Las olas de incendios desatadas este verano, unas de las más devastadoras, han provocado reacciones políticas diversas, llegando a responsabilizar al ecologismo de los fuegos. De Tenerife a Zaragoza, las llamas han arrasado más de 200.000 hectáreas de terreno en medio de duras críticas a la gestión de los Gobiernos autonómicos tanto de los residentes de las zonas afectadas como de los bomberos que denuncian precariedad.
Ante la devastación de las llamas, los políticos de Vox justifican con el “ecologismo radical” una potencial causa de los incendios. Se trata de un argumento que ya han utilizado otros mandatarios de extrema derecha como Jair Bolsonaro (presidente de Brasil) o Donald Trump (expresidente de Estados Unidos) con el objetivo de politizar cuestiones tan transversales como el cambio climático y las políticas medioambientales, según los expertos consultados por Newtral.es.
El Gobierno de coalición de PP y Vox en Castilla y León, la región más afectada por la última ola de incendios, culpa al “ecologismo radical”
El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo (Vox), culpó al ecologismo de los incendios en una entrevista este sábado en el Diario de Burgos. “El ecologismo radical y las políticas verdes han convertido el campo en un polvorín, evitando que se apoye con más intensidad a la ganadería extensiva; que se puedan limpiar los montes y hacer cortafuegos durante el año; que se puedan hacer quemas controladas que favorecerían la extinción de incendios en verano”, afirmó.
El consejero de Medio Ambiente de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones (PP), por su parte, ha afirmado este lunes en una entrevista en la Cadena SER que el «ecologismo extremo» es uno de los factores que han influido en los incendios recientes que se han producido en la región, la más afectada por la última ola de incendios en España con más de 60.000 hectáreas arrasadas por las llamas.
Quiñones ha justificado la gran virulencia de los últimos fuegos, los más graves de la historia de Castilla y León, en la menor cantidad de trabajos silvícolas, el cambio de uso del territorio y la menor actividad agrícola y ganadera, en una “anormalidad extrema climática” y en “determinadas nuevas modas desde el punto de vista del ecologismo respecto a la limpieza de las riberas de los ríos y respecto a una serie de aspectos que dificultan la limpieza de los montes”. “El ecologismo extremo no es la causa, pero sí uno de los elementos que hay que trabajar”, ha afirmado.
Bolsonaro y Trump demonizan la protección medioambiental
Al igual que la extrema derecha española, líderes del mismo color político en otras partes del mundo han criticado las políticas medioambientales y han culpado a las organizaciones ecologistas de incendios y otras catástrofes. Para Jair Bolsonaro, el actual presidente de Brasil, o Donald Trump, el expresidente de Estados Unidos, el discurso de que la protección medioambiental lastra el desarrollo ha sido parte de su agenda política.
En Newtral.es lo hemos contado en numerosas ocasiones. Trump no solo señaló a las políticas ecologistas de alimentar los incendios, sino que llegó incluso a anunciar una desregulación de la ley ambiental para acelerar grandes infraestructuras. En el caso de Brasil, la comunidad científica llegó a contradecir a Bolsonaro, que afirmó que el número de incendios desbocados que asoló el país durante 2019 era “normal” e “inferior” al promedio histórico y que también llegó a culpar a los ecologistas de estar detrás de las llamas.
Los expertos consultados por Newtral.es consideran que el objetivo de esta estrategia de comunicación es politizar cuestiones que, en realidad, son transversales. Igual que se ha conseguido con el feminismo o con los derechos de las personas LGTBI+. Así lo confirman Pablo Simón, politólogo y profesor en la Universidad Carlos III de Madrid, y Luis Arroyo, consultor de comunicación.
El ecologismo como enemigo: la política del atajo
“Como ha ocurrido en otros países, se busca promover la lógica amigo-enemigo”, explica Simón. Para el politólogo, el objetivo del discurso de la derecha radical para tratar de culpar al ecologismo de los incendios es polarizar. Colocar la cuestión del ecologismo dentro de la agenda progresista, la agenda de la comunidad adversaria. La idea de utilizar este discurso es incluir el medioambiente en la misma cesta donde se encuentran otros problemas, como la desarticulación de la nación, el cosmopolitismo o la inmigración. “Así se consigue que opere el atajo partidista”, indica el politólogo. Un concepto entendido como “la tendencia a adoptar la posición de aquellos en los que confiamos para dar sentido a la discusión política”.
Arroyo, por su parte, considera que la ultra derecha española no “imita” la estrategia trumpista que esboza Bolsonaro y otros políticos de extrema derecha en el mundo. “Comparten el discurso y la visión completamente”, afirma el experto. “Las declaraciones tratan de destacar a una ganadería y una agricultura condenada por el establishment urbanita, que hace política desde su salón porque es gente que no conoce el campo. Un ejemplo es la caza y el argumento manido de que liberalizando la actividad del cazador se restablecería el equilibrio natural”, añade Arroyo. “La extrema derecha mundial, y la nuestra también, siguen negando que el calentamiento global existe”, añade el consultor.
Para Simón, como en el discurso de Trump o Bolsonaro, “no hay ningún argumento, ni evidencia empírica, los líderes políticos utilizan argumentos que no tienen ningún sustento, como este de que el ecologismo está detrás de los incendios”. Pero no importa porque consiguen situar la atención en otros, “y no en su propia responsabilidad como gestores en los incendios que han ocurrido en su comunidad”. Es la lógica de la politización: “Cuando el debate se centra en el quién y no en el qué”, insiste el politólogo.
- Pablo Simón, politólogo y profesor en la Universidad Carlos III de Madrid
- Luis Arroyo, consultor de comunicación
- Entrevista a Juan García-Gallardo en el Diario de Burgos
- Entrevista a Juan Carlos Suárez-Quiñones en la Cadena Ser
Creo que están obsesionados con hacer lo contrario de lo que hace la izquierda. Si los izquierdistas abrazaran el uso de pieles y se dieran atracones de carne seguro que los de vox se volverían animalistas y veganos. Cada vez se les toma menos en serio y por eso están perdiendo electorado.