La ley anti LGTBI en Hungría: preguntas y respuestas

ley anti LGTBI Hungría
Manifestación por los derechos LGTBI en Budapest | Adam Draskovics (Shutterstock)
Tiempo de lectura: 8 min

El pasado 15 de junio, el Parlamento de Hungría aprobó una ley anti LGTBI, que vendría a ser la modificación de una ley anterior de 1997 de protección a la infancia. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, calificó de “vergonzosa”, asegurando que es contraria a los valores fundamentales de la Unión Europea y comprometiéndose a usar “todos los poderes legales de la Comisión para garantizar los derechos de toda la ciudadanía de la UE”. 

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La ley húngara, aprobada bajo el mandato de Viktor Orbán, señala expresamente que “para garantizar los derechos del niño, se prohíben los contenidos pornográficos” y aquellos que promuevan o impliquen “cualquier desviación de la identidad sexual de la persona nacida, de la reasignación de sexo y de la homosexualidad”.

Como resume esta carta de la Comisión Europea, el contenido vetado en las escuelas no solo es aquel relacionado con la homosexualidad (o la orientación sexual), sino también con la disidencia de sexo/género, por lo que se trata de una ley anti LGTBI

Pero, ¿en qué contexto llega esta ley y qué supone?, ¿hay legislaciones similares en países vecinos? Te lo explicamos.

¿Qué dice la ley anti LGTBI en Hungría?

La reciente legislación húngara no permite que se hable de diversidad sexual y de género en los centros educativos, es decir, a menores de 18 años, ya que se consideraría promover la homosexualidad o la disidencia de género en el caso de las personas trans. 

“La norma compagina prohibiciones de difusión iconográfica o simbólica que tengan relación con el colectivo LGTBI con preceptos que aspiran a impedir la pornografía infantil, la pederastia o el maltrato a menores, por lo que de forma indirecta, se vincula a este colectivo con la comisión de tales prácticas ilícitas”, apunta en conversación con Newtral.es Pablo Capel, jurista y director de Economist&Jurist, medio especializado en divulgación jurídica. 

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The Guardian recogía las declaraciones de un portavoz del Gobierno de Hungría en las que señalaba: “Hay contenidos que los niños menores de cierta edad pueden malinterpretar y que pueden tener un efecto perjudicial en su desarrollo a esa edad, o que los niños simplemente no pueden procesar, y que por lo tanto podrían confundir sus valores morales en desarrollo o su imagen de sí mismos o del mundo”. 

El jurista Pablo Capel explica que, en este caso, la reforma legislativa “entiende como ‘desviación’ todo aquello que se aparte de la concepción originaria de familia”, por lo que la tradición vendría a constituirse como fuente de Derecho. 

En conversación con Newtral.es, Francisco Peña Díaz, doctor en Derecho y jurista especializado en derechos humanos de las personas LGTBI, señala que “Rusia es el núcleo irradiador”, aunque la de Hungría “es una versión más dura que la ley antipropaganda gay rusa”. 

¿Qué diferencia hay con los casos de Rusia y Polonia?

En el caso de Rusia, cuya ley es de 2013, “no se puede promover entre menores las relaciones sexuales no tradicionales”, apunta Peña Díaz, quien señala que, aunque se la ha calificado de ley homófoba, sería LGTBfóbica en tanto que “la usan para todo lo que sea diversidad sexual y de género”: “Cualquier mensaje a favor de las personas LGTBI corre el riesgo de ser considerado propaganda”, añade el jurista. 

En el caso de Hungría, “han tomado ese modelo y lo han introducido en una ley que se tramitaba contra la pedofilia y el abuso sexual a menores”, prosigue Peña Díaz. “Afecta al ámbito educativo, pero también al publicitario o a las emisiones en abierto porque es contenido susceptible de llegar a menores”, añade.

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En Polonia también ha habido una propuesta en esta línea. Conocida como Stop Pedophilia, el proyecto legislativo, que no se ha aprobado de momento y que contemplaba hasta tres años de cárcel por promover contenidos sexuales en las aulas, ha sido cuestionado por el Parlamento Europeo, en esta resolución desfavorable que salió adelante, al considerarlo un veto educativo bajo la excusa de “protección al menor frente a la pedofilia”, ya que se criminaliza la educación sexual.

¿En qué contexto llega la ley anti LGTBI a Hungría?

Hungría “aprobó un proyecto de Ley de Protección frente a la pandemia de COVID-19 que ampliaba las competencias del Gobierno para gobernar por decreto al eximirlo del control parlamentario”, tal y como informaba Amnistía Internacional.

“En septiembre, la Comisión Europea publicó su primer informe sobre el Estado de Derecho, en el que señalaba graves motivos de preocupación sobre Hungría”, añade Amnistía. La ONG también señala que “en mayo [de 2020], el Parlamento prohibió el reconocimiento legal de la identidad de género de las personas intersexuales y transgénero”.

Estableció, así, la obligación de registrar el sexo de nacimiento, basado en los marcadores biológicos y los cromosomas, sin posibilidad de cambiarlo posteriormente. Para las personas trans, esto supone la imposibilidad de modificar su sexo legal en certificados y documentos oficiales para reflejar su identidad de género.

Y unos meses después, en diciembre de 2020, el Parlamento húngaro, tal y como expone Amnistía Internacional, aprobó una ley que negaba los derechos de adopción a las personas LGBTI, junto con una reforma discriminatoria de la Constitución para que especificara que “la madre es de sexo femenino, y el padre, de sexo masculino” y que Hungría “protege la identidad propia de los niños por su sexo de nacimiento”. 

