Muertos sin parientes: qué pasa cuando alguien fallece y su cadáver no es reclamado

instituto medicina legal madrid
Foto: Shutterstock
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Un cadáver sin nombre ni historia, pero con una despedida. Fue el último cuerpo del parking-tanatorio de Collserola, un espacio de 5.000 metros habilitado por la empresa de servicios funerarios para hacer frente al colapso de cadáveres provocado por la pandemia de COVID-19 en Barcelona. 

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“Fue el último fallecido que salió de la morgue de Collserola, era el último día y ya no quedaba nadie”, recuerda Alfredo Gosálvez, secretario general de la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef). 

Ningún familiar o amigo reclamó aquel cuerpo, por lo que los trabajadores de la funeraria colocaron una corona de flores en el coche fúnebre. En silencio y en fila, le dijeron adiós.

tanatorio collserola COVID-19
Foto: Fernando Sánchez Tulla | Mémora

“Fue la propia funeraria la que dijo que esta persona merecía una despedida. Llevaban cientos de horas trabajando, pero le dieron un aplauso emotivo y se despidieron”, explica a Newtral.es Gosálvez. Pero este no es el adiós habitual que reciben las personas cuyos cuerpos no son requeridos por nadie. 

Entierros sociales

Hay dos tipo de “incidencias”, explican desde la Asociación Nacional de Servicios Funerarios: las personas que fallecen y nadie reclama, y las personas cuyas familias no pueden hacerse cargo de los costes del entierro porque no tienen recursos. Cuando esto ocurre se llevan a cabo ‘entierros sociales’, sufragados en la mayoría de los casos por las instituciones locales o autonómicas.

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Los Servicios Funerarios de Madrid realizan entre 100 y 150 servicios sociales al año. Una cifra que «muy posiblemente será superior» este año, según fuentes de la empresa pública, «como consecuencia del incremento general de fallecimiento que se está produciendo».

flor servicios funerarios madrid
Foto: Servicios Funerarios de Madrid (SFM)

“En la figura de los servicios funerarios de beneficencia”, cuenta Gosálvez, “o bien los ayuntamientos cierran acuerdos con las empresas de servicios funerarios, o bien la empresa asume los costes”.

Costes, no obstante, que se traducen en “cantidades muy pequeñas”, porque en estas muertes no hay ni tanatorio, ni velatorio, ni misas o flores. “Lo normal es que sea una inhumación o una cremación”, relata Gosálvez. El servicio funerario queda reducido “al mínimo”. Las cenizas no reclamadas por la familia suelen acabar depositadas juntas, en un lugar del cementerio en ocasiones llamado “cenicero común”.

Desde Panasef estiman que son cerca de 400 los cuerpos que nadie solicita al año: “teniendo en cuenta que el año pasado fallecieron 426.000 personas en España, la cifra es inferior a uno por cada mil”, calculan. Al no identificar al fallecido o localizar a sus contactos, muchos de estos casos terminan judicializados, por lo que el proceso, desde la fecha del fallecimiento hasta la del entierro, se alarga más de lo habitual.

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Aunque ni el Ministerio de Justicia ni el Instituto Nacional de Estadística disponen de una cifra oficial que indique cuántos decesos de este tipo se dan al año, ya que estos trámites corresponden a los ayuntamientos o autonomías. Tampoco identifican un perfil determinado del fallecido o una causa de la muerte habitual. 

De las 30 cámaras frigoríficas que hay en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Valencia, diez están ocupadas por cadáveres sin identificar. Cuatro de esos cuerpos son de personas migrantes. 

La directora del instituto, Elvira Garrido-Lestache sí que identifica un perfil algo más concreto: “ancianos, personas sin hogar, extranjeros,  extranjeros migrantes, o personas con desarraigo social”. Por lo general, explica Garrido-Lestache a Newtral.es, “las personas sin identificar suelen ser personas que no viven en el lugar del fallecimiento, naturales de países extranjeros o que pertenecen a familias desarraigadas”. 

Autopsia de una muerte natural

Normalmente a los institutos de medicina legal llegan cuerpos a los que es necesario realizar una autopsia, por haber sufrido muertes violentas o sospechosas de criminalidad. Suponen la mayoría de los 2.500 cadáveres que entran anualmente al Instituto de Medicina Legal de Madrid. No obstante, hay una pequeña cifra de la que finalmente se suele certificar una muerte natural.

