La Hemeroteca de Moncloa

Hemeroteca Pedro Sánchez
Ilustración: Sofía Villafañe
Tiempo de lectura: 10 min

«La mejor dieta para un político es comerse sus propias palabras». Mariano Rajoy, predecesor en el cargo de Pedro Sánchez, lo aseguró tiempo después de haber dejado La Moncloa. Atribuía la frase al primer ministro británico Winston Churchill, quien acumuló contradicciones durante el ejercicio del poder, como casi todos los dirigentes. El actual presidente del Gobierno no es una excepción.

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Gobierno de coalición 

Lo que dijo en septiembre de 2019. Tras ganar las elecciones del 28 de abril, PSOE y Unidas Podemos fueron incapaces de llegar a un acuerdo y España se encaminaba de forma irremediable a una repetición de los comicios. 

En esa situación, en una entrevista en laSexta, Sánchez justificó su no a Pablo Iglesias en que exigía las carteras de Hacienda, Seguridad Social o Política Energética para los morados: “Sería un presidente del Gobierno que no dormiría por las noches junto con el 95% de los ciudadanos de este país, que tampoco se sentirían tranquilos”.

En su opinión, los morados tenían “poca experiencia política o de gestión pública” y defendían posiciones en “cuestiones fundamentales” con las que el PSOE tenía “serias discrepancias”. “Serían dos gobiernos en uno”, sentenciaba. 

Lo que hizo en noviembre de 2019. Solo dos días después de celebrarse las elecciones del 10 de noviembre, que el PSOE volvió a ganar, Sánchez e Iglesias anunciaban un preacuerdo para formar un Gobierno de coalición con Iglesias de vicepresidente. 

El entonces presidente en funciones atribuyó la alianza al mensaje de los ciudadanos en las urnas, donde tanto socialistas como morados habían perdido apoyos respecto a los últimos comicios. El proyecto que no fue posible meses antes, ahora les parecía a ambos “ilusionante”. Tanto que, según declararon, les hacía “dejar atrás cualquier tipo de reproche”. 

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Pactos con otras fuerzas políticas

Lo que dijo en 2015, 2016 y 2019. Hasta el último ciclo electoral, Sánchez insistió en reiteradas ocasiones en que no pactaría nunca con EH Bildu. Lo afirmó en 2015, justo antes de las municipales y autonómicas: “Con Bildu no vamos a pactar, si quiere se lo digo cinco veces o 20”, aseguró en Navarra Televisión. Y lo reiteró en 2016 y en 2019 (“Con Bildu no se acuerda nada”).  

Un criterio similar mostró respecto a ERC. En 2016, durante su sesión de investidura fallida, garantizó que no formaría un Ejecutivo si este tenía que depender de ERC: “No voy a permitir, con todos los respetos hacia los votantes de ERC, que la gobernabilidad de España descanse en partidos independentistas”.

Lo que hizo en 2020. Tras el acuerdo de coalición con Unidas Podemos, el PSOE llegó a sendos acuerdos de investidura con ERC y EH Bildu, formaciones que con su abstención posibilitaron la elección de Sánchez. Desde entonces, el Ejecutivo tiene que negociar a menudo con ellos y con otros partidos, como el PNV, para poder sacar adelante las leyes que lleva a las Cortes. 

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Cataluña y los indultos a los líderes del procés 

Lo que dijo en 2014 y 2019. Cuando era secretario general del PSOE y líder de la oposición, Pedro Sánchez criticó al Ejecutivo de Rajoy por haber “utilizado el indulto más de lo debido”. En su opinión, “los indultos políticos debían acabar en nuestro país”. Era 2014. En octubre de 2019 se conoció la sentencia del procés y, ya como presidente del Gobierno, aseguró que los condenados cumplirían toda su condena: “El acatamiento de la misma significa su cumplimiento. Reitero, significa su íntegro cumplimiento”.

Lo que hizo en 2021. El 21 de junio, en una acto en el Liceu de Barcelona con el título ‘Reencuentro: un proyecto de futuro para toda España’, Sánchez anunciaba que propondría al Consejo de Ministros otorgar el indulto a los nueve condenados por el Tribunal Supremo. Había tomado la decisión -aseguraba- en nombre de la “concordia”: “El Gobierno de España ha optado por abrir paso a la reconciliación. Al reencuentro. Y creemos que esta medida de gracia abrirá ese camino. Nos dará a todos la posibilidad de comenzar de nuevo y de hacer las cosas mejor”. 

Despolitización de órganos del Estado

Consejo General del Poder Judicial

Lo que dijo en 2014 y 2016. En sus inicios en política, Sánchez se oponía al actual sistema de elección de los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Lo consideraba unas de las “comodidades del bipartidismo” y se mostraba “dispuesto” a “recortar el poder de decisión del PSOE en todos los órganos judiciales”. De hecho, aseguró que había propuesto al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que no fueran los partidos los que propusieran a los candidatos. 

En esta línea, en la campaña electoral de los comicios del 26 de junio de 2016, cerraba la puerta a cualquier pacto de Gobierno con Podemos. Entre otros motivos, por las preferencias que aseguraba que tenía Pablo Iglesias: “Para solucionar un problema como es la instrumentalización de las instituciones públicas, como los jueces, los fiscales, la Policía, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como estamos viendo con Rajoy y Jorge Fernández Díaz, la solución no puede ser darle los jueces, los fiscales, la Policía y los espías a Juan Carlos Monedero y Pablo Iglesias”.