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Hungría, además, es uno de los seis Estados miembro que aún no ha ratificado el Convenio de Estambul (junto a Bulgaria, República Checa, Letonia, Lituania y Eslovaquia), tal y como recordaba el Gobierno turco en un comunicado tras su decisión de salirse de dicho Convenio. 

Este comunicado también señalaba que uno de los Estados miembro que sí lo ha ratificado, en 2015, ya ha tomado medidas para retirarse de la Convención. Se trataba de Polonia, que, según el Gobierno turco, estaría rechazando “un intento de la comunidad LGTBI de imponer sus ideas sobre el género en toda la sociedad”.

El actual primer ministro de Hungría, Viktor Orban, pertenece al partido de ultraderecha Fidesz y gobierna el país desde 2010 gracias a una alianza con el Partido Popular Demócrata. En declaraciones recogidas por Europa Press, el primer ministro reivindicó su derecho a legislar contra los “países del arcoiris” en referencia a los socios europeos que han mostrado públicamente su rechazo a esta ley. 

No es la primera vez que Orbán aprueba leyes polémicas o hace declaraciones que no han gustado a otros países europeos. Ante esta situación, el gobierno húngaro reivindica la soberanía nacional del país frente a Europa. “Estoy seguro de que solo los húngaros pueden decidir la educación de los niños húngaros, sin duda ni los alemanes, ni los holandeses, ni los belgas”, ha dicho Orbán respecto a esta ley anti LGTBI en Hungría. 

¿Qué papel tiene la Unión Europea?

El jurista Francisco Peña Díaz apunta que en la UE “hay mecanismos diseñados” cuando hay Estados miembro que estarían atentando contra valores fundamentales y fundacionales pero que, sin embargo, “pueden tener fallos porque no se le ha dado a la UE todo el poder que requería”. 

Para el jurista Pablo Capel, dirimir si la normativa húngara contraviene dichos valores requiere “un pronunciamiento judicial previo”. Si fuese el caso, se podría aplicar el artículo 7 del Tratado de la Unión Europea, “un mecanismo no jurídico, ya que se trata de una norma punitiva o de castigo a un Estado miembro sin mediación judicial”, apunta Capel. 

Para activar este protocolo, señala Capel, “debe haber una propuesta de un tercio de los estados miembros dando fe de la posible vulneración de los derechos fundacionales de la UE para que el Consejo dé audiencia al país miembro infractor y otorgue un margen para revertir la situación”.

Y para que haya una sanción, recalca Peña Díaz, “se necesita unanimidad de los Estados miembro, excluyendo al afectado”: “El problema es que, por ejemplo, Polonia siempre le cubrirá las espaldas a Hungría, y viceversa. Es una debilidad del procedimiento, ya que, en su diseño, se contempló la unanimidad sin tener en cuenta que puede haber más países rebelándose contra los valores de la UE”.

Fuentes consultadas

  • Ley antiLGTBI húngara
  • Comisión Europea
  • The Guardian
  • Amnistía Internacional
  • Parlamento Europeo
  • Francisco Peña Díaz, doctor en Derecho, jurista especializado en derechos humanos de las personas LGTBI y autor de Queerídico
  • Pablo Capel, politólogo, jurista y director de Economist&Jurist

7 Comentarios

  • El control globalista totalitario basado en el marxismo esta condenado a fracasar,Cuando la pena se despierte de la manipulación, lo que estamos viendo en el presente todo se cae en pedazos...oleole magyares!!

    • Pero que marxismo ni que globalismo. Somos personas LGBT y no nos vamos a ir a ningún lado, hagáis lo que hagáis. Existimos desde que el hombre es hombre y de esto hay constancia pese a vuestros continuos intentos de borrarnos. La Ley Húngara es una vergüenza para Europa. Los niños deben de ser protegidos de la homofobia, no de la diversidad y la tolerancia.

    • No me digas que has leído a Marx.

  • Alguien puede facilitar la ley, para tener mejores argumentos para comentar?
    Podrian facilitarme el enlace para poder leerla.

  • La UE no puede inmiscuirse en los problemas y decisiones internas de los estados miembros, motivado fundamentalmente por presiones de lobby, esta no es la esencia en que se constituyo por los padres fundadores la UE., de seguir por este camino veo corto su recorrido, pues no se puede depender de las "ordenes" un puñado de burócratas que ganan sueldos millonarios y en la practica no resuelven nada, salvo sus intereses.

    • Y cual es la otra opción, dejar que se discrimine sistematicamente a miles y miles de personas? Dejadnos vivir en paz de una vez. LLevamos soportando siglos de persecución cuando nuestra orientación no es menos válida que la nuestra. Deberíais de dar las gracias que pedimos justicia y respeto en vez de venganza.

    • El futuro de la Humanidad, pasa por la pérdida de soberanía de las naciones. Lo que necesita la Humanidad para salvarse, es coordinarse toda a través de instituciones supranacionales. Lo que estamos viendo en el mundo occidental, con la vuelta del fascismo, es el intento de las oligarquías locales, de recuperar el control de su chiringuito-nación. Y así poder hacer lo que quieran con “sus” mujeres, “sus” homosexuales, “sus” niños, “sus” extranjeros, y “sus” recursos. Y si te da la gana de quemar tus bosques o extinguir las ballenas, pues lo haces y en paz. Eso es lo que se oculta tras la palabra “soberanía”. Lo que ha quedado obsoleto, es el “estado nación” tradicional, que es un lastre para la Humanidad.