Consultas por teléfono, resultados por internet o seguimiento de pacientes a distancia. Son algunas de las modalidades de telemedicina más comunes en la sanidad pública ahora. Pero, ¿y si se pudiera hacer una videollamada con el médico para ver si se tienen placas en la garganta o conjuntivitis o que la inteligencia artificial te recomiende a qué médico ir y con qué urgencia?
La pandemia producida por el coronavirus y el colapso de los centros sanitarios han dificultado el acceso presencial a la medicina y relegado otros problemas de salud, que en muchos casos no han podido contar con un seguimiento o tratamiento adecuado, alargando las listas de espera.
Así, el COVID-19 ha puesto el foco en la necesidad de apostar por la telemedicina, un modelo que en España se ha introducido poco en la sanidad pública, reduciéndose a proyectos o casos aislados, mientras que la iniciativa privada y las aseguradoras han apostado algo más por este servicio. Los expertos lo tienen claro: queda mucho camino por recorrer pero la telemedicina ha llegado para quedarse.
[Listas de espera en la sanidad pública y los otros problemas de salud que no son el COVID-19]
Consultas resueltas por teléfono en atención primaria
La pandemia ha multiplicado las consultas médicas telefónicas y reducido las presenciales, sin embargo, la implantación de la telemedicina en la Sanidad Pública es más complicada de lo que parece.
«Depende del nivel de atención (primaria, especialista, hospitalaria…) y de cada comunidad autónoma y cada una hace lo que quiere o lo que puede sin depender de las otras», explica a Newtral.es Alfonso López, médico de familia en el centro de atención primaria Benita de Ávila y delegado sindical de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores De Madrid (Amyts).
López explica que en la Atención Primaria «la gran mayoría» de consultas de pacientes se pueden resolver por teléfono, entre ellas, diagnósticos y seguimientos a pacientes: «una persona diabética ahora puede llamar, decirnos lo que le ha salido con el pinchazo en la farmacia o en la máquina de casa y le podemos atender igual», alega López.
Según un la Evaluación de la teleconsulta en el paciente urológico durante la pandemia COVID-19 publicada en Public Health, la teleconsulta ha sido valorada «con un alto grado de satisfacción durante la pandemia COVID-19, ofreciendo asistencia continuada a los pacientes urológicos durante la crisis sanitaria».
«En caso de que haya algo que no se pueda hacer, cuando me lo explican por teléfono les cito y les veo presencial, pero les cito a una hora en la que yo sé que les voy a poder atender sin tener que dejarlos esperando y en una sala en la que sé que no voy a tener otros pacientes en ese momento», comenta el médico de Amyts.
Así, asegura que en su especialidad muchas de las consultas son para actualizar recetas médicas, pedir resultados, bajas laborales, etc. «Telemáticamente se evitan contactos, contagios y aglomeraciones. Si en todos los demás aspectos de la vida se limitan las reuniones y los contactos ¿cómo no lo vas a hacer en un centro de salud?», sugiere López.
Por eso el médico de atención primaria lo tiene claro: «las teleconsultas han llegado para quedarse». «Debería venir el paciente que tenga que ser explorado por el médico por la enfermedad o el control o diagnóstico de una enfermedad. Si solo viene ese paciente y el resto se hace telemático, se le va a poder atender mucho mejor», sentencia el delegado sindical.
Menos consultas con especialistas y atención hospitalaria
En el caso de los especialistas Alfonso López comenta que «se han reducido muchísimo». «Los especialistas no están trabajando ni mucho menos ni al 100% ni al 50%«, asegura el médico. Para poder seguir atendiendo, algunos especialistas cuentan con volantes interconsultas y e-consultas. «Es un asesoramiento que hacemos nosotros con el especialista vía por correo», explica López
En ella, en vez de mandar al paciente al especialista, es el médico de familia quien traslada su duda científica junto con las pruebas que se tengan y el especialista valora si necesita llamar él al paciente o le explica el doctor de atención primaria cómo debe proceder y el tratamiento a seguir.
En cuanto a la atención hospitalaria, existen centros públicos, como el Gregorio Marañón, La Paz, o el Clínico San Carlos en Madrid, que ya contaban con telemedicina, aunque solo en ciertas especialidades. «Los servicios que ya la hacían no notarán mucha diferencia, pero los hay que antes eran totalmente presenciales y que ahora se están adaptando a la teleconsulta», comentan a Newtral.es fuentes del Hospital La Paz.