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Lo que hizo en 2021. Cuatro años más tarde, Sánchez lidera una coalición con Unidas Podemos, el sistema de elección del CGPJ sigue intacto -tras retirar la propuesta de reducir la mayoría necesaria para renovarlo- y el Ejecutivo negocia con el PP la designación de los vocales del órgano de gobierno de los jueces. 

Fiscal General del Estado

Lo que dijo en 2016. En noviembre de 2016 el Ejecutivo de Rajoy nombraba fiscal general del Estado a José Manuel Maza, una figura que el PSOE liderado por Sánchez consideraba que no tenía “en absoluto el perfil independiente” que requiere el cargo: “La trayectoria conservadora de Maza puede dejar en una posición de subordinación al Ministerio Fiscal frente al Gobierno y no parece la persona indicada para trabajar en favor del consenso requerido en una legislatura sin mayorías absolutas”, aseguraba Ferraz en un comunicado. 

Lo que hizo en 2020. Poco después de ser investido presidente tras las elecciones del 10-N, el Gobierno nombró fiscal general del Estado a quien había sido ministra de Justicia hasta hacía un mes. Dolores Delgado ejerció como tal -en funciones- hasta el 12 de enero de 2020 y al día siguiente se hizo público su nombramiento como cabeza del Ministerio Fiscal. 

Sin embargo, a Sánchez este traspaso del Gobierno a la Fiscalía tan repentino no le parecía inhabilitante: “Si uno mira su currículum es impecable. Está absolutamente acreditada. Tiene un currículum impecable y una trayectoria en la Fiscalía incuestionable. Es cierto que ha sido miembro de un Consejo de Ministros, que entró como independiente y que ha mantenido su carácter independiente y que vuelve a la carrera fiscal que ha desempeñado durante estos últimos años. Y por tanto creo que, desde el punto de vista de la solvencia, de la experiencia, del currículo, de la acreditación profesional, pues está fuera de dudas”. 

La “colonización” de las instituciones por parte de los partidos

Lo que dijo en 2014 y 2017. En su primera etapa al frente del PSOE, Sánchez se comprometió a “acabar con la colonización por los partidos de las instituciones” y a “sustituir la afinidad por el mérito y la capacidad”. Tres años más tarde insistía en la idea y apostaba por una España en la que se abrieran las puertas “a la regeneración, la transparencia, la ejemplaridad y la decencia en el hacer público”. 

Lo que hizo en 2021. PSOE y UP han apoyado el nombramiento de Enrique Arnaldo como magistrado del Tribunal Constitucional a propuesta del PP. Y lo ha hecho a pesar de hacerse pública su estrecha relación con administraciones populares y conocerse que podría haber incumplido la ley de incompatibilidades cuando ejercía de letrado en el Congreso. Preguntado por todo ello, Sánchez echó balones fuera: cada partido “es responsable” de los aspirantes planteados. 

Las subidas del precio de la luz 

Lo que dijo en 2013, 2015, 2017 y 2018. Cuando era el PP el que estaba en el Ejecutivo, Sánchez relacionaba directamente el aumento del precio de la luz con la gestión del Ejecutivo. Le exigía respuestas (“¿Qué tiene que decir el Gobierno?”) y acusaba a Rajoy de “empobrecer al país” y de dar un “golpe a la familias”. En su opinión, el presidente popular le salía “muy caro a los españoles” y daba ejemplos de la subida del precio de la luz (13%) y del gas (10%): “Los precios que dependen de usted no han hecho más que subir durante sus años de Gobierno”. 

Lo que dijo en 2021. En octubre de 2021, el precio de la luz se había disparado un 62% en un año y el del gas, un 11%. Sin embargo, Sánchez rechazaba cualquier tipo de responsabilidad: “Las causas reales que producen esta subida extrema del precio de la energía son externas al comportamiento de España, al comportamiento de cualquier otro país de la Unión Europea”, aseguraba en el Congreso en el mes de noviembre. 

Las devoluciones en caliente

Lo que dijo en 2015 y 2017. El fin de las devoluciones en caliente ha sido una de las promesas eternas que Sánchez ha hecho en la oposición. En su opinión, eran contrarias a los derechos humanos: “El Gobierno debe parar las devoluciones en caliente y garantizar que a nadie se le niegue la protección internacional”, escribía en 2015

Dos años después, se unía a la activista Helena Maleno para mostrar su rechazo y exigir la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, la norma que recoge la modificación de la Ley de Extranjería sobre estas devoluciones. 

Lo que hizo en 2021. En mayo de 2021 Ceuta vivió una crisis migratoria sin precedentes. Entonces, Sánchez reivindicó los “rechazos en frontera” (eufemismo empleado para hablar de las devoluciones en caliente) como el medio para solventar la situación: “Mi prioridad como presidente del Gobierno de España en estos momentos es (…) proceder a la devolución inmediata, repito, a la devolución inmediata de todo aquel que haya entrado irregularmente en Ceuta y Melilla”. 

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