Lactancia en el deporte de élite: “Es difícil de compaginar, pero con ayuda del entorno es posible”

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Entrenamiento de una mujer embarazada. | SERGHEI STARUS WEB SHUTTERSTOCK
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Antonella González, jugadora del club argentino de baloncesto Tomás de Rocamora, dio el pecho a su bebé de once meses en un descanso de un partido en una imagen que se viralizó en redes sociales sorprendiendo a la propia protagonista, y abriendo el debate de la lactancia en el deporte de élite. “Entiendo que parte de la necesidad de referentes en la élite, de ahí la importancia de visibilizar las cosas que nos pasan como deportistas, porque no dejamos de ser madres”, dice a Newtral.es.

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En España, Teresa Portela, Isabel Macías o Leire Olaberria abrieron el camino a nuevas generaciones. “Sigue impactando, y tenemos que trabajar para una conciliación necesaria en el alto rendimiento”, explica la exatleta Macías. “En nuestro ámbito, la maternidad es un privilegio, y tendría que ser un derecho que ejercer con normalidad”, añade la exciclista Olaberria. “Hay que respetar para que no sea tabú”.

Partiendo de esta falta de referentes, coinciden en un desconocimiento que genera miedo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva en los primeros seis meses. En las deportistas de primer nivel, con un impacto físico, supone incertidumbre. “Tienes que vivir tu propia experiencia. Según la exigencia del entrenamiento y el momento de la crianza, tomas decisiones”, dice Macías, quien echa en falta una figura para “asesorar en esta encrucijada”. 

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En el caso de la atleta zaragozana, aprendió durante el proceso. “Tuvimos que ser muy intuitivos, conocer a nuestro bebé y a nosotros mismos. Aprendí a no frustrarme por no cumplir el 100% del entrenamiento, y a cambiar completamente el plan si la noche había sido horrible. Fue un año de continua adaptación, pero la ventaja de nuestra profesión es que esa es una de nuestras principales virtudes: relativizar en cualquier circunstancia”.

Macías da el pecho a su bebé antes de un entrenamiento. | Foto cedida por Isabel Macías.

“Hay que prestar mucha atención a dieta e hidratación”

Antonella González quería volver al baloncesto tras el parto, pero siempre condicionó el regreso a encontrarse bien. Cuando vio la posibilidad, acudió a su médica. “Me recomendó una dieta equilibrada y prestar mucha atención a la hidratación por el desgaste calórico que tenemos. Me di cuenta de que todo es posible y empecé a trabajar con un nutricionista para organizar las comidas y atender a lo que necesitaba”. 

El ejercicio fue similar para Leire Olaberria, medallista olímpica en Pekín 2008. Después de documentarse, vio que toda evidencia le daba argumentos. “Hay mucha ignorancia sobre la fisiología y eres la loca que ha decidido ser madre y no quiere renunciar al deporte”, comenta. Tras respetar la cuarentena, hizo un ejercicio de humildad. “Si era lo mejor, estaba dispuesta a hacer sacrificios. Te tienes que olvidar del palmarés”.

La exciclista recomienda acudir a profesionales. “Las cargas de antes son inviables o imposibles. Hablé con mi entrenador, un médico y una nutricionista”. El desgaste y las noches sin dormir pasaron factura. “No me reconocía. Cuando empecé a competir al cuarto mes, me di cuenta de que no podía ir todo lo rápido que sabía. Necesitas más tiempo de recuperación. Es importante escuchar tu cuerpo, porque todo es nuevo”.

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Los mitos sobre el deporte durante la lactancia se acentúan en su entorno. “Muchas mujeres se frenan, pero suelen ser personas que empiezan a hacer ejercicio para recuperarse del postparto”, explica Alba Padró, consultora internacional de lactancia (IBCLC) y cofundadora de LactApp, aplicación que resuelve dudas sobre lactancia. “En el caso de las mujeres que ya tienen un hábito, suelen tener menos miedos”. 

Lactancia y deporte de élite: “A las mujeres siempre nos juzgan, siendo madres aún más”

Serena Williams y Alex Morgan, dos de las deportistas más mediáticas, han tratado de normalizar la maternidad con su ejemplo. La futbolista se ha mostrado dando el biberón a su bebé durante los partidos con el Tottenham, mientras la tenista ha realizado campañas reivindicando su derecho. Sin embargo, el rendimiento de la propia Williams fue cuestionado por su entrenador, Patrick Mouratoglou, quien aseguró que no volvería a su nivel hasta dejar la lactancia. 