En España existen barreras regulatorias, financieras y de seguridad para establecer las teleconsultas
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Un informe de ESADE y Barcelona Health Hub analiza que más del 85% de las consultas externas se estaban realizando en el mes de abril de manera telefónica en muchos de los hospitales. En el caso del Hospital Vall d’Hebrón (Barcelona), cuentan que antes de la pandemia el grado de desarrollo de la consulta no presencial era muy desigual según el servicio asistencial.
Así, había servicios con un 1% de visitas por telemedicina, otros con un 20%, como por ejemplo pacientes con diabetes y otros con entre un 45% y un 60%, como en el caso de pacientes con ictus. Con la pandemia, aseguran que se ha instaurado un nuevo paradigma de seguimiento telemático en este hospital público «evitando traslados innecesarios y una comunicación directa vía chat o asistente virtual o videoconferencia».
«Durante el período de la pandemia casi el 100% de las visitas programadas se han realizado mediante telemedicina y se prevé que una vez pasada la pandemia el uso de la telemedicina pueda llegar a ser de entre un 40% -75% de las visitas en general pudiendo llegar al 100% en algunas unidades como la de ictus», defiende el texto.
Aún así, alertan de que en España «existen barreras» para este modelo. «Hay regulatorias (la anamnesis —información recopilada de un paciente, como la historia clínica— de primera visita tiene que ser presencial), financieras (no siempre se contabilizan o pagan las consultas virtuales) o de seguridad (no hay un sistema generalizado de acreditación del profesional sanitario) que es necesario solventar para impulsar que la consulta de salud virtual haya venido para quedarse», recoge el informe.
Diagnosticar conjuntivitis con un una videollamada y un kit
En la Comunidad de Madrid, donde ejerce López, las modalidad que existen de consultas son por llamada o presenciales. «Pero no hay cámaras ni nada visual que nos permita ver a los pacientes, aunque sí que pueden tener fotos y puedo pedir que me las manden a mi correo», comunica. Este sistema queda muy lejos de las iniciativas privadas, que apuestan por nuevas tecnologías e Inteligencia Artificial.
Por ejemplo, existe el caso de Ever Health, una aplicación que permite llevar a cabo videoconsultas con profesionales médicos desde cualquier lugar y funcionan en más de 200 escuelas infantiles y colegios privados en España. «También estamos en residencias geriátricas, en empresas como Siemens, aseguradoras como Mapfre, Santa Lucía, RAC…», comenta a Newtral.es Rafael García, CEO de Ever Health.
El método de esta empresa no se trata simplemente de hacer una videollamada con un médico, sino que los centros en los que trabajan cuentan con un kit de telemedicina personalizado que permite auscultar a los pacientes como si estuvieran con el médico. «Por ejemplo, en los colegios tenemos estetoscopios y se coloca donde te diga el médico que va a estar escuchando en directo exactamente igual que si estuviera en la consulta», asegura.
Así, tienen aparatos para medir el oxígeno en sangre, una cámara de exploración visual, termómetro, tensiómetros… Con esto, resuelven el 92% de las consultas de forma telemática. «En los colegios lo que se diagnostica es todo lo que acaba en «itis»: bronquitis, bronquiolitis, conjuntivitis…», afirma García.
«Estamos evitando los colapsos en los centros médicos y consiguiendo que las personas que de verdad necesitan una atención más allá se las pueda atender porque hay menos personas ahí», defiende el CEO. En caso de hacer las consultas con un smartphone y sin el kit, resuelven el 80%.
«Durante la pandemia la gente se ha olvidado de que el resto de patologías siguen existiendo exactamente igual que siempre. Y hay muchas patologías que necesitan seguimiento y no se pueden retrasar. Son pacientes de riesgo y ahí es donde la telemedicina ha jugado una labor importantísima», recuerda García.
Cuando el diagnóstico lo da la Inteligencia Artificial
Un paso más allá de la tecnología es utilizar la Inteligencia Artificial para saber si ir al médico o no, así como la urgencia con la que ir. «Estamos viviendo el nacimiento de la era dorada de la salud digital, y el detonante ha sido el COVID», afirma a Newtral.es Cristian Pascual, CEO de Mediktor.
