Gigantesco e impronunciable, Nioghalvfjerdsfjorden es un glaciar situado en un fiordo de Groenlandia, que alimenta de hielo a la plataforma Spalte, sobre las aguas del Ártico. Ahora, su extremo norte se ha roto en pedazos.
Una superficie de 110 km2, algo más grande que la ciudad de Barcelona, deshecha en una docena de grandes fragmentos y otros tantos icebergs que se irán separando progresivamente sobre el mar.
Climatólogos como Xavier Fettewis, que siguen lo que está ocurriendo en Groenlandia, lo atribuyen a la sucesión de veranos cálidos que se está dando en estas latitudes. Un equipo internacional ya advirtió de lo que ocurría en Nioghalvfjerdsfjorden en Nature en 2018.


En año pasado, explicaba a Newtral.es que veranos con temperaturas y deshielo a niveles sostenidos como los de 2019 nos plantará de golpe en 2050. Al menos en lo referido a aumento del nivel de los mares. Hay que tener en cuenta que el principal aporte de agua derretida a los océanos viene de los glaciares, no tanto de escorrentías de Groenlandia, que es una fuente más.
A savage summer of heat in the Arctic has taken 2020 to the second lowest sea ice extent on record.
— Scott From Scotland (@ScottDuncanWX) September 7, 2020
The summer 2020 melt season has been summarised in a few seconds. The orange line is the long term average.
In short, we have lost an enormous amount of ice.
[1/5] pic.twitter.com/GT0O570IPt
Con un área de 113 km2, se ha desprendido del glaciar Nioghalvfjerdsfjorden en lo que parece ser una «desintegración progresiva» de la capa de hielo, según los equipos que siguen su evolución, registrada por satélites europeos.
El hielo estaba muy fracturado en 2019; el calor de este verano ha sido su perdición final. El glaciar Spalte se ha convertido en una flotilla de icebergs.
La presencia de tal agua líquida es a menudo problemática para las plataformas de hielo. Si llena las grietas, puede ayudar a abrirlas. El agua empuja las fisuras hacia abajo y las conduce hasta la base en un proceso conocido como hidrofractura. Esto debilitará una plataforma de hielo.
Groenlandia, en el punto de no retorno
Esta es una nueva evidencia que concuerda con las conclusiones de un reciente estudio. Groenlandia ha entrado en un punto de no retorno en su particular emergencia climática: no nieva ni hace el frío lo suficiente comompara reponer el hielo que se deshace cada verano.
La conclusión, publicada en Nature Communications Earth and Environment, implica que los glaciares de Groenlandia han pasado una especie de punto de inflexión, donde la nevada que repone la capa de hielo cada año no puede seguir el ritmo del hielo que fluye fundido hacia el océano.

«Hemos estado analizando estas observaciones de teledetección para estudiar cómo han variado el vertido y acumulación de hielo», ha señalado Michalea King, autora principal del estudio e investigadora del Centro de Investigación Polar y Climática Byrd (Universidad del Estado de Ohio). «Lo que hemos encontrado es que el hielo que se vierte en el océano supera con creces la nieve que se acumula en la superficie de la capa de hielo».
Pero, ¿volverá el hielo?

La realidad es que en décadas anteriores, sí era más probable. Todos los veranos los glaciares pierden volumen. Está dentro de lo normal. Hay procesos que, sin calentamiento global, también implican el deshielo y desprendimiento de grandes volúmenes de hielo.
Sin embargo, una rotura como la que hemos visto este verano es demasiado grande. Y la ausencia de nevadas en el origen de esta lengua, es decir, en Nioghalvfjerdsfjorden, es justamente el tipo de fenómeno que destaca el estudio que habla de ese ‘punto de no retorno’.
En este gif puedes ver la evolución de este punto en los últomos siete veranos. Ninguno ha sido como el 2020.
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