Graham Hansen: el compromiso social de la última estrella de la liga femenina de fútbol

Graham Hansen, en una acción contra el Wolfsburgo en Champions League. FOTO: Cedida por FC Barcelona.
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Caroline Graham Hansen (Oslo, 1995) es el último gran fichaje de la liga española. En 2019, una de las jugadoras más destacadas de la Bundesliga decidía romper con el sueño de levantar la Champions con el Wolfsburgo y apostar por un proyecto ambicioso en Barcelona. Después de llevar a Noruega a los cuartos de final del Mundial, la extremo marcó el mismo objetivo deportivo, pero con el tiempo ha sumado reivindicaciones. Al conocer de primera mano la liga, reclama inversión para convertirla en potencia mundial.

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«No hay estructura profesional ni suficientes recursos», explica Graham después de siete meses sin competir en liga y copa por la pandemia de la COVID-19. Aunque FC Barcelona y Atlético de Madrid pudieron disputar la fase final de la Champions League en agosto, la mayoría de las jugadoras inician esta nueva temporada con incógnitas sobre el calendario y el impacto que puede generar una crisis económica mientras ven cómo las grandes ligas europeas, como la alemana o la inglesa, regresaron antes. 

La atacante no cuestiona la decisión de dar por finalizada la liga, pero sí lamenta la estructura que llevó a ello y que se mantiene esta temporada. «Muchos clubes no podían asumir un protocolo. Desafortunadamente estamos lejos de otras ligas europeas en cuestión de igualdad, y con las circunstancias probablemente fue la mejor decisión. También había que considerar la situación en cada país y respetar sus decisiones. Necesitamos que sea una liga profesional para seguir creciendo, espero que suceda la próxima temporada».

Estandarte de la selección noruega, la extremo tuvo los recursos necesarios para que la situación no le afectara como a sus compañeras, que entrenaban en casa. A su regreso a Oslo, la Federación ponía a su disposición el Ullevaal, un estadio de 25.572 espectadores. 

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Hasta la cancelación, Graham había validado la apuesta del FC Barcelona convirtiéndose en una de las figuras de la competición, donde firmó siete goles y nueve asistencias en tan solo 14 partidos. Una relevancia que pretende aprovechar asumiendo su rol como referente. «Intento ser yo misma, pero cuando eres un modelo a seguir es importante que te comportes como tal, porque puedes influir en los sueños de otras niñas. Siempre quiero divertirme, y tengo el añadido de que si disfruto, ellas también lo hacen». 

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Compromiso social 

Empoderamiento e implicación en diferentes causas sociales han marcado su personalidad fuera de los terrenos de juego. A través de las redes sociales y con mensajes públicos, Graham ha utilizado su altavoz para mostrar su lucha contra el racismo, apoyar a víctimas de la COVID-19 o reivindicar la ayuda a refugiados. «Soy muy afortunada de ganar dinero con lo que hago, muy pocas personas lo somos, y desde mi posición siento la obligación de ayudar a gente que no está en la misma situación». 

«Aunque tengamos nuestras preocupaciones, hay una gran diferencia entre los países europeos y el resto. En mi país, por ejemplo, la mayoría de los problemas están relacionados con lo mental. También es importante, pero no debemos olvidarnos de que hay muchas personas sin comida o en guerras, niños que están creciendo como refugiados», lamenta, tratando de visibilizar y contribuir de la manera que puede. «Hablar de ello es lo mínimo que puedo hacer. No sé si ayuda, pero creo que es importante intentarlo».

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Lucha por un fútbol profesional

Prodigio físico y una de las futbolistas de mayor talento de Europa, Graham ya despuntaba en su país con solo 15 años, cuando debutó en la máxima categoría. Sin embargo, nunca se imaginó una vida profesional. «Hasta entonces jugaba con chicos en la calle y me limitaba a divertirme. No pensé que una mujer pudiera dedicarse al fútbol, la falta de referentes femeninos te impedía soñar con ello. Por eso soy tan consciente de nuestro rol. Tenemos que ayudar a las niñas a que se den cuenta muy pronto de que sí pueden».

Graham, durante los cuartos de final de Champions 2020. FOTO: Cedida por el FC Barcelona
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La llegada del Real Madrid, dice, supondrá otro impulso en este sentido. «Va a tener un papel importante, su involucración es clave porque va a despertar mucho interés», dice, celebrando poder disputar los primeros enfrentamientos con el FC Barcelona. «Es un orgullo jugar este tipo de partidos no solo por España, sino por toda la repercusión que va a tener en el mundo. Si tenemos partidos disputados y damos un buen espectáculo, vamos a atraer a mucha gente, y la liga y otros clubes van a poder obtener más recursos».

«Si nos dan la oportunidad de ser profesionales, vamos a generar dinero, vamos a crecer muy rápido».

Además del salario mínimo logrado con el I Convenio Colectivo, Graham apuesta por mejoras en las instalaciones. «Debemos tener clubes más competitivos y dar el mejor entorno a futbolistas que tienen mucho talento. Por ejemplo, deberíamos jugar todos los fines de semana en césped natural. Si nos dan la oportunidad de ser profesionales, vamos a generar dinero, vamos a crecer muy rápido. Esta liga es mejor técnicamente que otras potencias, solo necesita las herramientas adecuadas»

La presión de ser el rival a batir

Desde que el club azulgrana llegara a la final de Champions League en 2019, el principal objetivo es superar las diferencias con los grandes equipos del continente, Olympique de Lyon y Wolfsburgo, de donde procede, equipo que les privó de disputar la final de 2020. «Estamos a su nivel y hemos demostrado que con trabajo conjunto, sin individualidades, podemos conseguir la Champions. Hemos subido muchos peldaños y la unión nos va a hacer tener éxito muy pronto. Tenemos confianza».

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La presión es una motivación extra para una de las internacionales más destacadas del FC Barcelona. Junto a la holandesa Lieke Martens y la nigeriana Asisat Oshoala, Graham forma un ataque difícil de parar, como demuestran los 86 goles logrados en solo 21 jornadas disputadas. Sin embargo, alerta de la competitividad: «El Atlético es un gran rival y el Levante hace un buen trabajo. Y quién sabe si tenemos alguna sorpresa más. Cuantos más equipos estén involucrados, más atractiva será la liga”. 

Cuando pisa el césped, la 16 azulgrana afronta los mayores retos y no huye de la dificultad. «Me motiva ganar cada fin de semana y superarme en cada acción. Me encanta que me desafíen, que me lo pongan difícil, porque así es como trato de superarme. Salgo al campo a divertirme y acepto cuando pierdo o no tengo el éxito que esperaba, pero independientemente del resultado, esas dificultades son las que me hacen mejor y más fuerte».

Graham Hansen ha ganado dos ligas y tres copas en Noruega, tres ligas y cinco copas en Alemania, y una liga y una Supercopa de España.