Mediktor es una herramienta que emplea inteligencia artificial para ofrecer un prediagnóstico clínico. «Lo que hacemos es dirigir a la gente al nivel de atención adecuado evaluando sus síntomas con un motor de inteligencia artificial que es como un asistente médico para hacer triaje y prediagnóstico», explica Pascual que hace hincapié en que la plataforma «no sustituye al médico de ninguna forma».
En marzo el uso de esta plataforma se multiplicó por 10. «Y ahora, estamos viendo de nuevo un incremento en el nivel de uso y evaluaciones, pero no al nivel de antes», informa el CEO. Cualquier persona puede hacer una consulta gratuita a la aplicación, que trabaja en 170 países y principalmente con aseguradoras, en España con algunas como Mapfre, DKV o AXA.
Mediktor cubre 850 enfermedades —»las más prevalentes de un servicio de urgencias»—, tiene unas 3.500 categorizaciones de síntomas de entrada y 35.000 sinónimos de síntomas del lenguaje natural en 13 idiomas. «¿Cómo aseguramos que la respuesta es correcta? Por una razón muy sencilla, porque al final la recomendación está basada en la bibliografía médica y los ensayos clínicos demuestran el 91,3% de acierto», defiende Pascual.
«En todo caso, el resultado no es un diagnóstico, es más bien un triaje en el que da un nivel de urgencia y en eso se basará la recomendación». La plataforma cuenta con 17 posibles recomendaciones finales.
«El 70% de las veces cuando tenemos síntomas, lo que tenemos es algo banal. La telemedicina en estos casos puede ayudar muchísimo a evitar saturaciones en los centros médicos. De hecho, el 60% de los usuarios, después de utilizar Mediktor y una plataforma de telemedicina dijeron que no necesitaban ninguna otra atención presencial», cuenta el CEO de la aplicación.
Solo el 16% de los profesionales sanitarios en Europa utilizan herramientas de Inteligencia Artificial
Pascual cuenta que durante el inicio de la pandemia estuvieron en conversaciones para ceder el uso de Mediktor de forma gratuita al Estado. «Yo creo que desgraciadamente no hay una actitud proactiva en este país con las nuevas tecnologías. Ahí hay una asignatura pendiente importante y un potencial descomunal para hacer mucho más sostenible nuestros sistema sanitario, porque tenemos unos retos de futuro importantísimos«, alerta Pascual.
Por su parte, desde lo público y con inteligencia artificial el Ejecutivo puso en marcha por el COVID-19 la plataforma gratuita de autoconsulta Asistencia COVID-19, para intentar descongestionar la atención sanitaria. Con ella los pacientes pueden realizar una autoevaluación y recibir instrucciones y recomendaciones actualizadas.
Según la página oficial de momento las comunidades autónomas adheridas son Cantabria, Canarias, Castilla-La Mancha, Extremadura, Islas Baleares y Región de Murcia.
Pese a que la pandemia producida por el coronavirus ha impulsado avances, la entrada de la tecnología en la medicina es lenta. De hecho, solo el 16% de los profesionales sanitarios en Europa utilizan herramientas de Inteligencia Artificial, según un informe de la organización estadounidense HiMSS Analytics. En España, este porcentaje es del 11%.
Protección de datos y seguridad
Además de los beneficios, la tecnología también conlleva riesgos y uno de ellos es la de la privacidad y la protección de datos de los pacientes. Así, se teme por la vulnerabilidad hospitalaria ante posibles ataques o robo de información. Por ejemplo, en enero el Hospital Universitario de Torrejón, en Madrid, se vio afectado por un virus informático.
Servicios como el de Ever Health cuentan que tienen la certificación ISO 27001, que garantiza la seguridad en la información. «Nuestra misión siempre es garantizar la seguridad de la información, que nos parece básico e imprescindible», comenta García.
Al ser datos de salud, además, se teme que estos se utilicen para fines diferentes o se compartan y vendan con otros servicios sin consentimiento. Sobre este tema de privacidad para Pascual «no hay debate». «Si le das los datos a una empresa seria que tiene unos términos y condiciones claros y los comparte contigo, yo no lo veo un problema», comenta.
El CEO de Mediktor subraya que «existen los medios tecnológicos para asegurar que los datos estén seguros». «Quien los quiere tener los tiene y son muy claros: cumplir con GDPR, encriptar los datos… es como cuando no nos fiábamos de comprar por internet y ahora ya ni nos acordamos de ese debate», sentencia.
Imagen: Miriam Doerr Martin Frommherz (Shutterstock)
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