226.000 hectáreas. Es el balance que dejan hasta el momento los incendios producidos en España este 2022, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS, por sus siglas en inglés). Más de la mitad de esta área se ha quemado este mes de julio, en incendios de gran extensión y envergadura, que obligan a los bomberos a utilizar tácticas de último recurso como el fuego técnico.
Se trata de “fuegos para luchar contra el fuego”, como explica a Newtral.es Cristina Santín Nuño, investigadora en el Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad de la Universidad de Oviedo (IMIB-CSIC). De esta forma, se realiza una quema controlada de partes del bosque para delimitar el incendio y evitar que se extienda a otras zonas.
¿Qué es el fuego técnico y cuándo se utiliza?
El fuego técnico es una táctica usada para contener el avance de las llamas en un sector concreto, sin que “salte” a otros, según destaca José Ignacio García, presidente de la Plataforma de Bomberos Profesionales de Castilla y León. “Lo que se hace es ir prendiendo [fuego] poco a poco desde un punto según esté el aire y según venga el incendio para ir quemando lo que [se prevé que] queme este incendio”, cuenta García.
Para evitar que este fuego se escape del control de los profesionales, se realiza en zonas cercanas a cortafuegos, ríos o caminos, que sirven como forma de protección y, a su vez, dificultan que el incendio se extienda. Además, como expone el presidente de la plataforma, se puede ir mojando la zona para reducir riesgos. “Eso se tiene que hacer in situ, allí, conociendo el terreno, cómo es, viendo el viento, desde dónde se hace mejor según las condiciones…”, subraya.
El fuego técnico se aplica solo en caso de incendios forestales, no urbanos, de acuerdo con García. En concreto, se utiliza sobre áreas que, “dentro de una normal previsión, pueden ser consumidas por el incendio”, como regula la ley de montes. Entonces, la finalidad pasa a ser evitar la mayor afectación del incendio.
Por ejemplo, esta técnica se llevó a cabo el 21 de julio durante el incendio de Cebreros, en Ávila, como informó en un tuit la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.
¿Cómo se apaga un incendio forestal más allá del fuego técnico?
Aunque las competencias sobre el cuerpo de bomberos pertenecen a las comunidades autónomas y a los municipios y las regiones disponen de manuales diferentes, coinciden en las formas de extinguir los incendios forestales.
Así, establecen que el uso de fuego técnico depende del tipo de incendio ante el que los operativos se encuentren. En todos ellos el primer objetivo es controlar el avance de las llamas, y después extinguirlas y vigilar los puntos calientes y su posible reactivación, como recoge el manual de extinción de incendios del Centro para la Defensa contra el Fuego (CDF) de la Junta de Castilla y León.
Para ello, existen dos métodos. Por un lado, el directo, que supone “actuar en las proximidades de las llamas” e implica que se disponga de “agua y medios para lanzarla”, según el manual básico del bombero forestal en Extremadura. Esto permite acabar con el fuego actuando directamente sobre el propio incendio.
Frente a este procedimiento se encuentra el indirecto, en el que los medios se sitúan a cierta distancia del incendio para aislar a las llamas del resto de la vegetación, usando tácticas de cortafuegos. En concreto, el contrafuego o fuego técnico se incluye dentro de esta forma de combate.
El director de extinción es quien escoge qué método aplicar, según desarrolla el manual de formación de incendios forestales del Gobierno de Aragón. Lo hace considerando las condiciones de las llamas, priorizando el ataque directo. No obstante, en caso de que la intensidad del incendio sea muy elevada, su propagación sea muy rápida o de que se sitúe en un terreno complejo, se opta por técnicas indirectas.
“El ataque directo tiene que ser un fuego muy pequeño, porque como vaya con un frente de kilómetros, como han sido estos fuegos gigantes, ¿cómo haces tú ataque directo?”, plantea García.
Para extinguir incendios forestales en verano es necesario prevenirlos durante el invierno
El número de incendios de este 2022 ya es récord desde 2008, primer año del que el EFFIS ofrece datos. “Los principales factores son el abandono rural de los últimos 50 años y las condiciones climáticas de sequía extrema”, señala Adrián Regos, investigador en el Centro Tecnológico Forestal de Cataluña (CTFC).
Por esa razón, considera que hay “mucho combustible muy inflamable disponible para arder” en toda la materia que no se limpia o desbroza del monte. A esto se suman las condiciones meteorológicas existentes, caracterizadas por “fuerte viento, altas temperaturas y baja humedad”.
Pese a su utilidad en determinadas circunstancias, el fuego técnico es una herramienta de último recurso. Por ello, García apuesta por la prevención de los fuegos del verano durante el período invernal. Sugiere, incluso, cambiar el tipo de árboles que se encuentran cerca de los cortafuegos por otros de más difícil combustión. “Por lo menos en los alrededores de los pueblos es muy importante que haya terreno limpio para evitar el avance [del incendio]”, reclama.
- Datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS, por sus siglas en inglés)
- Cristina Santín Nuño, investigadora en el Instituto Mixto de Investigador en Biodiversidad de la Universidad de Oviedo (IMIB-CSIC)
- José Ignacio García, presidente de la Plataforma de Bomberos Profesionales de Castilla y León
- Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes
- Manual de extinción de incendios del Centro para la Defensa contra el Fuego (CDF) de la Junta de Castilla y León
- Manual básico del bombero forestal en Extremadura
- Manual de formación de incendios forestales del Gobierno de Aragón
- Adrián Regos, investigador en el Centro Tecnológico Forestal de Cataluña (CTFC)