementar el malestar psicológico.
Martín ha comenzado una terapia cognitivo conductual este año, y en conversación con Newtral.es explica que no sabe cómo comentárselo a su familia: “Siempre he tenido mucha ansiedad y no sabía por qué, y la pandemia acabó por cargarse la poca estabilidad que tenía. Mis padres siempre han considerado que si vas al psicólogo es que estás roto o que tú eres el problema, así que para protegerme creo que debería seguir ocultándolo. Pero, por otro lado, pienso que me gustaría poder hacerles ver que estoy mal en vez de fingir. Sí, voy a terapia y me medico, ¿qué problema hay?”.
Marta Redondo señala que “quienes deciden no pasar estos días con la familia no tienen por qué estar peor”: “A veces, tener que estar poniendo buena cara o fingiendo es muy duro. Si ir a esas cenas familiares es una fuente de castigo y de estímulos negativos y te quitas eso, de alguna manera podría ser reforzante”, añade.
El psicólogo Ricardo Pascual apunta que “no le debemos ninguna explicación a nadie de nada”: Si para ti la cena es un trámite y no ir también te puede generar malestar, conviértelo en un trámite, que sea lo menos doloroso posible”. En este sentido, este profesor y terapeuta considera que “la batalla no está en poder decir siempre que estás mal, sino poder decirlo en contextos favorables”: “La familia no siempre es un lugar seguro”.
Por ello, Pascual recuerda que una herramienta útil puede ser “dar información hasta donde tú quieras darla”: “A veces puedes decir que prefieres no hablar de determinado tema, que eso en sí mismo ya es un triunfo porque no siempre es fácil decirlo. Pero hay que tener claro que tenemos derecho a no querer responder según qué preguntas”.
Navidad y salud mental: ausencias por COVID-19
Marta iba a viajar hasta Oviedo para ver a su familia después de nueve meses sin visitarla, y habiendo estado confinada, sola, en su casa de Madrid las navidades de 2020: “Tres días antes de coger el tren, di positivo en covid otra vez, así que esta Navidad tampoco podré verles”, explica a Newtral.es. Y Diego, quien perdió por covid a la única abuela que le quedaba hace escasos meses, tampoco podrá visitar a su familia por estas fechas debido al positivo que le detectaron hace dos días: “No pude despedirme de ella, y estas navidades la idea era juntarnos y poder pasar el duelo juntos. Es un palo enorme”, cuenta a Newtral.es.
“Estamos en un punto de gran agotamiento”, señala la psicóloga Redondo. “De repente, estamos viviendo estresores propios de la pandemia, con una población con la salud mental muy tocada, que nos pilla sin fuerzas ni energía”, añade.

Tras casi dos años de una pandemia que se ha llevado la vida de miles de personas, Ricardo Pascual se muestra partidario de preguntar a la gente por su estado emocional pero sin ser excesivamente específicos: “Mucha gente necesita sentirse acompañada. Se pueden desear felices fiestas y preguntar que cómo vas a pasar las navidades, sin dar nada por supuesto. Eso ayuda”. También anima a “estar en contacto de otras formas”: “Una cosa buena es que ha habido un aprendizaje generalizado de las videollamadas. Si para ti es importante, puedes intentar estar en la cena de otra manera”.
Por último, Redondo señala que “no hay nada malo en estar mal”, especialmente cuando la incidencia acumulada a 14 días ha alcanzado los 1.000 casos por 100.000 habitantes: “Nuestra cabeza aprendió que el covid es algo muy amenazante. Con la llegada de la vacuna, tuvimos que desaprender ese aprendizaje en un espacio cortísimo de tiempo. Y cuando lo estamos consiguiendo, aparece ómicron. No es el mismo escenario, pero nuestra cabeza vuelve a ese primer aprendizaje, y eso afecta a la salud mental”, concluye.
Fuentes consultadas
- Encuesta realizada por YouGov, en Reino Unido, sobre salud mental y Navidad (2019)
- Información sobre Navidad y salud mental de la ONG británica Mind
- Ricardo Pascual, profesor de Psicología en la Universidad Europea de Madrid y psicólogo sanitario en el Instituto Terapéutico de Madrid (ITEMA)
- Marta Redondo, psicóloga clínica especializada en conducta y salud, y profesora en la Universidad Camilo José Cela
- Testimonios de Darko, Martín, Diego, Marta, Alejandra* y Carmen* (*sus nombres han sido modificados a petición de las entrevistadas para presevar su intimidad)
Excelente. Yo con TB, me estreso, me siento Cenicienta y después sola, terrible el bajón.?