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Aunque inicialmente había planteado darle el pecho durante tres meses, lo hizo durante cinco más al sentirse “vinculada” a Olympia. Pese a que Gregory Davies, uno de los expertos del Comité Olímpico Internacional (COI) negó evidencia científica, la estadounidense paró la lactancia tras una serie de malos resultados. “Cogí a mi hija, lloré, y le dije que teníamos que dejarlo ahí», dijo la ganadora de 23 Grand Slams. 

“Tenemos mucho trabajo de visibilización”, insiste Antonella González. “Las mujeres siempre estamos en un lugar en el que nos juzgan y nos critican, y cuando eres madre sucede aún más porque tienen otro motivo. La crítica social está ahí, y nosotras tenemos que concienciar de que cada persona hace lo que puede y lo que cree que está bien. Cualquier opción es correcta porque todas tenemos un por qué y un para qué”.

Las conclusiones del COI en un estudio realizado con sus mayores expertos reunidos en Lausanne, fueron las siguientes: 

  • Hay un incremento del gasto calórico que normalmente va asociado a una pérdida de peso. 
  • No se ha comprobado que la alta intensidad influya en la calidad de la leche. 
  • El ejercicio aeróbico moderado mejora la calidad y cantidad de leche. 
  • El ejercicio intenso puede aumentar el ácido láctico. 
  • No hay evidencia de que produzca osteoporosis o fracturas ni que suponga un factor de riesgo.

A raíz de estas apreciaciones, el comité realizaba tres consideraciones o recomendaciones a tener en cuenta: 

  • Utilizar un sujetador deportivo enfocado en la sujección en lugar de la compresión.
  • Hidratación correcta antes de la actividad deportiva. 
  • Alimentar al bebé antes de realizar ejercicio para evitar estar incómodas. 

“Hagas lo que hagas, parece que tomas una mala decisión”

Irina Pop, jugadora de balonmano de la Associació Heidatana d’Handboll ha compaginado la lactancia con el deporte durante cuatro años, dos por cada hijo. En la primera ocasión, fue cuestionada. “Dentro del vestuario era muy normal, pero fuera  me decían que la leche no podía ser buena porque llevaba sudor. Mi propia madre y mis suegros dudaron. Nada más nacer mi hija, me dijeron que si lloraba mucho es porque la leche no era buena. Es importante explicar la lactancia y lo que supone, tener información”. 

Arquitecta de profesión, Irina no se planteó en ningún momento dejar el balonmano. En su primer embarazo, habló con su ginecóloga para explorar sus opciones al regresar. “Me dio el visto bueno para empezar a entrenar a las cinco semanas de dar a luz. Y después me quitó de la cabeza la inquietud que tenía con los golpes que te das en el pecho mientras juegas. Vi que no había ningún inconveniente”. 

Para Macías, es necesario el respeto ante lo que quiera la madre. “Quiera amamantar o no, decida hasta cuándo, o simplemente el hecho de hacerlo. Si no quieres ser madre lactante, te sientes juzgada, y si decides serlo, te miran mal si públicamente sacas el pecho para alimentar a tu hijo. Si decides prolongar la lactancia más de dos años, también lo cuestionan. Parece que hagas lo que hagas, siempre tomas una mala decisión”. 

“Durante el periodo de lactancia, no eres la misma”

Pero ese respeto tiene que partir desde el propio entorno. “Aunque quieran hacerlo, cuando ven que durante el periodo de lactancia no eres la misma, toca escuchar comentarios duros”, lamenta Olaberria, quien comenzó a seleccionar pruebas al preferir hacer pocas al 100% que muchas con menor energía. “Generaba comentarios de los técnicos, porque aunque crean que empatizan, hay cosas que no entienden”.

Olaberria vivió situaciones extremas que nunca había tenido, desde quedarse sin glucógeno hasta una hipotermia. “Entendí que era mucho más sensible a los cambios de temperatura y que siempre que ponía en compromiso el rendimiento o seguir generando leche, mi cuerpo decidía lo segundo. De ahí la importancia del nutricionista, porque supuestamente entrenas y comes bien, pero a veces te desatiendes”.

Para Alba Padró, lo importante es tener comunicación con la matrona para cada caso particular, valorando en primer lugar que no exista una dificultad en el suelo pélvico o daño en la musculatura para volver a entrenar. Después, recomienda que el ejercicio comience aproximadamente en el tercer mes de lactancia, cuando está regulada. “El deporte de alto rendimiento puede producir una bajada transitoria de leche porque se produce una deshidratación, pero se normaliza en cuanto se recupera líquido”. 

