Hemos escuchado numerosas veces que hay que beber el zumo recién exprimido para que no se le vayan las vitaminas o que una copa de vino al día no hace daño. Son frases que hemos oído toda la vida en casa, que se han transmitido incluso de generación en generación, pero sin aval científico como ya hemos explicado en Newtral.es. Pero hay otras creencias arraigadas a nuestra cultura popular, como que el melón por la noche siempre sienta mal o que las lentejas son el alimento que más hierro aporta, que siguen circulando. ¿Son un mito o no? Hablamos con nutricionistas y especialistas para explicar si tienen fundamento científico algunos de los mitos sobre alimentación y nutrición más repetidos.
No, las lentejas no son el alimento con más hierro
En el grupo de los vegetales, son las legumbres, y en concreto las lentejas, las que más hierro contienen: unos 7 miligramos por cada 100 gramos de producto. Sin embargo, “no son el alimento más rico en este mineral”, explica a Newtral.es el presidente del comité científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (Senc), Javier Aranceta.
Cabe recordar que el tipo de hierro varía dependiendo de los alimentos y el organismo no lo absorbe de la misma manera. El que procede de alimentos de origen animal, el denominado hierro hemo, es de fácil absorción, mientras que el hierro no hemo, el de origen vegetal, se absorbe en menor cantidad.
Para que el hierro de origen vegetal se pueda absorber mejor, lo ideal es consumir productos que contengan vitamina C, recuerda Aranceta. “Si vamos a comer lentejas, podemos combinarlas con frutas ricas en vitamina C, como son las naranjas, mandarinas o kiwis, ya que ayudan a la absorción del hierro de origen vegetal”, indica el médico especialista en nutrición.
Por tanto, teniendo en cuenta esas diferencias entre alimentos de origen vegetal y animal, los que más hierro asimilable tienen son los moluscos como berberechos, almejas y mejillones, que contienen unos 25 mg de este mineral por cada 100 gramos, tal y como indica la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (Sedca).
Mitos sobre la alimentación: No, el melón por la noche no tiene por qué sentarte mal
“El melón, por la mañana, oro; por la tarde, plata; y por la noche, mata”, reza el dicho popular. Pero no es cierto. El melón no tiene por qué ser “dañino” si lo comemos por la noche. Simplemente se trata de una cuestión de “susceptibilidad personal”, señala Aranceta, pues hay gente a la que también “le puede sentar regular a mediodía”.
El melón es una de las frutas que más agua tienen –entre un 89 y 92%-, lo que le convierte en un alimento diurético que ayuda a eliminar toxinas, además de ser rico en potasio y magnesio, y no tiene por qué sentar mal si lo comemos de noche. Lo mejor, en todo caso, es que esté maduro para que el organismo lo asimile mejor.
Para mantener una alimentación saludable, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda comer al menos cinco porciones de frutas y verduras al día, ya que reduce el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles, y no especifica ninguna hora a la que se deban ingerir estos alimentos. De hecho, el 2021 fue declarado por la OMS como el año Internacional de las Frutas y las Verduras, con el objetivo de fomentar su consumo.
Comer zanahoria no hace que te pongas más moreno, pero sí ayuda a proteger la piel
La zanahoria no ayuda a que te pongas más moreno, porque no activa la melanina, pero sí ayuda a proteger tu piel, explica a Newtral.es el doctor Adrián De Quintana, dermatólogo en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla en Santander. Se trata de una hortaliza rica en betacaroteno, un pigmento con alta capacidad antioxidante que ayuda a neutralizar los radicales libres que contiene la radicación solar. En el organismo el betacaroteno se transforma en vitamina A, un nutriente importante no solo para la salud de la piel, sino también para la visión, el crecimiento y la estimulación del sistema inmunitario.
“El betacaroteno es un pigmento que tiene mayor predisposición a depositarse en ciertas zonas del cuerpo como las palmas y las plantas. Si comemos zanahorias durante mucho tiempo nuestra piel no adquirirá el típico bronceado, sino un tono anaranjado, lo que se denomina hipercarotenemia [exceso de caroteno], que no es perjudicial para la salud y es más frecuente en niños, debido a los purés de zanahoria que comen”, señala De Quintana. El experto recuerda que, si bien los betacarotenos ayudan a protegernos del sol, “no son un sustituto de la crema”.
Aparte de las zanahorias, los betacarotenos también se encuentran en otras frutas y verduras de color amarillo (plátanos, ciruelas), naranja (calabaza), rojo (pimientos, frambuesas, fresas) y verde (acelgas, brócoli).
Mitos sobre la alimentación: El consumo habitual de huevo no es peligroso
Sin duda el huevo de gallina es uno de los alimentos más nutritivos y versátiles que existen. Se puede freír, hervir, pasar por agua o escalfar y se sirve en cualquier comida del día. Contiene proteína y vitaminas A, D, E y B12. Sin embargo, su alto contenido de colesterol, unos 200 mg, sigue generando discusiones entre los expertos.
La recomendación del doctor Aranceta es consumir hasta cuatro huevos a la semana para las personas que no tienen colesterol alto, mientras que en el caso de quienes tengan altos niveles de colesterol, conviene “moderar el consumo de este producto”. El experto, quien aconseja consumir huevos de gallinas criadas en granjas y no de manera industrial, también recuerda que hay que tener en cuenta con qué se acompaña el huevo, pues muchas veces se come con productos como chorizo o patatas fritas que terminan siendo más grasos que el propio huevo.
El huevo blanco fresco de gallina aporta unas 90 kilocalorías, y según otros estudios, tal y como indica la Sedca, el consumo habitual de este producto “no solo no modifica el perfil lipídico [que determina los niveles de lípidos en la sangre, como el colesterol y los triglicéridos], sino que aporta beneficios derivados de su contenido en vitaminas y antioxidantes”.
En esta página de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) puedes encontrar más datos sobre este alimento.
La sal no es mala para la salud si se consume con moderación
La sal, compuesta de sodio y cloruro, es una sustancia necesaria para que nuestro organismo funcione correctamente. Si bien consumirla en exceso contribuye a la hipertensión arterial y aumenta el riesgo de cardiopatía y accidente cerebrovascular, tal y como recuerda la OMS, tampoco podemos vivir sin ella, pues mantiene el volumen plasmático, el equilibrio acido-básico y la transmisión de los impulsos nerviosos.
La clave está en moderar su consumo, sobre todo el de sal blanca refinada, indica el doctor Aranceta, porque es la que más sodio aporta. “Existen otras sales más naturales o sin refinar, como la de roca o la marina, que tienen menos sodio” y por tanto son más saludables, asegura el experto en nutrición.
Según la OMS, las personas adultas no deberían consumir más de 5 gramos de sal al día.
Fuentes:
- Javier Aranceta, presidente del comité científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (Senc).
- Adrián De Quintana, dermatólogo en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander).
- Recomendaciones de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (Sedca).
- Recomendaciones de la Academia Española de Dermatología y Veneorología.
- Recomendaciones de la OMS sobre alimentación saludable y diversos productos.
- Recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Una mierda de artículo de anecdotitas para mentecatos y otra fauna telecreyente. ¡Cómo se nota que la manipulación de masas sorosiana o a lo Bernays está pensada para cebarse con personas sin criterio!
Y lo dice, seguro, un nutricionista (que no sigue grupos de telegram, odessy y YouTube, etc) ??♂️??♂️