“¿Alguien ha visto mi lorazepam?” El ansiolítico, hecho meme, es parte de la cultura popular cinematográfica desde hace años. Tomó el relevo al tan literario Valium® (diazepam). Pero esta frase, en boca de Victoria Ratliff, protagonista de la serie The White Lotus (HBO, 2021-2025), ha trascendido de los guiones a las recetas. La popularidad de este fármaco se ha disparado en redes sociales coincidiendo con la tercera temporada de la serie. Ahora, un equipo científico ha medido el impacto. Pero cuidado con las interpretaciones apresuradas.
- El dato. Un estudio publicado en JAMA Health Forum revela que la serie generó 1,6 millones de búsquedas por encima de lo normal, con el término lorazepam a lo largo de 12 semanas consecutivas. Esto coincidió con el lanzamiento de la última temporada de The White Lotus.
- ¿Seguro que fue Victoria Ratliff? Podría ser que, sencillamente, The White Lotus provoque en algunos espectadores cierto nivel de ansiedad que les lleve a consumir ansiolíticos. Pero los investigadores compararon el lorazepam con otros ansiolíticos no mencionados en la serie. Y no hubo un repunte de búsquedas en otros medicamentos similares. Para Amaia Bacigalupe (UPV/EHU) “comparar la evolución del interés sobre el lorazepam con otros aporta validez metodológica al estudio” y “refuerza su hipótesis”.
El trabajo es bueno, coinciden varias personas expertas. Pero tiene muchas limitaciones como para decir que los fármacos que aparecen en TV o cine son más deseados automáticamente por la audiencia.
Benzodiacepinas, el fármaco que toman como ansiolítico 4 de cada 10 personas
Las benzodiazepinas, como el lorazepam, son medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso central y se usan para tratar la ansiedad o el insomnio, aunque su uso prolongado suele generar dependencia. Pueden ser esencialmente ansiolíticos (bromazepam –Lexatin®–, también relajantes musculares (diazepam –Valium®–), hipnóticos (lormetazepam –Noctamid®–) o sedantes (Midazolam –Dormicum®–). El ansiolítico lorazepam representa el 60% del consumo de los psicotrópicos en España. Todos ellos requieren de receta para su adquisición y presenta riesgo su consumo sin seguimiento médico.
Publicidad El 59% de quienes tenían entre 25 y 29 años en 2024 ha consumido ansiolíticos e hipnóticos en los últimos cinco años. Hasta el 42% de españoles ha ingerido benzodiacepinas, que sigue tomando actualmente el 22% de la población.
Ingrid Ferrer López, farmacéutica del SAS, promotora de la iniciativa ‘BenzoStopJuntos’, explica que vivir sin tranquilizantes es posible, pues hay alternativas no farmacológicas que son mejores, y que nos ayudan a afrontar de otra manera los problemas. Es a mujeres a quienes más frecuentemente les son prescritos ansiolíticos como el lorazepam. Casi 3 de cada 10 los ha tomado alguna vez a los 17 años.
Interés no es consumo. El lorazepam ya era un producto cultural antes de The White Lotus
Cree Josep M. Suelves (UOC) en el SMC de España que “los resultados de este estudio, interesantes, no permiten saber si el aumento de las búsquedas se asoció también a cambios en el uso del medicamento”. Y lo enmarca dentro de cierta infodemiología, que usa datos digitales para observar comportamientos de salud. Útil para detectar señales, pero no para medir efectos clínicos.
El estudio tampoco explica por qué la gente buscó información. Curiosidad, alarma o intención de compra conviven en un mismo clic. Por no hablar de la mémesis narrativa que se genera alrededor de medicamentos que cine y series (o literatura, antes) ponen de moda.
¿Qué fan de Dr. House no recuerda la Vicodina® (hidrocodona, un opiáceo que usaba el protagonista para su dolor)?
- Un matiz. Seguramente sí que se vendió más lorazepam gracias a The White Lotus, pero este estudio no lo prueba. El doctor Eric Leas (UC San Diego y Qualcomm Institute), coautor del estudio, señala que también vieron “incrementos significativos en las búsquedas relacionadas con adquirir lorazepam. Podría haber un subconjunto de personas que realmente quiere obtener este medicamento online”.
El coautor del estudio, Kevin Yang (Universidad de California-San Diego), recomienda que la industria del entretenimiento tenga en cuenta el posible impacto que puede tener una representación del consumo de fármacos en el comportamiento de los espectadores. Quizás podrían incluir advertencias al inicio y al final de cada episodio. También sugiere que los motores de búsqueda ofrezcan avisos informativos cuando alguien busca cómo obtener el medicamento online, con información precisa, basada en evidencias y con recursos de apoyo.
¿Sería posible que se disparase el uso de lorazepam en España?
Aunque en España un estudio similar generaría menos efecto porque “la accesibilidad al sistema sanitario público haría que muchas dudas se resolvieran en consulta”, señala Bacigalupe, el país es especialmente vulnerable.
Como recuerda el psiquiatra Francisco Collazos (Hospital Vall d’Hebron de Barcelona), “nuestro país se encuentra a la cabeza de prescripción de este tipo de fármacos”. Y advierte sobre la ligereza con la que a menudo se recetan: “quizás con demasiada ligereza tratamos de aliviar esa ansiedad que la comunidad reclama”. Su uso entre jóvenes se ha duplicado. Y no ha hecho falta ninguna serie de moda para impulsar estas cifras.
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