Los microplásticos dan la vuelta al mundo por mar y aire

Microplástifcos al microscopio | J. Brahney, Univ. Utah
Microplástcos al microscopio | J. Brahney, Univ. Utah
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¿Te acuerdas de ese flash de limón que te comiste en 1989? ¿O de la pajita de esa horchata que tus padres se tomaron antes de que nacieras? Pues el planeta sí. El envoltorio de ambos sigue circulando por la Tierra, bien entero, bien en forma de microplásticos.

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Según una nueva investigación de Janice Brahney, del Departamento de Cuencas Hidrográficas de la Univerisidad del Estado de Utah (EE.UU.), los plásticos tienen una enorme facilidad de contaminar viajando fragmentados en pedazos demasiado pequeños para ser visibles.

Los microplásticos circulan por la atmósfera, se infiltran en el suelo, pasan a las aguas del océano y vuelven al aire. Son tan omnipresentes que ahora afectan la forma en que las plantas crecen e impregnan ecosistemas distantes. Se pueden encontrar en lugares tan variados como el torrente sanguíneo humano o las entrañas de los insectos en la Antártida.

“Comprender cómo se mueven los microplásticos a través de los sistemas globales es esencial para solucionar el problema”, explica Brahney. Su nueva investigación se centra en cuánto tiempo los microplásticos permanecen en el aire y dónde terminan cayendo.

Los microplásticos pueden provenir de la fragmentación de piezas más grandes (desde envases a textiles) o estar ya incorporados a productos, como algunos cosméticos o dentífricos, o canchas de deportes.

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Microplásticos: de la carretera al Himalaya

Las carreteras son una gran fuente de plásticos atmosféricos, donde los neumáticos de los vehículos se agitan y lanzan hacia el cielo las pequeñas piezas. A más velocidad, mayores turbulencias que impulsan ese aire caliente cargado de partículas de caucho y otros plásticos a los cielos.

Las olas del océano también están llenas de partículas de plástico insolubles que un día fueron ser envoltorios de alimentos, botellas de refrescos y bolsas de plástico. Estas partículas de «plástico heredado» se mueven hacia la capa superior de agua y son agitadas por las olas y el viento. También terminan catapultadas al aire.

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Otra fuente importante de reemisión de microplásticos es el polvo producido en los cultivos. Se introducen en el suelo cuando se utilizan fertilizantes de las operaciones de tratamiento de residuos. Prácticamente todos los microplásticos que se lavan con las aguas residuales permanecen con los residuos biológicos después del proceso de tratamiento.

Los microplásticos se quedan flotando hasta una semana

Una vez en la atmósfera, los microplásticos pueden permanecer en el aire hasta 6,5 ​​días. Tiempo suficiente para cruzar un continente, añade Natalie Mahowald, coautora del artículo.

El lugar más probable para que se depositen microplásticos atmosféricos es sobre los océanos Pacífico y mar Mediterráneo. Eso sí, los continentes reciben más plásticos netos de fuentes oceánicas contaminadas de lo que les envían, según los modelos.

Estados Unidos, Europa, Oriente Medio, India y Asia Oriental también son puntos críticos para la deposición de microplásticos en tierra. A lo largo de las costas, las fuentes oceánicas de plástico en el aire se vuelven más prominentes, incluida la costa mediterránea.

Las fuentes de polvo y agricultura para los plásticos transportados por el aire tienen un factor más prominente en el norte de África y Eurasia, mientras que las fuentes producidas por carreteras tuvieron un gran impacto en las regiones densamente pobladas de todo el mundo.

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Estos son los rasgos generales, pero los factores que intervienen en el tema de los microplásticos atmosféricos son complejos. Climas húmedos versus secos, regiones montañosas versus llanuras, etc.

“El mundo no ha disminuido la producción o uso de plástico –señala la investigadora–, por lo que estas preguntas se vuelven más urgentes cada año que pasa”.