Las dudas sobre la calidad de la leche desaparecen con una correcta alimentación. “Antes se asociaban los nervios de los bebés en casos de alta intensidad al ácido láctico, ahora vemos que la producción se ve frenada por esa posible deshidratación. Lo importante es regular la situación de cada mujer conforme a sus necesidades”, incide.

Lactancia y deporte de élite: “Son muchas calorías extra y tienes que llevar el cuerpo al extremo”

Ella Masar (Illinois, 1986), exjugadora del Wolfsburgo y pareja de Babett Peter, jugadora del Real Madrid, tuvo un bebé hace seis meses, cuando todavía se planteaba si podría volver a competir. Ahora, en el Femenino Las Rozas de tercera división, planifica su actividad física con el niño como prioridad. “Tengo que darle leche antes o después de entrenamientos y partidos. Cuando juego, sufro una especie de shock y no tengo leche al día siguiente. Aprendo durante la marcha, sé cuánto puedo presionar”.

Ella da el pecho a su hijo antes de un partido con Las Rozas. | Cedida por Ella Masar.

Su cuerpo, dice, no estaría preparado para jugar en un equipo de primer nivel. “Pensaba darle tres meses el pecho o incluso no hacerlo para volver, pero quiero cumplir las recomendaciones y no es compatible hacer dieta y tener el físico que te exige el mundo profesional. Antes era todo músculo y ahora es diferente, no podría hacer dieta porque la lactancia me exige mucha energía donde un entrenamiento al límite no es viable”. 

Ella cree que sus opciones serían diferentes en la élite. Cuando fue madre, acudió a Almuth Schult, excompañera en Alemania, madre de gemelos. “Me dijo que a los seis meses tuvo que dejar de hacerlo porque no podía compaginarlo con estar en un equipo de tanto nivel—candidato a ganar la Champions League—. Son muchas calorías extra y tienes que llevar el cuerpo al extremo. No lo veo compatible salvo que tengas mucha ayuda y un entorno preparado”.

En esa línea se muestra también Antonella González, quien reclama apoyo durante el proceso por parte de clubes y federaciones. “Evidentemente nuestro cuerpo cambia, tardamos un tiempo en volver a tener el mismo físico, pero solo hay que tener paciencia y el entorno necesario. Amamantar a un hijo conlleva un desgaste de energía, pero con dieta, hidratación y profesionales que nos acompañen todo es posible”. 

La interrupción del sueño por las noches y el desgaste influyen, pero inciden en que planificación e infraestructura son determinantes. “Simplemente tienes que cuidar más la alimentación”, dice Irina Pop. “Creo que hay mucha leyenda respecto a la lactancia, sobre todo en generaciones anteriores. La lactancia es muy sufrida para la madre y es difícil de compaginar, sí, pero con ayuda es posible”.

“Si quería volver a mi 100%, tenía que cortar la lactancia”

El momento de dejar la lactancia es el que más inquietud genera en ellas. Mientras atienden a su cuerpo, se cuestionan. Olaberria tardó diez meses. “Cuando estás compitiendo tanteas para ver hasta cuándo lo podrás soportar o cuándo es momento de buscar otra solución. “Era muy consciente de que si quería volver a mi 100%, tenía que cortar la lactancia. Y eso me generaba una pelea interna en la que la prioridad era el bebé, no me encontraba bien y quise comprobar si era lo que no me dejaba rendir. Así fue”. 

Esa sensación también provocó un sentimiento de egoísmo en Macías. “Llegó un punto en el que sentía que priorizaba mi físico a la crianza del bebé. Pero ya no podía más, estaba extenuada. ¿Es mejor una madre agotada y triste que da el pecho, o una madre que disfruta del momento de crianza en el que se encuentra? Nadie debería cuestionar algo tan personal”.

Para Ella Masar, es el entorno el que debe evolucionar para evitar estos dilemas internos. “Necesitamos que sea un espacio mucho más abierto respecto a las madres. No puede ser una elección entre fútbol o niños. Hace falta empatía para que las mujeres no tengan miedo. Solo hay un tiempo para practicar tu deporte, sí, pero coincide con tu edad fértil. Espero que en pocos años esto sea más natural y las mujeres puedan ser más libres”. 

Cuando miran atrás, Macías y Olaberria—ya retiradas—no se arrepienten del esfuerzo que hicieron para compaginar competiciones y lactancia, pero reclaman apoyo. “Debemos normalizar una conciliación necesaria en todos los ámbitos y concretamente en el alto rendimiento”, dice la atleta. “Fue muy duro y solo yo sé por todo lo que pasé, pero me quedo con que di todo lo que pude por mi hijo”, concluye la exciclista.

Ropa deportiva y sacaleches de Isabel Macías durante su periodo de lactancia.