A medida que aumenta el número de infectados por el Covid-19 crecen quienes llaman a cerrar o establecer controles a las fronteras. El pasado 26 de febrero, Marine Le Pen, líder del ultraderechista Rassemblement National, denunció la “religión del sin-fronterismo de los dirigentes europeos”.
En España, el presidente de Vox Santiago Abascal también ha usado la crisis sanitaria para criticar indirectamente el espacio Schengen, que permite el libre tránsito de personas y mercancías dentro de las fronteras de la Unión Europea.
Sin embargo, para contener el avance del virus, la Comisión Europea señala que ni la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades estiman que los cierres o controles fronterizos estén justificados.
¿Qué dicen los expertos?
Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias en España, explicó tras una reunión del comité de seguimiento de la epidemia del ministerio de Sanidad, que el país “no se plantea el cierre de fronteras”. Para el experto, lo que es clave es informar “cada vez más a la población y a los viajeros en los puntos de entrada”.
Actualmente, los veintisiete Estados miembros van en la misma dirección. Este lunes, el ministro de Salud alemán Jens Spahn descartó el cierre de fronteras o incluso la cancelación generalizada de megaeventos para prevenir la propagación del Covid-19.
El 31 de enero, el portavoz de la Organización Mundial de la Salud, Christian Lindmeier, advirtió que el cierre de fronteras de países colindantes con China era contraproducente. “Existe una gran razón para mantener abiertos los cruces fronterizos oficiales”, señaló el portavoz, según recoge Reuters. El objetivo es evitar que la gente entre de forma irregular y no se le controlen los síntomas. Además, dado que algunas personas infectadas pueden no tener síntomas, estos controles no evitarían la propagación a otro país.
Clare Wenham, profesora adjunta de políticas de salud mundial en la London School of Economics señala que la utilidad del cierre de fronteras depende de la etapa del brote en que se encuentra un país. “Si ya existen transmisiones, cerrar las fronteras no va a hacer mucha diferencia”, explica a Newtral.es. Además, agrega que cerrarlas a ciertos grupos, “no parará la transmisión sino que la retardará”.
Entrevistado en la radio pública francesa, Antoine Flahault, director del Instituto de Salud Global en la Universidad de Ginebra, indicaba que para que sea eficaz, cerrar las fronteras “necesitaría una puesta en marcha muy complicada porque los virus no tienen pasaporte”.
Los expertos coinciden en que la decisión tiene importantes efectos secundarios que hay que tomar en cuenta, como por ejemplo el impacto económico. “Es necesario ver si el impacto económico de retrasar la transmisión del virus” es deseable, subraya Wenham en ese sentido.
¿Quién ha cerrado sus fronteras?
Hasta ahora, al menos tres países han decidido cerrar parcialmente sus fronteras. Es el caso de Rusia, que ha impuesto un cierre total de su frontera para los ciudadanos chinos. También Turquía y Pakistán han cerrado su frontera con Irán por los casos del coronavirus. Por su parte Irak ha prohibido a los ciudadanos iraníes entrar por tierra a su territorio.
En la Unión Europea, ningún estado miembro ha señalado hasta ahora la intención de introducir controles en las fronteras internas. El 23 de febrero, Austria suspendió temporalmente el tráfico ferroviario con Italia y algunas compañías aéreas han decidido suspender los vuelos directos con China.
Sin embargo, pese al intento de Bruselas de coordinar una respuesta común, algunos líderes como Matteo Salvini en Italia o Víktor Orban en Hungría usan la actual crisis sanitaria para justificar la necesidad de restablecer fronteras para luchar contra el nuevo virus.
¿Qué dice la Unión Europea?
Los Estados miembros pueden decidir de manera unilateral si cierran o no sus fronteras, según consta en las normas de Schengen. Sin embargo, esta medida «de último recurso» tiene que implicar una «amenaza grave para el orden público y la seguridad interior». Los Estados deben también comunicarlo al resto de los miembros comunitarios y a la Comisión. Además, el periodo máximo aceptado para restablecer el control en las fronteras no puede ser superior a 30 días aunque es posible prolongarlo.
En una comparecencia el lunes 24 de febrero, la comisaria de Salud de la UE, Stella Kyriakides, recordó que las restricciones a la libre circulación no figuran de momento entre las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Por su parte, el comisario de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, cree que cualquier decisión debe ir precedida de un análisis de riesgos y pruebas científicas, ser proporcionada y haber sido acordada coordinadamente con el resto de países comunitarios.
¿Existen precedentes?
Desde la entrada en vigor de la zona Schengen en 1995, nunca se han cerrado las fronteras por razones sanitarias. En 2015, algunos Estados miembros introdujeron controles fronterizo debido a la crisis migratoria. Actualmente, Alemania, Francia, Austria, Dinamarca, Suecia y Noruega siguen teniendo estos controles temporales para impedir la inmigración irregular.
En otras partes del mundo sí se han cerrado fronteras por razones sanitarias. En 2014 por ejemplo, para frenar el ébola, Sierra Leona cerró las fronteras con Guinea y Liberia. Sudáfrica y Senegal hicieron lo mismo para evitar la entrada del virus letal.
En ese momento, expertos de la OMS habían señalado que las prohibiciones generales de viaje a personas procedentes de los países afectados podían ser contraproducentes y ocasionar un aumento incontrolado de la inmigración irregular. Sin embargo, la organización internacional sí resaltó la necesidad de controlar las salidas.
¿Qué impacto económico tendría?
El temor de la Unión Europea es que un cierre de fronteras conlleve importantes consecuencias económicas ya que el 64% de los intercambios de sus Estados miembros se hace dentro del mercado interior. Cerrar las fronteras implicaría bloquear el comercio de bienes pero también la movilidad de las personas, lo que afectaría al intercambio de servicios y por ende, a sectores como el turismo.
En España, este sector en particular representó 12,3% del Producto Interior Bruto en 2018. Albert Puig, profesor de Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya subraya a Newtral.es que las economías actuales están altamente vinculadas al comercio internacional.
«En un mundo tan interrelacionado como el actual, donde el comercio internacional tiene una gran importancia en las economías, donde las cadenas de aprovisionamiento son en gran medida globales o regionales y donde los flujos turísticos y desplazamientos humanos son muy elevados, el impacto económico de un cierre de fronteras sería altísimo en términos recesivos», explica.
Las proyecciones intermedias de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reflejan que el impacto del coronavirus sin cierre de fronteras podría reducir a la mitad el crecimiento de la economía mundial en 2020 y situarlo en el 1,5% en la coyuntura más adversa. Además, el Ejecutivo comunitario anunció este lunes la creación de un equipo de respuesta al coronavirus que, entre otras cuestiones, abordará en profundidad su impacto en los sectores del turismo y el comercio, en las cadenas globales de valor y en la situación macroeconómica general.
Fuentes
- WHO says countries should keep borders open, trade & people moving despite coronavirus, Reuters, 31/01/2020
- Entrevista por teléfono a Clare Wenham, profesora adjunta de políticas de salud mundial en la London School of Economics
- Normas de Schengen
- Entrevista por correo electrónico a Albert Puig, profesor de Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya
muy buena información .
Nostradamus
Quedarse donde estén para evitar contagios, España no es buen sitio para, estar aunq sea vtra casa
Los alumnos q están en Erasmus en países de la U. E. Y tienen las Universidades cerradas q sería lo mejor volver a casa o quedarse allí.
Estoy exáctamente en la misma situación
Yo estoy igual, en Edimburgo y no sé si volver o qué