En 2019 fueron 58 los cadáveres que nadie reclamó en el instituto de Madrid, unos cuatro cada mes. “Son casos que se judicializan, y como no son reclamados por los familiares, hay que darles un destino final”, explica a Newtral.es Carmen Baladía, jefa del Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal de Madrid. Sin certificado no se puede enterrar a nadie, por lo que los servicios sociales del instituto son los encargados de realizar los trámites.

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Identificar al fallecido, buscar sus datos censales para descubrir a qué municipio pertenece, contactar con la Agencia Tributaria para ver si la persona tenía bienes y hasta con las compañías de seguros, para comprobar que no había contratado seguro de decesos en vida. Es la burocracia que implica morir sin ser reclamado. Mientras, el cuerpo ocupa una cámara frigorífica unos dos meses de media.

“No se puede tener en las cámaras frigoríficas in aetérnum. A nosotros el Ayuntamiento o la Comunidad de Madrid nos exigen una serie de documentos para hacerse cargo del entierro social”, dice Baladía, que explica que esta demora, que en ocasiones amenaza con colapsar las cámaras, suele depender de los trámites judiciales, o de las administraciones locales.

La jefa del Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal de Madrid cuenta que los trabajadores sociales “se aburren” de mandar faxes y comunicados por correo electrónico, avisando de que ya se ha tramitado toda la documentación y solicitando autorización para dar paso al entierro. “Es algo que da mucho trabajo y a veces se tarda hasta tres meses”, cuenta Baladía, “al no haber un familiar, parece que es complicado que tengan un servicio funerario gratuito”, sentencia. 

Desde el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Valencia explican que es más largo el proceso de enterrar a una persona no identificada, que a una que nadie reclama. Si una persona no se consigue identificar, la policía tiene que introducir sus datos en la base de desaparecidos nacional, o en la de la INTERPOL. Cruz Roja también cuenta con una base de datos específica para migrantes. 

“En estos casos al final el proceso se alarga, el juzgado da más tiempo y la estancia del cuerpo en las cámaras puede alargarse años”, cuenta Garrido-Lestache. Las cámaras de su instituto guardan el cuerpo de un fallecido sin nombre ni historia, desde hace dos años ya. 

11 Comentarios

  • Mi esposo murió en un hospita de Madrid, y yo me encuentro en Colombia Dónde debería reclamar su DNI?

  • Mi esposo murió en un hospita de Madrid, y yo me encuentro en Colombia. Dónde debería reclamar su DNI?

  • Nos acabamos de enterar q un amigo a muerto en Madrid, parece ser q el 8 de enero y hoy han llamado del instituto forense al ayuntamiento del pueblo para buscar a la familia. Mi pregunta es como An tardado tanto en saber quien es el cuerpo?

  • Como saber si a fallecido un familiar después de años sin saber sus hermanos nada de él.

  • Cada Comunidad Autónoma debería tener un servicio de entierro/cremación para las personas que no tienen quien/es se ocupen de ello. Un servicio donde se pudiera recurrir cuando hay un fallecido que necesita este servicio.

  • Cada Comunidad Autónoma debería tener un servicio de entierro/cremación para las personas que no tienen quien/es se ocupen de ello. Un servicio donde se pudiera recurrir cuando hay un fallecido que necesita este servicio. Creo que hace años se hacían cargo de los cadáveres los Hermanos Fossores, pero solamente quedan dos comunidades de estos Hermanos, una en Logroño y otra en Granada.

  • Yo tengo 61 años, y vivo solo tengo hijos pero lejos, no se si se harian cargo de mi, por lo que dejare un documento firmado, con telefonos y otros, Para que sea mas facil todo.

  • Para resolver este triste final de las personas qué fallecen debería existir en los ayuntamientos un registro con las personas que tienen un seguro de decesos, las aseguradas deberían manifestar a los servicios sociales los datos de cada asegurado al registrar un nuevo asegurado
    Un registro nacional sería la mejor solución al problema para los fallecidos que tienen un seguros de decesos.

  • Nadie debería acabar así,yo trabajo en un centro socio sanitario, me genera mucha angustia no saber que pasa con nuestros usuarios extranjeros que fallecen es España.